"Queremos que no se hable más de Argentina en términos de escándalo"

"Teníamos cuatro objetivos: económico, político, cultural y buscar una solución a los argentinos en situación irregular en España. Se han cumplido", afirma el ministro de Exteriores de Argentina, Rafael Bielsa, a su regreso de un viaje a Madrid junto al presidente, Néstor Kirchner. Relajado, después de cuatro días de numerosas reuniones con empresarios, políticos y argentinos que viven en España, el ministro recibe a EL PAÍS en su casa cuatro horas después de llegar al aeropuerto de Ezeiza. Pese al nuevo optimismo sobre el futuro de Argentina, Bielsa hace un llamamiento a la moderación y al realismo: "Estamos todavía en el infierno, tendremos que trabajar mucho, ser muy serios y rigurosos, y tratar de generar una épica del trabajo y el sacrificio". Y añade que el Gobierno del que forma parte quiere "que no se hable más de Argentina en términos de escándalo, no queremos que siga dando vueltas por el mundo la imagen de una Asamblea legislativa festejando como el Carnaval de Río la suspensión de pagos cuando debería haber sido una misa de cuerpo presente".

No vamos a privatizar la banca pública porque fue la que mejor resistió la crisis

Pregunta. Empresarios y políticos españoles dicen estar encantados con la visita de Kirchner. ¿Todo fue de maravilla?

Respuesta. Yo considero que estas misiones son necesarias, pero no suficientes. No estaba excesivamente preocupado antes de viajar ni estoy eufórico después de volver. No creo que todo se haya resuelto, pero tampoco creía antes que los obstáculos fueran irresolubles. No hay que presentar las cosas como si desde ahora hubiera un romance que fuera a terminar en matrimonio.

P. El hecho de que el proyecto de ley sobre el marco regulatorio de las empresas privatizadas se haya hecho en España y no en Argentina, ¿es una señal para los inversores extranjeros?

R. La primera versión que vi de un borrador sobre el proyecto de ley de marco regulatorio fue hace seis meses. A partir de ahí se avanzó con mucha seriedad, en diálogo con las empresas. Exceptuando algunas cuestiones de la parte energética (electricidad y gas), el proyecto está prácticamente terminado.

P. ¿Qué plantea el proyecto?

R. Una nueva ecuación económico-financiera distinta a la que imperó en la década de los noventa. Hay también una cuestión muy importante que es la deuda asumida por las empresas en relación a sus inversiones en Argentina. Muchas empresas se endeudaron con la compra de insumos básicos que se compraban en el extranjero para aprovechar la brecha cambiaria, con lo cual los pasivos estaban sesgados. Asimismo, la calidad del servicio y los niveles de inversión no siempre se ajustaron a los pliegos de adjudicación.

P. ¿Incluirá la cuestión de las tarifas?

R. Sí, pero con una modalidad diferente, porque se habla de tarifas sociales, de sectores que tienen que ser protegidos. Pero el problema de las privatizadas no es un tema sólo de tarifas.

P. ¿Qué se acordó en el tema de los argentinos irregulares en España y cuál es la línea divisoria entre privilegio e igualdad de trato?

R. Hemos constituido un grupo de trabajo en sesión permanente durante los próximos 90 días. Nosotros no pedimos ni privilegios ni amnistía. En mi conversación con Ana Palacio

[ministra española de Asuntos Exteriores] dejé muy claro que para nosotros los españoles que viven en Argentina son argentinos y no hay ninguna deuda pendiente. Tenemos que trabajar en un marco jurídico complejo porque hay que armonizar la legislación de España con la de la UE y los tratados bilaterales que tenemos suscritos entre Argentina y España. El propósito es no judicializar la cuestión de las personas que están en situación irregular, pero que no están ni indocumentados ni son ilegales.

P. Por las conversaciones en Madrid, ¿cuáles cree que son los temas que más preocupan en España en relación a Argentina?

R. Había falta de datos respecto de lo que está pasando en Argentina. Todas las preguntas de quienes tienen intereses económicos en nuestro país iban en esta dirección. Hemos tenido conversaciones prácticas. Recuerdo especialmente la charla del presidente Kirchner con el presidente de Repsol, Alfonso Cortina, que parecía un partido de tenis. Palo y palo y palo, puntos concretos, respuestas concretas...

P. ¿Es el momento de las reformas en Argentina?

R. Cuando me hablan de las reformas pendientes, pregunto dígame cuáles. ¿La de coparticipación federal? Se va a hacer, pero le doy un dato. Por primera vez en décadas las cuentas provinciales dieron un superávit de 2.700 millones de dólares. ¿La privatización de la banca pública? No la vamos a privatizar, porque fue la que mejor resistió la crisis a pesar de su presunta debilidad. ¿La reforma política? Por supuesto que la vamos a hacer. Ya está en curso la reforma del Senado. Pero, cuidado cuando se habla de las reformas pendientes. Porque si son otra vez la receta del FMI, nosotros las haremos encantados cuando EE UU y Europa levanten el mortal sistema de subsidios a su agricultura, que constituye el mayor factor de distorsión de los precios de las materias primas. Hemos hecho esfuerzos notables. Por ejemplo, de mayo a diciembre Argentina rescató la práctica totalidad de las 13 casi monedas que circulaban en distintas provincias, por un monto de 40.000 millones de pesos.