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Dos divisiones cada vez más independientes

Los últimos dos años, los que arrancan desde las fusiones respectivas, han visto como los servicios de estudios de los dos grandes bancos, BBVA y BSCH, han ido ganando en calidad, en independencia, y en valor para profesionales económicos y periodistas; sus trabajos de análisis eran cada vez más útiles, al estilo de las grandes fundaciones en los países anglosajones, conocidas como think tanks. Todo ello a costa de discrepar cada vez más de la línea oficial, algo que raramente sucedía hace diez años. Una evolución que puede encontrar un escollo tras la polémica de estos días.

En los últimos informes, tanto del BBVA como del BSCH, no es raro encontrar posturas contrarias a las del Gobierno en cuanto a las previsiones de inflación, crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) o las incertidumbres que pesan sobre el sistema público de pensiones. Con el paso del tiempo, se han cumplido muchas de sus previsiones por lo que han ganado, poco a poco, en credibilidad.

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Las primeras ocasiones en que estos servicios de estudios discreparon abiertamente del Ejecutivo se convirtieron en grandes titulares de prensa. Sin embargo, tras las frecuentes desviaciones de las proyecciones oficiales, casi se ha hecho algo rutinario que los informes de los grandes bancos no coincidan con los del Gobierno.

Las dos grandes entidades financieras han convivido con esta situación sin grandes sobresaltos, hasta que llegó el estudio sobre la propuesta socialista acerca de un tipo único en el IRPF y estalló el escándalo.

El beneficio de la fusión

Los servicios de estudios de los dos grandes bancos se han beneficiado de las fusiones porque han agrupado a las mentes con mayor peso intelectual que estaban, por un lado, en el Banco Bilbao Vizcaya y en Argentaria, así como a los del Banco Santander con los del Central Hispano.

Hasta esta fecha, el papel de estos departamentos era más relevante para la propia entidad que para el exterior, es decir, los clientes, estudiosos de diferentes universidades y periodistas. Justificaban sus presupuestos por la ayuda que proporcionaban a la entidad a la hora de planificar sus inversiones. También eran un signo de distinción y vitola de prestigio.

Sin embargo, al llegar las fusiones se produjeron las uniones de equipos de economistas y analistas que han tenido dos resultados. Por un lado, ha mejorado la calidad de las publicaciones y, por otro, han ganado en profundidad e independencia en sus criterios.

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