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INFORME DE PRIMAVERA

La OCDE estima que el paro apenas bajará en España en 2014 y 2015

El club de los países más ricos sugiere al Gobierno que siga reformando el mercado laboral Pide al Banco Central Europeo que tome medidas contra la baja inflación Cree que las tensiones financieras en los emergentes pueden diluir la recuperación global

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.EFE

El informe de primavera de la Organización para el Comercio y el Desarrollo Económico (OCDE) estima que la recuperación en España es débil y lenta y, en línea con lo que espera la Comisión Europea, pronostica que el desempleo seguirá este año y el que viene en niveles cercanos al 25%. El estudio, firmado por el nuevo economista jefe del organismo que reúne a los 34 países más ricos del mundo, el japonés Rintaro Tamaki, destaca que las exportaciones serán el motor español en el próximo bienio, aunque recuerda que la deuda seguirá por encima del 100% del PIB, el crecimiento será muy discreto (1% este año y 1,5% el que viene) y el paro seguirá en cotas inaceptables, del 25,4% en 2014 y de solo un punto menos en 2015.

En el panorama global, la OCDE se muestra algo más optimista, aunque sin alharacas porque recuerda que en 2015 seguirá habiendo 11,5 millones más de parados que antes de la Gran Recesión. Además, alerta contra la inestabilidad financiera en los países emergentes, que según afirma puede llevarse por delante la recuperación global.

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Sobre Europa, el informe afirma que el riesgo de deflación en la zona euro debe ser conjurado por el Banco Central Europeo (BCE), al que el organismo multilateral pide también que tome medidas contra la elevada cotización del euro. En línea con el Gobierno francés y alemán, los sabios de la OCDE piden al BCE que tome “medidas nuevas para acercar la inflación a su objetivo” y le exhorta a estar “lanzar estímulos no convencionales si la inflación no da claros signos de regresar” al 2%.

Así, desde la organización con sede en París recomiendan al BCE que recorte los tipos de interés hasta cero y adopte medidas extraordinarias adicionales, que podrían incluir compras de deuda.

El escenario que dibujan los economistas de la OCDE para España enfría, pero no agua del todo, las optimistas proclamas del Ejecutivo del Partido Popular. Tras tres años en números negativos, el consumo privado repuntará un punto este año y otro más el que viene, pero los recortes del gasto público harán que la demanda interna solo crezca una décima en 2014 y medio punto en 2015. Las exportaciones de bienes y servicios seguirán creciendo a buen ritmo (5,6% y 6,3%), pero la subida de las importaciones dejará la mejora del saldo neto exportador en apenas un punto en 2015.

El estudio ve el vaso medio lleno cuando afirma que “la recuperación se hace cada vez más firme, la incertidumbre es menor y ha mejorado la confianza tanto de los inversores como de los consumidores”. En el lado negativo, la OCDE apunta que el déficit público español superará de largo el 5% este año (5,5%), para caer al 4,5% en 2015, mientras la deuda se situará en el 98,3% en 2014 y escalará al 101,4% durante el próximo ejercicio, en línea con las cifras que maneja la Comisión Europea. La inflación seguirá siendo moderada y, según el estudio, “el riesgo de deflación dificultará la reducción de la deuda”.

Recomendaciones al Gobierno

En el capítulo de recomendaciones y pronósticos, la OCDE dice que la recuperación de la economía española se fortalecerá gradualmente y que el crecimiento se basará sobre todo en las exportaciones, gracias a los leves repuntes del consumo privado y a la mejoría tanto del mercado laboral como de la confianza. La inflación seguirá siendo moderada y, según el estudio, “el riesgo de deflación dificultará la reducción de la deuda”.

“Los ajustes fiscales deben continuar pero a un ritmo más lento”, considera la OCDE, que sin embargo sugiere al Gobierno que siga introduciendo reformas para reducir el paro dando “la máxima prioridad a los jóvenes sin actividad y a los parados de larga duración, que necesitan más formación”.

Según el análisis, el desempleo ha mejorado y seguirá haciéndolo gracias a la “continuada moderación salarial”, pero la enorme cantidad de parados de más de dos años “debe ser combatida ofreciendo nuevas políticas de aprendizaje, sobre todo a los desempleados de la construcción”. España debería, además, “reformar su sistema fiscal para favorecer el crecimiento y dar más incentivos a la creación de empleo”, así como considerar “una prioridad el aumento del crédito bancario y de otras fuentes financieras”.

Sobre los riesgos que afronta la economía española, la OCDE apunta que están equilibrados; y si aventura que la normalización de las condiciones financieras podría “acontecer más rápido de lo previsto”, recuerda que la vulnerabilidad viene del alto nivel de deuda, del elevadísimo índice de paro y del bajo nivel de inflación.

Salida "lenta y ardua" de la crisis

El repaso a las economías internacionales define la salida de la Gran Recesión como “lenta y ardua” y recuerda que ha podido “descarrilar del todo”. No obstante, concluye que “el foco de las políticas puede cambiar del intento de evitar el desastre al de construir una recuperación resistente y más fuerte”. En general, las economías más avanzadas “están ganando fuerza porque la inversión y el consumo empiezan a rebotar”, aunque las cifras de paro siguen siendo “inaceptablemente altas pese a la mejoría de los mercados laborales en la mayoría de países”, dice la OCDE.

El informe subraya que el crecimiento de las potencias emergentes se ha retrasado, que las tensiones financieras en esos países todavía pueden llegar a abortar la recuperación global, y que los riesgos geopolíticos han aumentado desde que empezó el año. Los analistas abogan porque las heridas de la crisis sean afrontadas con políticas que disminuyan las desigualdades, un campo en el que, según el organismo internacional, “todavía queda mucho por hacer”.

Por lo demás, la OCDE da por zanjada la agónica fase de ajustes fiscales en toda su área de influencia, salvo en Japón, y pide acelerar las reformas estructurales para elevar el crecimiento y permitir a los ciudadanos más pobres “alcanzar mejores condiciones de vida”. Para alcanzar ese objetivo, el organismo defiende una idea clásica de los neoliberales: “Eliminar las barreras a la competencia nacional e internacional”.

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