La volatilidad regresa a los mercados
La volatilidad parece imponerse en los mercados de valores en unos momentos en los que la altura de las cotizaciones exige prudencia y las carteras de valores necesitan contenido.
Esta última sesión fue un buen ejemplo de la ausencia de criterios uniformes entre los inversores, atraídos en un primer momento por la inercia alcista del mercado y en franca huida, después, al decantarse por los descensos la Bolsa de Nueva York.
El Ibex 35 llegó a ganar el 2,19% a lo largo de la mañana, lo que suponía superar los 8.500 puntos, pero el ambiente bajista de Nueva York impuso su lógica y el principal índice de la Bolsa española llegó a perder el 1,15% para caer hasta los 8.224,50 puntos. Al final, algunos de los grandes valores buscaron el equilibrio entre esas oscilaciones y el Ibex 35 cerró con un avance del 0,01% y en 8.321,10 puntos.
El resto de las plazas europeas tuvo un comportamiento similar, aunque al final no consiguieron un resultado tan neutro, en parte porque los datos sobre ventas al por menor y precios industriales de la eurozona del pasado mes de febrero mostraron que la crisis mantiene su velocidad.
Para algunos observadores, esta sesión respondió al esquema que manejan varios analistas sobre la dirección del mercado en las próximas semanas. Los gestores más desconfiados han dejado pasar de largo el reciente tirón del mercado, con lo que han dejado de ganar algo más del 20% y, algunos, intentan recomponer sus carteras ahora que todavía parece existir cierto potencial alcista.
La contratación en el Mercado Continuo fue ligeramente inferior a la del viernes, con 3.120,86 millones de euros. La negociación en el mercado de bloques de 122,68 millones de acciones del Banco Santander aportó 732,78 millones de euros al total contratado. Las operaciones del mercado abierto sumaron 2.247,45 millones de euros, 160 millones menos que el viernes, pero se mantienen en un nivel que parece indicar la existencia de algunos inversores finales, es decir, de operaciones a medio plazo.
El recorte sufrido por la Bolsa de Nueva York tuvo como origen la fallida compra de Sun Microsystems y el malestar en el sector bancario por las recientes declaraciones de George Soros, que le considera "básicamente insolvente".
