Moliner irrita al sector cerámico al arrogarse el trabajo de la patronal

Los empresarios cerámicos no tienen ninguna intención de dejarse manipular o utilizar por ningún partido político durante la campaña electoral que se avecina. Y mucho menos van a tolerar que estos se atribuyan logros que fueron impulsados por el sector desde hace años.

Los resortes del empresariado y de la patronal cerámica, Ascer, saltaron ayer cuando se toparon con unas declaraciones del vicealcalde de Castellón, Javier Moliner, en las que hablaba de la denuncia de investigación antidumping (competencia desleal) contra las baldosas de cerámica importadas por la UE desde China, al considerar que se estaba vendiendo en mercados extranjeros por debajo del coste de producción.

A raíz de una respuesta formulada por un europarlamentario del PP, Moliner poco menos que se atribuyó la defensa del sector ante Europa obviando en todo momento que fue Ascer quien, el año pasado, presentó la denuncia, a través de la Federación Europea de Fabricantes de Baldosas Cerámicas, la denuncia ante la Comisión Europea. "Haremos todas las acciones de lobby necesarias para respaldar a la industria azulejera en los foros institucionales nacionales y europeos", dijo Moliner que, eso sí, tuvo la deferencia de "comprometerse" a tratar el tema "con los empresarios cerámicos y estudiar las futuras acciones que pudieran ir dirigidas a mejorar la competitividad del sector para evitar la competencia desleal o las desventajas irregulares de otros mercados".

"Que nos diga cuánto tiempo y dinero ha destinado al asunto", exige un empresario

"Por una respuesta a un europarlamentario no puede apropiarse de un trabajo que vamos desarrollando desde hace más de seis años", indicaron ayer fuentes del sector. "Que nos diga cuánto tiempo y dinero ha destinado a presentar toda la documentación requerida y a contratar a los abogados expertos en este tipo de denuncias", añadieron. Tanta fue la irritación que causó el alarde de Javier Moliner que fuentes de Ascer quisieron recordar que el proceso se inició tras una denuncia presentada por la federación europea del sector, "a instancia de una representación significativa de la industria cerámica europea en la que figuran empresas de España, Italia, Portugal, Alemania, Francia, Holanda y Polonia".

Las mismas fuentes añadieron que una denuncia de este tipo "significa una gran dedicación y trabajo, así como un esfuerzo económico de nuestro sector" y conlleva "una actuación coordinada por parte de toda la industria europea en los distintos foros europeos e internacionales, que se ha llevado a cabo tanto en la preparación de la denuncia desde el año 2004 como durante la tramitación del procedimiento".

El vicealcalde de Castellón ensalzó su preocupación por el sector, uno de los gravemente afectados por la crisis, y presentó la respuesta dada por la Comisión Europea como muestra de ello, aunque en ella únicamente se informa de que la denuncia está en fase de investigación y que, tal como señalan los plazos estipulados, se impondrán medidas cautelares el próximo mes si la situación engloba todos los criterios para su adopción. Lo que la respuesta no añade, y por tanto Moliner no dijo, es que la conclusión definitiva de la investigación se conocerá a finales de septiembre, fecha que el sector conocía puesto que todos los plazos están preestablecidos.

Las palabras del vicealcalde dejaron estela. El diputado del Bloc Josep Maria Pañella también quiso asignarse parte de la defensa del sector y reclamó a los eurodiputados "elegidos con los votos de los castellonenses" que informen a los grupos a los que están adscritos "para que estos presionen a las autoridades europeas para que tomen las medidas necesarias para parar estas prácticas ilegales".

La investigación se inició en junio después de que la industria cerámica expusiera cómo, desde 2002, las importaciones de baldosas cerámicas de China a precios "extremadamente bajos" han estado creciendo constantemente con una tasa media anual del 49%, "debido a una política de precios que escapa a toda lógica basada en las tendencias mundiales de aumento en los costes energéticos y materias primas de los últimos años", tal como señaló Ascer en su día. Según la patronal cerámica "una política de precios que hace que el precio medio de un producto como el azulejo baje un 12% entre 2005 y 2009 -un periodo de encarecimiento global- ha de tener por fuerza un origen no basado en los costes".