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Rajoy prevé una recaudación histórica para afrontar el último gran ajuste de la crisis

Mantiene el pronóstico de PIB en el 2,5%. La recaudación superará los 200.000 millones, la mayor de la historia

El ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal MontoroFoto: atlas | Vídeo: JAVIER LIZON
Jesús Sérvulo González

El Consejo de Ministros aprobó este viernes el proyecto de Presupuestos para 2017. Están sostenidos por unas previsiones económicas prudentes, con un crecimiento del PIB del 2,5%. La tasa de paro bajará al 16,6% al final de año, según los cálculos oficiales. Las cuentas públicas están diseñadas para abordar el último gran ajuste de la crisis. Las Administraciones públicas tienen que bajar sus números rojos en unos 14.250 millones para cumplir con las exigencias de Bruselas. Para hacerlo, el Ejecutivo congela el gasto público y dibuja un crecimiento de los ingresos fiscales del 7,9%. Espera recaudar más que nunca: 200.963 millones, gracias al regreso de la inflación.

El proyecto de Presupuestos de 2017 llega con seis meses de retraso. Tenía que haberse aprobado en septiembre del año pasado, pero la compleja situación política ha ido retrasándolo. Se trata de unas cuentas restrictivas porque el Gobierno aún tiene deberes pendientes en el flanco del déficit público. La Comisión Europea obliga a bajar los números rojos al 3,1% del PIB a finales de año, lo que implica un ajuste de 14.250 millones de euros. Por debajo del 3% de déficit Bruselas levantará la mano. Salvo en 2012, cuando se acometió el mayor recorte de la democracia, obligados por Bruselas a cambio del rescate financiero, en ningún año se ha reducido tanto el déficit.

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El Gobierno cuenta con dos aliados para afrontar esa tarea. El crecimiento económico y el ansiado regreso de la inflación. Espera que el PIB crezca un 2,5% y los precios un 1,5%. Es un pronóstico prudente e incluso conservador a la vista de la cascada de revisiones al alza de las previsiones de expertos y analistas que sitúan el avance de la actividad más cerca del 3%.

La recobrada vitalidad económica impulsará la recaudación, según prevé el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que además cuenta con que la inflación aporte esas vitaminas extraordinarias a los impuestos para que aporten un 7,9% más que el año pasado. En total, Montoro espera recaudar unos 200.963 millones de euros, la mayor cifra de ingresos tributarios de la historia. Superior incluso a la de 2007, cuando los recursos del sector inmobiliario tenían dopados los ingresos públicos.

En resumen, la economía seguirá creciendo. Pero cambia el reparto de potencia que contribuye a esa tracción: sustituirá el empuje del consumo interno, que se relaja, por el del sector exterior. Las exportaciones se están revolucionando en los últimos trimestres. El ministro de Economía, Luis de Guindos, calcula que crecerán un 5,1% en el año, la tasa más alta desde 2011. Este escenario esboza un crecimiento más equilibrado que permite seguir ganando competitividad.

En el boceto macroeconómico del Gobierno, el empleo mantiene su vigor. Guindos anunció este viernes que prevé la creación de 506.000 nuevos puestos de trabajo durante este año, lo que reducirá la tasa de paro al final del periodo al 16,6%, un nivel similar al del final de 2008, cuando la crisis financiera lanzó su peor dentellada.

A pesar de que los vientos soplan a favor aún hay que abordar el problema de la deuda pública, que roza el 100% del PIB. Una de las herencias de la crisis que Bruselas obligará a reducir en los próximos años e incluso apretará para seguir ajustando las cuentas al objeto de bajar el lastre de la deuda. Entre otras cosas porque los gastos financieros son una pesada losa. Hacienda calcula que tendrá que destinar 32.171 millones del Presupuesto a pagar los intereses, casi lo mismo que el año pasado. Pero los analistas ya advierten de que a partir del próximo año este capítulo comenzará a crecer por la esperada subida de los tipos de interés.

Se prorrogan los recortes

Los Presupuestos se asientan sobre un techo de gasto público no financiero —el límite que impide aumentarlo por encima del crecimiento potencial de la economía— que asciende a 118.337 millones de euros, unos 5.000 millones menos que el de 2016. Esto significa que se prorrogan buena parte de los recortes aprobados el año pasado con el acuerdo de no disponibilidad de gasto —se impidió gastar los capítulos que aún no se habían comprometido hasta junio— y el anticipo del cierre de los ministerios. El ministerio de Hacienda cifró el jueves el impacto de estas medidas en 4.675 millones de euros.

“El gasto no financiero de los ministerios asciende a 54.674 millones, lo que supone una reducción de 3.490 millones respecto al presupuesto de 2016, dado que se ajusta la ejecución del año pasado”, admite el Ministerio de Hacienda, que insiste en que se respetan las partidas de gasto social. Es cierto que la mayor parte de las prestaciones sociales se mantienen pero pierden peso porque el crecimiento nominal (PIB más inflación) crecerá más, un 4,1%.

Las pensiones suben un 0,25%

En ese sentido, las pensiones suben un 0,25%, en función de lo establecido en la ley que regula la última reforma del sistema de pensiones. Con esta subida, los jubilados perderán un poco de poder adquisitivo porque los precios subirán más. Algo similar les ocurrirá a los empleados públicos, cuyo sueldo subirá un 1% este año. Aunque Montoro abrió la puerta esta semana a mayores subidas a partir del próximo año.

En cuanto al gasto social, los Presupuestos incluyen las partidas recogidas en el pacto alcanzado entre el Ejecutivo del PP y Ciudadanos valoradas en unos 1.650 millones de euros. Este acuerdo recoge un aumento de 100 millones para la dependencia, otros 342 millones para protección a la familia y protección infantil o un incremento del 1,7% para becas y programas de refuerzo escolar. También subirá un 5,5% las políticas activas de empleo. Asimismo, las cuentas contemplan un alza del 4,1% para políticas de innovación y desarrollo (I+D+i).

Para financiar todo este gasto público, el Ejecutivo ha dibujado una recaudación récord. Las últimas medidas fiscales aprobadas en diciembre del año pasado, que afectan sobre todo al impuesto de sociedades, permitirá que los ingresos de este tributo crezcan un 12,6%, según los cálculos oficiales. El IRPF aportará un 7,7% más por la creación de nuevos empleos y las tímidas subidas salariales. Y el IVA cosechará un 7,3% por la inflación y un plan especial contra el fraude de este impuesto.

El detalle de las partidas presupuestaria se conocerá este martes cuando el ministro de Hacienda presente el proyecto de Presupuestos en el Congreso de los Diputados. A partir de ahí le espera una tensa tramitación.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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