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Uber lanza en Madrid el sistema de precio cerrado, como hace Cabify

Los usuarios de la aplicación de transporte conocerán de antemano el precio exacto del trayecto, en vez de una horquilla de precios

Javier Salvatierra
Juan Galiardo, a la izquierda, y Manel Pujol, en la nueva sede de Uber en Madrid.
Juan Galiardo, a la izquierda, y Manel Pujol, en la nueva sede de Uber en Madrid.álvaro garcía

A partir del próximo 22 de septiembre, los clientes de Uber en Madrid conocerán de antemano y al céntimo cuánto les va a costar el viaje al destino elegido, en vez de tener que conformarse con una horquilla de precios, como sucede actualmente. La filial española de la empresa de transporte, que ha estrenado sede este jueves en Madrid, sigue los pasos de Cabify y modifica su sistema de precios, con retoques en los precios mínimo, por kilómetro y por minuto. Con estos cambios, asegura la empresa, los precios de los trayectos se abaratarán entre un 4 y un 5% y aumentará los ingresos de los conductores.

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Madrid será la segunda ciudad europea con el sistema de precio cerrado por trayecto, tras un año y medio de funcionamiento y un millón de descargas de la aplicación UberX, la de movilidad. Esta es una funcionaliad que ya tenían en marcha otras aplicaciones de transporte, como Cabify. Según ha explicado Juan Galiardo, el nuevo director general de Uber Movilidad para España, “la prioridad para los usuarios era saber de antemano cuánto iba a costar el servicio”. Así, la empresa ha estudiado los trayectos realizados por los usuarios madrileños de la aplicación y ha decidido implementar un nuevo sistema que, asegura, hará aumentar los ingresos de los conductores y reducirá hasta un 5% el precio para los usuarios.

Según el nuevo sistema, el precio mínimo por trayecto, la cantidad fija que hay que pagar por corto que sea el desplazamiento pasa de 5 a 5,50 euros; el precio por minuto se reduce a la mitad, de 0,20 euros a 0,10; y el precio por kilómetro sube ligeramente, de 1,15 euros a 1,25. Con estos nuevos precios, analizando datos de tráfico y distancia, el algoritmo de la aplicación fijará el precio automáticamente. También tendrá en cuenta los datos de demanda, porque Uber mantiene la política de precio dinámico, es decir, de precio cambiante en función de la demanda. En resumen, hacer un mismo trayecto no costará siempre exactamente igual.

Galiardo ha justificado los cambios en las demandas de los usuarios y también de los conductores. “Con un precio mínimo bajo, se producían muchos viajes cortos, lo que ocasiona ineficiencia”, ha afirmado Galiardo, recogiendo una queja de los conductores. Con los nuevos precios, la empresa trata de conseguir que los trayectos sean más largos y eficientes. Igualmente, sostiene que la nueva estructura de precios resulta beneficiosa para los usuarios, dado que se abarata el precio por tiempo, que puede variar en función de atascos, por ejemplo. “Seguimos siendo la opción más competitiva del mercado”, ha asegurado.

"España va hacia atrás"

Preguntado por la batería de medidas anunciada por el ministerio de Fomento hace unos días, alineadas con las demandas del sector del taxi, Galiardo ha declinado valorarlas por estar en una fase preliminar de tramitación, pero no ha ahorrado críticas al Gobierno. “El Gobierno debe dejar de apoyar el monopolio del taxi en contra de los intereses de los muchos ciudadanos que demandan otras alternativas”, ha afirmado. Igualmente, ha cargado contra el sistema regulatorio español relativo a la movilidad, “uno de los más restrictivos de Europa”, que no les permite, por ejemplo, operar en Barcelona. Ha relatado que este verano medio millón de personas, muchos turistas, han abierto la aplicación de Uber en la capital catalana, solo para darse cuenta de que allí no pueden usarla.

Ha denunciado que “España va hacia atrás” en la regulación de la nueva movilidad, al contrario que otros países, como Portugal, al que ha puesto como ejemplo por estar tramitando una nueva ley “moderna” para el sector, que, entre otras cosas, no establece un límite para las licencias VTC, con las que operan en España empresas como Uber o Cabify. En España, la ley de transporte fija un ratio ideal de una VTC por cada 30 taxis, ratio que ha sido superado ampliamente en casi toda España, para disgusto de los taxistas. En este sentido, ha justificado en el porcentaje de licencias VTC el hecho de que Uber no esté en Barcelona. "No hay densidad suficiente de VTC para poder dar un servicio adecuado, sin que el cliente tenga que esperar demasiado al conductor", ha explicado.

El acto ha servido para presentar las nuevas oficinas de Uber en España, un espacio moderno, luminoso y diáfano de unos 700 metros cuadrados en el que trabajan actualmente unas 25 personas y que va a ser el centro de operaciones de la empresa para el sur de Europa (España, Portugal, Italia, Grecia, Turquía e Israel). Ha decidido instalarse en un edificio denominado The Cube que albergará una aceleradora de start ups.

El despliegue de UberEATS

En la presentación de su sede, los responsables de Uber también han dado cuenta de la marcha de UberEATS, la aplicación para el reparto de comida a domicilio. Tras ocho meses de funcionamiento en Madrid, Manel Pujol, director general de UberEATS, se ha mostrado muy satisfecho de contar ya con 700 restaurantes colaboradores y 100.000 descargas de la aplicación. Ha anunciado que el año que viene abrirán en tres ciudades más, que, dice, aún no están decididas. Además, se ha mostrado ilusionado ante las posibilidades de crecimiento, toda vez que solo el 12% de la comida que se pide a domicilio en España se pide por una aplicación -el resto se pide por teléfono-, frente al 49%, por ejemplo de Reino Unido. Ha cifrado en 3.000 millones de euros al año el negocio de la comida a domicilio en España, el cuarto en volumen de la UE.

Tras anunciar cambios en la aplicación -no hará falta un pedido mínimo, afinan las recomendaciones automáticas y aumentan las posibilidades de filtrado-, ha marcado distancias con otras empresas competidoras en el hecho de que ofrecen flotas de reparto. "Ofrecemos a los restaurantes la opción de que alguien envíe la comida por ellos y que ellos no se preocupen más que de cocinar", ha dicho Pujol. Eso, ha afirmado, "hace que muchos restaurantes que hasta ahora no se planteaban el reparto, ahora pueden hacerlo fácilmente", por lo que también aumenta la oferta de tipos de comida que el cliente puede pedir.

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