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Emprendedores

De aquellas redes... estas gafas de sol

La firma vasca Eko-REC da vida a los residuos plásticos para su reutilización en moda, textil, alimentación y automoción

Mikel Ormazabal
Una trabajadora de la firma separa las redes destinadas al reciclaje
Una trabajadora de la firma separa las redes destinadas al reciclajeJAVIER HERNÁNDEZ JUANTEGUI

En Eko-REC se descargan al cabo del año 24.000 toneladas de residuo plástico que han sido depositados en los contenedores amarillos. Con ese material se podrían levantar montañas de 120 metros de altura en cada uno de los 20 campos de fútbol de la Liga española. También recibe grandes cantidades de redes de pesca que los barcos pierden en el mar o prendas desechadas. Todo este material de desecho se somete a un proceso de reciclaje del que obtiene minúsculas láminas de plástico y fibra de poliéster que después se destinan a la producción de envases de bebidas o para otros usos del sector textil y de la automoción. De las instalaciones de Eko-REC sale a diario material reciclado apto para, por ejemplo, fabricar gafas de sol, chaquetas y pantalones, alfombrillas para el coche o un tipo de baldosa hecha con restos de etiquetas de botellas.

Esta empresa guipuzcoana (su sede está en Andoain) está especializada en el reciclaje de botellas de plástico, unos seis millones al día. Se halla inmersa en un proyecto innovador consistente en la transformación de redes marinas (también emplean mallas que se utilizan en las obras para cubrir las fachadas de los edificios) en un material de nylon que después se emplea para fabricar monturas de gafas de sol o prendas textiles. Aunque el volumen de producción es aún pequeño, asegura Santiago Barba, director general de la empresa, es una línea de negocio que va en aumento.

La empresa trata al año unas 24.000 toneladas de desperdicios contaminantes

Los mares del mundo son un enorme depósito de redes de pesca que los barcos van perdiendo y quedan abandonadas, se enredan en arrecifes o flotan a la deriva causando miles de muertes en la fauna marina. Es la denominada “pesca fantasma” que contamina los océanos y mata miles de peces. Una iniciativa liderada por la firma radicada en Barcelona Sea2See ha involucrado a varias empresas en su cruzada por sanear los mares con el reciclaje de desechos plásticos para la fabricación de “gafas sostenibles”. Cada par de gafas elimina 10 kilogramos de plástico del mar, asegura en su web Sea2See.

Eko-REC participa en esta cadena ambiental como socio encargado de convertir las redes de pesca en fibra de poliamida apta para confeccionar las gafas. “Estamos en contacto con los gestores de los puertos pesqueros vascos para que nos suministren las redes. En la fábrica las lavamos, se trituran y mediante un innovador proceso de extrusión quedan reducidas a pequeños trozos de fibra”, que los fabricantes de moda textil y accesorios aprovechan para producir prendas de ropa o las monturas de gafas, explica el responsable de la compañía.

Se estima que 200 toneladas de redes de pesca podrían servir para producir hasta 18.000 metros de tejido. El proyecto Orlegi Sarea (Red Verde), en el que interviene Eko-REC, ofrece una salida a esos aparejos pesqueros de nylon. Su reciclaje permite emplearlas también para las quillas de las tablas de surf o el filamento que utilizan las impresoras 3D.

Es un ejemplo de “las ventajas de la economía circular y el empleo verde”, asegura Barba. La actividad que desarrolla esta empresa, añade su director, “evita la emisión de 42.000 toneladas anuales de CO2, permite consumir un 20% menos de agua, un 50% menos de energía y un 60% menos de contaminación”. Eko-REC se ha marcado el objetivo de lograr que en una década el 70% de sus ingresos provengan de productos que en la actualidad no están en su cartera. Creada en 2012 “con fondos propios y sin ningún tipo de ayuda o subvención pública”, cuenta con una plantilla de 115 trabajadores (90 en la fábrica) y factura alrededor de 18 millones de euros al año.

En la compañía, que factura unos 18 millones de euros anuales, trabajan 115 personas

En Eko-REC entra basura y salen productos para uso industrial. “Damos una nueva vida al residuo”, comenta Barba: “Lo convertimos en un recurso de manera rentable a partir de una apuesta por la I+D+i que busca encontrar variadas soluciones”. Compra “residuos urbanos” que descontamina y transforma en materia prima para el mercado de la alimentación o la automoción.

Casi todo es reutilizable

Con las láminas de PET que recicla Eko-REC se pueden fabricar 10.000 toneladas de envases nuevos al año. Una vez recicladas, también se emplean para confeccionar tejidos de prendas como camisetas, abrigos o pantalones. Otro de los proyectos que lidera, junto a la cooperativa Koopera, la empresa Startecnik y la consultoría Prysma, es la reutilización de más de 700 toneladas de prendas sintéticas desechadas como soporte de la moqueta y las alfombrillas de los automóviles. Barba señala que cada turismo va equipado con entre 10 y 15 kilos de fibra y asegura que en la empresa que dirige producen una cantidad suficiente para equipar 1,5 millones de coches al año, “desde un Kia a un Porsche”.

Otra novedosa línea de actividad consiste en el aprovechamiento de las etiquetas y los tapones de las botellas de plástico. La compañía ha conseguido emplearlos para fabricar “la primera baldosa de material 100% reciclado” que se destina para el sector de la construcción. “Su aspecto exterior es personalizable, es más resistente al fuego que la madera y también soporta una mayor carga y tensión que la cerámica convencional”, explica Barba. El primer prototipo fue presentado en un congreso internacional sobre medio ambiente celebrado en Colombia. Cada kilogramo de loseta es el resultado de mezclar 350 etiquetas de papel y 25 tapones de plástico. Eko-REC destina 325.000 euros en la puesta en marcha de este proyecto específico, apoyado por el Ministerio de Economía, con el que prevé reciclar hasta 700 toneladas de etiquetas y tapones para fabricar estas baldosas.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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