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Bush propone crear un organismo independiente para supervisar a las auditoras y a las consultoras

George Bush propuso ayer un paquete de 10 medidas para controlar a auditores y responsables de empresas dirigido a restaurar la deteriorada confianza de los inversores en el modo en que actúan los mercados. Las ideas presidenciales incluyen penalizaciones y restricciones, pero no van tan lejos como han pedido algunos congresistas y hasta el propio secretario el Tesoro, Paul O'Neill, quien deseaba hacer a los ejecutivos más fácilmente punibles por sus negligencias.

'El capitalismo de libre mercado depende de la actuación responsable de gente libre', dijo el presidente en un acto de entrega de premios a la calidad de las empresas. 'La gente de negocios no sólo debe responder a las demandas de los mercados y al propio interés, sino a las demandas de la conciencia'.

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Bush avaló la creación de un organismo federal independiente que supervise a auditoras y consultoras y sea tutelado por la SEC (Comisión del Mercado de Valores). Este ente deberá elaborar nuevos patrones de conducta y competencia profesional y podrá sancionar a sus violadores. Sin mencionar a Enron o Andersen, los catalizadores de la actual crisis, el presidente señaló: 'Hemos visto recientemente lo importantes que son estos estándares y el daño que puede producir el ignorarlos'.

El presidente propuso el establecimiento de límites en las actividades de las auditoras que puedan poner en peligro su independencia, pero no llegó al extremo de prohibir taxativamente la oferta de servicios de auditoría y consultoría a una misma firma.

Directivos y miembros del consejo de administración deberán hacerse personalmente responsables de la veracidad de los resultados financieros que anuncien sus empresas. El presidente no entró en posibles sanciones fuera de pedir que los responsables devuelvan primas y opciones sobre acciones en caso de que sus empresas tengan que retocar las cuentas de resultados para ajustarlas a la realidad. Ejecutivos de Enron recibieron el año pasado 320 millones en retribuciones extraordinarias, al tiempo que la sociedad tenía que recortar 600 millones en las ganancias de ejercicios previos.

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