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La salida de la crisis

España pierde pie en la recuperación

El crecimiento mundial en 2010 será más fuerte de lo esperado, según el FMI - El PIB español sigue en números rojos, tras una mínima revisión al alza

La recuperación de la economía mundial está en marcha. Tras tocar fondo hace pocos meses, en lo que fue el mayor retroceso desde la Segunda Guerra Mundial, ha tomado impulso. El rebote coge por sorpresa a los organismos internacionales, que vuelven a cambiar sus previsiones, pero esta vez al alza. "La recuperación ha empezado más fuerte de lo esperado, pero se produce a diferentes ritmos", afirmó ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el preámbulo de sus nuevas estimaciones. Unas cifras que vaticinan una salida de la Gran Recesión más dura para España que para cualquier otra gran economía.

El FMI cree ahora que el PIB mundial crecerá en 2010 un respetable 3,9%, cuando hace sólo cuatro meses, en octubre, pensaba que apenas superaría el 3%. Y, aunque de nuevo los cuatro fantásticos de la economía emergente (India, China, Brasil y Rusia) explican buena parte de la mejora de las previsiones, esta vez los países avanzados (2,1% de crecimiento frente al 1,3% augurado en octubre) no se quedan atrás.

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Según estas previsiones, Alemania crecerá un 1,5% (en octubre se estima un magro 0,3%) y Estados Unidos llegará al 2,7% (frente al 1,5% anterior). Y es en esta comparación donde España sale mal parada. No sólo sigue siendo la única gran economía que se contraerá en 2010 (-0,6%). También es la única, junto a Japón, que apenas se beneficia de esta mejora generalizada de las previsiones. Para 2010, el vaticinio sólo cambia en una décima. La recuperación no se dejará sentir hasta 2011, aunque el lastre del colapso inmobiliario y los efectos de una tasa de paro persistentemente alta dejarían el crecimiento en un tímido 0,9%, un vaticinio similar al que se hizo en otoño.

La revisión también alcanza a 2009, año en el que el FMI se alinea finalmente con la estimación del Gobierno para dejar el retroceso en el 3,6%. Aun así, su estimación vuelve a ser pesimista: para el cierre del año anticipa una tasa interanual del -3,1%, incompatible con una tasa intertrimestral positiva. Con este cálculo, España sería el único país que seguiría en recesión de todo el G-20, el grupo que integra a países avanzados y emergentes, en el que España ha venido participando.

El FMI achaca a la "extraordinaria magnitud" de los estímulos públicos a la economía y de las ayudas a la banca el repunte de la economía mundial. Pero si el derrumbe fue sincronizado, la fase de la recuperación se diferencia en tres grupos. Olivier Blanchard, economista jefe del Fondo, identifica primero al grupo de "grandes economías avanzadas" que, como EE UU, tendrá un crecimiento "débil", insuficiente para crear empleo. En el segundo, incluye a países emergentes, con China a la cabeza, que tendrán un crecimiento robusto y sostenido, pero deben vigilar la inflación y la creación de nuevas burbujas.

Y en el tercero están los países que "pagan los excesos pasados". Es el caso de España, Irlanda, Grecia o algunos países de Europa del Este. Blanchard explicó que el boom de la vivienda y el déficit exterior son problemas difíciles de resolver en condiciones normales, y requieren de un ajuste mucho mayor en periodos de crisis. "Les espera un año más de crecimiento negativo", remachó.

Jörg Decressin, jefe de estudios económicos, dijo que el FMI no es "pesimista" en sus previsiones sobre España. "Somos realistas", precisó, "le llevará más escalar para salir de la recesión" por el lastre que supone el elevado desempleo. Su receta es "mayor flexibilidad salarial", para incentivar la contratación y la competitividad, aunque no hizo ninguna mención al coste del despido.

El colapso de la vivienda y el desempleo, indica el FMI, frenarán más de lo previsto la recuperación del gasto de los hogares en todos los países avanzados. Dos factores que lastrarán el incipiente repunte, a los que suma el deterioro que están sufriendo las finanzas públicas, que podrían acabar por desestabilizar los mercados financieros y asfixiar la recuperación económica.

José Viñals, consejero de asuntos financieros, habló de que la deuda pública en los países avanzados representa un "problema creciente". Por eso, pidió planes de consolidación fiscal "claros" y "creíbles", para no minar la confianza de los inversores en la deuda pública. Y aunque dijo que es pronto para retirar los estímulos, "no es pronto para prepararse". El sector bancario, indicó Viñals, está aún lejos de estar "reparado", y la estabilidad del sistema es "frágil". "No hay que ser complacientes", reiteró. Respecto a la reforma financiera, pidió que se haga con cuidado y de forma consensuada a escala internacional.

El gran reto sigue estando en restaurar la salud del sistema, para que circule el crédito. Y se pide a los Gobiernos una "respuesta flexible" al afrontar todos estos retos, para que no se produzca un "repliegue prematuro y desorganizado" de los estímulos.

La decisión de los bancos centrales de empezar a retirar la liquidez inyectada desde otoño de 2008 en los mercados es un primer paso para avanzar hacia la normalidad, según Blanchard. Por otro lado, el FMI no ve riesgo de una burbuja especulativa en China, como teme el mercado. Aunque reconoce que Pekín tiene una difícil tarea por delante a la hora de gestionar los flujos de capital.

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