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Juego de tronos en las ‘telecos’ de Brasil

César Alierta y Carlos Slim se disputan el mercado, con portugueses e italianos de invitados

Ramón Muñoz
Un hombre habla por teléfono en la avenida Paulista de São Paulo.
Un hombre habla por teléfono en la avenida Paulista de São Paulo.KAI PFAFFENBACH (Reuters)

Los analistas de Barclays le llaman muy significativamente "juego de tronos", como la popular serie televisiva, en alusión a la batalla que mantiene Telefónica desde hace más de una década por hacerse con el liderazgo de las telecomunicaciones en Brasil, su principal mercado. El último golpe de la operadora española le puede dar al fin la corona, si consigue que Vivendi acepte su oferta de 6.700 millones de euros por Global Village Telecom (GVT), su filial de telefonía fija e Internet.

El trono brasileño tiene dos pretendientes y algunos cortesanos instigadores. Se trata de César Alierta, el presidente de Telefónica, y Carlos Slim, el dueño de América Móvil. Hasta ahora, las espadas están en alto. La española, a través de Vivo, tiene una ligera ventaja por facturación (12.217 millones en 2013) frente a la mexicana que, a través de sus marcas Claro, Net y Embratel, le supera en número de clientes (96 millones).

Si se materializa la compra de GVT, Telefónica alcanzará el liderato en ambas categorías, superando los 100 millones de clientes, aunque evidentemente la operación responde a motivos estratégicos de más calado: hacerse fuerte en el mercado de banda ancha con mucho potencial de crecimiento e impedir que crezcan los dos rivales menores como Oi y TIM Brasil, que se reparten el resto del pastel.

Precisamente los responsables de estas operadoras son los otros cortesanos que, aunque no aspiren al trono, tienen un papel importante en este juego de tronos. El más activo es Zeinal Bava, el hasta esta semana presidente de Portugal Telecom (PT), que siempre ha jugado a varias bandas en Brasil y, hasta ahora, ha salido victorioso. Pero no pasa sus mejores días. Sus socios brasileños de Oi no se acaban de creer que no supiera nada del préstamo que otorgó PT a Rioforte (una sociedad de la familia Espírito Santo) por 937 millones de euros, y que ha puesto en peligro la fusión entre Oi y PT. Bava, que hasta esta semana compatibilizaba la dirección de ambas operadoras, se lava las manos y se ha quedado con la presidencia de Oi.

La relación entre Bava y Alierta no es la mejor. Ambos mantuvieron tensas conversaciones cuando Telefónica se hizo en 2010 con el 50% de Vivo que estaba en manos de la portuguesa por 7.500 millones, frente a los 5.700 que ofrecía inicialmente. Con esos fondos, Bava entró en el capital de Oi, lo que se interpretó como una traición. Dos años después, Telefónica salía del capital de PT, donde se había mantenido como un socio fiel durante años.

Tanto Portugal Telecom como Telecom Italia fueron socios de la operadora española; ahora son rivales

El otro alfil en esta partida es Marco Patuano. El ejecutivo llegó a la presidencia de Telecom Italia gracias al apoyo de Telefónica, uno de los principales accionistas, pero está maniobrando para arrebatar a la española GVT. Ha propuesto al vicepresidente de Vivendi, Vicent Bollore, una alianza estratégica, por la que la francesa se haría con una parte significativa del capital de Telecom. La italiana ha filtrado a la prensa que cuenta con el apoyo financiero para pujar por GVT.

Además, Alierta quiere forzar una jugada maestra ligando la compra de GVT a la salida del capital de Telecom Italia, que solo le ha producido quebraderos de cabeza, y cuantiosas pérdidas, desde que entrara en su capital hace seis años. Algunos analistas estiman que la operadora ya ha negociado con Vivendi la venta de su 8,3% en Telecom antes de lanzar la oferta por GVT.

Precisamente, Barclays advierte que la oferta de Telefónica por GVT es una medida defensiva que previene un previsible acuerdo con TIM y apuntala el negocio de banda ancha fija de Telefónica.

