El inusitado esplendor del lino en España
El gran beneficio obtenido con las ayudas europeas a cuenta del lino originó un extraño fenómeno en España, que en sólo cinco años multiplicó la superficie dedicada a ese cultivo hasta cifras increíbles. Así, en la temporada 1993-94, España sólo dedicó al cultivo de lino 186 hectáreas (23 millones en ayudas europeas), pero la cifra se elevó a 91.400 hectáreas en la temporada 1998-99, el año del máximo esplendor de esa planta en España, que ingresó 10.000 millones de pesetas en ayudas europeas.
Pero ese año cambiaron las reglas y aumentaron los controles y el efecto fue inmediato: en la temporada 1999-2000, sólo se plantó lino en 17.000 hectáreas y este año se ha reducido a 1.000. En las temporadas 97-98 y 98-99, las ayudas europeas fueron de 5.136 millones y 5.438, respectivamente. Varios incendios fortuitos registrados en diferentes transformadoras fueron utilizados convenientemente para facilitar los fraudes. Además, como comprobó el OLAF (oficina europea contra el fraude), el escaso material transformado apenas era comercializado, porque el principal y casi único beneficio del negocio era el de las propias ayudas europeas.
Cuando se producen casos de fraude, Bruselas dispone de un instrumento que se conoce como 'mecanismo para la depuración de cuentas'. Una vez cuantificado el fraude, y escuchados los recursos correspondientes, al Estado infractor se le descuenta al año siguiente de los fondos agrícolas adjudicados la cantidad defraudada. En las dos últimas revisiones de las cuentas hechas a España, Bruselas pidió la devolución de casi 60.000 millones de pesetas, de los que 10.657 millones estaban relacionados con problemas en la producción y apoyo al consumo en el sector del aceite de oliva.
Nunca se exige la devolución total de las ayudas, porque obviamente siempre hay algunos casos en los que las ayudas se han utilizado correctamente. Por eso, es más que sorprendente lo ocurrido ahora con el lino, aunque la Comisión insiste en la gravedad de los hechos.
