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La Reserva Federal vigila las decisiones europeas antes de pasar a la acción

La Fed argumenta que Estados Unidos no tiene problemas de liquidez para esperar noticias

El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.KAREN BLEIER (AFP)

Estados Unidos no tiene un problema de liquidez. Y ese es un argumento de peso para que la Reserva Federal se lo piense antes de reactivar la máquina de imprimir dinero, mientras mira de reojo lo que pasa en Europa, su gran amenaza para una recaída en la recesión. Sin embargo, el mercado le pide una acción preventiva. La opción menos costosa en este momento es la de seguir usando el arma del lenguaje. Y así lo hizo este miércoles, aunque con mucha cautela, al reiterar tras la reunión de su órgano decisorio que está lista para actuar si es necesario. En la víspera se barajó la posibilidad de que aplazara hasta mediados del año 2015 el objetivo de mantener los tipos a un nivel excepcionalmente bajo. Era un paso lógico tras extender el mecanismo que le permite reinvertir lo que recauda con la venta en letras a corto en deuda a largo plazo.

El mercado estadounidense pide una acción preventiva a la Reserva Federal y la opción menos costosa en este momento es el arma del lenguaje

Al final queda todo como está, y eso que en el comunicado final admite que hay un empeoramiento de la economía. La atención se desplaza así hasta mitad de septiembre. Para entonces tendrá los datos de empleo de julio y de agosto, y sabrá si el Banco Central Europeo (BCE) ha pasado a la acción. Ben Bernanke, su presidente, podría dar alguna indicación adicional antes en el simposio de banqueros centrales en Jackson Hole.

Los analistas de la firma de calificación Moody’s dejan claro, en cualquier caso, que cualquier esfuerzo de la Fed para apoyar el crecimiento en EE UU necesita ir acompañado de una acción más decidida del BCE para estabilizar la zona euro. Su previsión es que el crecimiento baje una décima en la segunda mitad del año, al 1,6% del PIB. El riesgo de recesión lo pone en el 27%.

A este ritmo de crecimiento, tanto en Wall Street como en el seno de la Reserva Federal tienen claro que es imposible avanzar hacia el pleno empleo y las cifras que llegan del mercado laboral irán a peor. El sector privado creó 163.000 puestos de trabajo netos en julio, frente a 172.000 en junio. Y las previsiones siguen sin ser halagüeñas.

Por si no fuera suficiente, el índice de actividad industrial se colocó en julio en los 49,8 puntos. Wall Street lo esperaba algo mejor. Todo lo que está por debajo de los 50 puntos se considera como una señal de contracción, zona que ya visitó en junio por primera vez en tres años. Dato, por tanto, al límite que se suma a otros que confirman el debilitamiento económico.

Es por este motivo por el que cada vez más miembros de la Reserva Federal estarían dispuestos a actuar antes de que se materialicen los peores augurios. Es una estrategia preventiva que ya utilizó Alan Greenspan en el pasado. En este caso se trataría de compensar los riesgos de la crisis de la deuda soberana en Europa y su amenaza para el conjunto de la economía global.

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