Para BNP Paribas, "desde un punto de vista estratégico la compra de GVT tiene todo el sentido porque permite a Telefónica extender su presencia en la telefonía fija más allá de São Paulo". El banco de inversión duda de que TIM lance una contraoferta.

Tanto Goldman Sachs como Macquarie subrayan que debido al diseño de la operación, mediante una ampliación de capital, Vivo (Telefónica Brasil) no aumenta su endeudamiento, lo que le permite mantener "su flexibilidad financiera en relación con una futura consolidación del mercado, especialmente en móvil".

Fidentiis va más allá. Considera que será difícil que las autoridades de competencia tengan objeciones, por lo que la operación "insufla presión al resto de competidores, especialmente TIM y Oi". Y avisa de que la oferta no excluye la eventual adquisición de TIM Brasil, aunque no la vea como una transacción a corto plazo.

Y es que esa sí que sería una jugada maestra. Si Vivendi compra el 8,3% de Telecom Italia, Telefónica tendría las manos libres para ir a por un bocado mayor: TIM Brasil. Y eso sí que le aseguraría el trono brasileño.

Oi se 'come' a Portugal Telecom

JAVIER MARTÍN

La caída del Espírito Santo acabó con la entelequia de que el pez chico se comiera al grande. La fusión anunciada en octubre entre la brasileña Oi y Portugal Telecom (PT), con casi una paridad de representantes de uno y otro lado en el consejo de la resultante CorpCo, ha vivido grandes cambios en las últimas semanas.

Hace un mes se descubrió que PT había comprado deuda del grupo familiar Espírito Santo por valor de 900 millones de euros. Una operación desconocida por el director general, Zeinal Bava, por lo que han sido culpabilizados de ella el expresidente de PT, Henrique Granadeiro, y el responsable de Finanzas, Luís Pacheco de Melo. Espírito Santo solicitó la suspensión de pagos por lo que PT no ha recuperado ese dinero.

La consecuencia inmediata ha sido que si la operadora portuguesa tenía el 37% de la fusión con Oi, ahora solo se queda con el 20%, y Granadeiro y Pacheco de Melo han quedado apartados de la gestión de PT y eliminados del futuro consejo de administración de CorpCo. No solo eso, el 10% que el Banco Espírito Santo tiene en PT será vendido y también el 10% de la sociedad Ongoing en la misma operadora. El escenario de la fusión en agosto nada tiene que ver con el previsto en octubre.

El terremoto de Espírito Santo llega hasta Brasil, donde el gestor de esta gran fusión, Zeinal Bava, ha tenido que actuar rápido y sin miramientos para que la corriente no se le llevara también a él por delante.

De entrada, acaba con el doble cargo, que aún mantenía Bava de director general de PT y de Oi. Abandona la operadora portuguesa y se centra exclusivamente en Oi y en acelerar el proceso de fusión, que había entrado en un peligroso impasse. Su cargo lo ocupará Armando Almeida, exdirectivo de Nokia, que reportará directamente a Bava.

Desde que estalló la crisis, directivos brasileños se habían hecho con la gestión financiera de PT. Bayard Gontijo también compatibilizaba la dirección financiera en Oi y en PT; a partir de ahora se centrará con Bava en cerrar la fusión, pero dejará a tres de sus hombres en Lisboa. Oi triplica en número de empleados a PT, tiene siete veces más de abonados al móvil, le triplica en líneas fijas y en banda ancha. Solo le supera PT en las suscripciones a la televisión de pago.

Desde el anuncio de la fusión, las cosas no han ido bien para ninguna de las dos operadoras. El valor de la acción de la brasileña ha caído de 5 a 1,50 reales, y la de PT, de 3,6 a 1,5 euros. Si se mira cuatro años atrás la valoración bursátil de PT ha pasado de 7.650 millones de euros a 1.500 millones.

Si no aporta capital, ¿qué aporta PT? Pues experiencia tecnológica. Oi debe modernizar sus infraestructuras, algo que PT ha hecho muy bien en Portugal, siendo un pionero en el over the top: integrar en una misma plataforma el teléfono fijo, el móvil, Internet y la televisión. En eso Bava es un experto y es la misión que debe cumplir en Brasil.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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