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Las ‘startups’ españolas afincadas en Londres temen el efecto ‘brexit’

El resultado de las negociaciones entre la UE y el gabinete de May afectará a la competitividad, fiscalidad y capacidad de retención de talento de las empresas

Vídeo: Olivia López Bueno

Lentas y complejas. Así están siendo las negociaciones entre Reino Unido y el equipo negociador de los Veintisiete. El pasado 26 de junio se hacía pública la propuesta de Theresa May, en la que se presentaba la nueva categoría migratoria: el estatus de “asentado”, algo que deja muchas dudas con respecto a la nueva situación de los ciudadanos no británicos y genera incertidumbre en las empresas. En los 59 puntos de la propuesta, lo único que menciona con respecto a las compañías extranjeras, casi de soslayo, es que “Reino Unido seguirá siendo un hub de talento internacional”. Adelantan también que se están preparando nuevos documentos que se publicarán lo antes posible para que empresas e individuos tengan tiempo de prepararse. Pero, ¿cuáles son esas propuestas? ¿Afectarán negativamente a las startups de nuestro país? ¿Hasta qué punto cambiará la situación?

Las compañías de todos los países europeos se verán afectadas por el brexit, pero nuestro país será uno de los que más van a sufrir las consecuencias. Standard & Poor’s publicó un estudio tras conocerse los resultados del referéndum que colocaba a España en la octava posición europea en el Índice de Sensibilidad al Brexit (BSI). Es decir, es uno de los países que más afectados se verán por la nueva situación, que se hará efectiva en 2019.

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Fermín Albadalejo, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios (CEAJE), asegura que el brexit tendrá un enorme impacto, que por otra parte será “difícilmente cuantificable”. Además, añade que “muchas empresas han optado por el wait and see porque no hay nada claro.”

Uno de los principales problemas a los que se tendrán que enfrentar las empresas será la “pérdida de las ventajas financieras, comerciales y legales con las que operaban mientras el Reino Unido ha pertenecido a la UE”, afirma Rafael Calduch, Catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Y añade que “perderán también la capacidad de competir en igualdad de condiciones con las empresas británicas en el mercado interior de Reino Unido”.

Para las pequeñas empresas, el brexit supondrá un riesgo añadido, ya que complicará el acceso a la financiación y “es previsible un aumento de los costes de litigios muy propios de estos procesos de transición”, afirma el presidente de CEAJE. Si nos centramos en las startups, la situación puede ser especialmente preocupante, ya que hasta ahora la City británica era el ecosistema ideal para su desarrollo. Ahora podría perder encanto financiero y regulatorio, ya que será más complicado levantar capital y las startups deberán adaptarse a la nueva regulación.

En su día, las ventajas regulatorias y ser el país con el mayor flujo de capitales para captar inversión fue lo que hizo que Ebury, compañía de servicios financieros fundada en 2009 por Juan Lobato y Salvador García, se instalara en Londres. Duarte Líbano, director general de la compañía para España y Portugal, apunta que, al ser una empresa con sede central en Londres, están regulados en Reino Unido, y que aunque el proceso no tendrá mucha incidencia en su actividad, ya están preparando una estrategia. “Más que de preocupaciones, hablamos de previsiones en el plano estratégico y de negocio. Desde que conocimos el Yes al brexit empezamos a estudiar alternativas, a efectos regulatorios principalmente”, explica.

El caso de Darwinex, un portal en el que los traders pueden operar productos financieros tradicionales o Darwins, es similar, ya que desde el inicio tiene sede en Reino Unido. El proyecto echó a andar en 2012 y, tras varios cambios en el modelo inicial, lanzaron Darwinex en 2014. Ignacio Colón, encargado de desarrollo internacional, explica que una de sus preocupaciones es que actualmente están operando con el pasaporte MiFID en la Unión Europea y “en el caso de producirse el brexit nos veríamos obligados a obtener regulación de otro país de la UE para seguir operando con esa visa”.

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AglarisCell es una compañía que desarrolla tecnología para el cultivo de células madre. Se fundó en 2012 en Madrid y dos años más tarde abrió Aglaris Ltd en Reino Unido. En su caso, el brexit podría influir en varios aspectos. David Horna, director general de AglarisCell apunta que uno de ellos es el de recursos humanos, “creemos que será más complicado el acceso a personal altamente cualificado dentro de la Unión Europea”. Por otro lado, les preocupan las relaciones comerciales con Europa y la inversión ya que “el acceso a la financiación para proyectos de I+D de la Unión Europea va a desaparecer y todavía no se sabe de qué forma se sustituirá”.

Mientras Reino Unido siga perteneciendo a la Unión Europea, seguirá sujeto a las normas comerciales comunitarias, por lo que tanto las empresas británicas como las españolas podrán seguir operando como hasta ahora. Pero una vez el brexit se haga efectivo —en 2019, según lo previsto— la situación cambiará de forma radical.

Una de las soluciones más comentadas es la búsqueda de dos nacionalidades empresariales. “Nuestra idea es tener al menos dos regulaciones: la actual, en Reino Unido, y otra en algún país europeo para disponer de ese pasaporte que nos permita trabajar en el resto de países sin fronteras”, comenta Líbano, de Ebury.

Para Aglaris, la preocupación está producida por la situación que tendrán sus empleados en el momento en que se anuncie la separación definitiva. “Aunque somos una compañía británica, muchos de los trabajadores son desplazados desde España”, comenta Horna. Su mayor reto será encajar las situaciones legales que se generen, tanto en el ámbito de los recursos humanos, como en el aspecto comercial y de financiación. “Lo más importante es estar informado de todo lo que vaya surgiendo y tener una estructura que pueda asimilar cualquier cambio en un corto periodo de tiempo”, señala.

Ignacio Colón destaca que la falta de información es lo que genera más inquietud en Darwinex. “Lo que más nos preocupa es, sin duda, la incertidumbre. Ese es el peor enemigo para los mercados financieros. Ante la duda de qué va a pasar es posible que los usuarios europeos prefieran esperar a la resolución de las negociaciones antes de abrir una cuenta”. Por eso recomiendan planificar con antelación, no dejar nada al azar y anticiparse a las posibles consecuencias.

En cualquier caso lo que si sabemos, es que va a ser un proceso lleno de dudas, sobre todo para las empresas que no cuentan con información directa por parte de las instituciones públicas. Por eso, la mayoría se acogen al wait and see, porque no hay nada seguro y porque la incertidumbre es el principal enemigo de los empresarios.

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