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Las armas secretas de los grandes bufetes

La tecnología es la clave para transformar unas empresas antaño celosas de los modelos tradicionales

Getty

La armonización de las regulaciones internacionales y la crisis han multiplicado la competencia elevado la exigencia de los clientes y hecho caer las tarifas de los bufetes de abogados. Casi nadie hubiera anticipado que las firmas legales, conocidas por aferrarse con uñas y dientes a su modelo de negocio tradicional, introducirían en sus balances fuentes de ingresos tan sorprendentes como el diseño y comercialización de aplicaciones de software. Algunas, como Deloitte Legal, ya no sólo asesoran en protección de datos, sino también en ciberseguridad. Enseñan lo que aprendieron al crear unos poderosos cortafuegos para proteger la confidencialidad de la información de sus clientes.

Jorge Badía, director general de Cuatrecasas, cree que esta transformación incluye, sobre todo, la revisión de sus estructuras internas, "una apuesta por los servicios diferenciales y adaptados a la nueva demanda del mercado y el uso de la tecnología para ser más eficientes y competitivos". Isabel Casas, directora de Gestión del Conocimiento de Garrigues, añade a esta mezcla una "globalización del derecho" que ha vaciado de sentido "la superespecialización del abogado". Los asesores jurídicos se están convirtiendo en consultores: se organizan, cada vez más, en equipos multidisciplinares coordinados con la ayuda de la tecnología, trabajan por proyectos y ofrecen una solución integral que cubra las principales necesidades legales de las empresas a las que asisten.

Por supuesto, apunta Isabel López-Bustamante, socia de Deloitte Legal, los bufetes deben digitalizarse y aprender de ello para acompañar y aportar soluciones a unos clientes que están viviendo ese mismo proceso. Ni pueden ni deben hablar de oídas. Así, fuentes de Baker McKenzie recuerdan que han lanzado un programa global de innovación que aborda "el aprendizaje automático o machine learning, la transformación de servicios mediante design thinking y las inversiones tecnológicas". Aseguran que han desplegado ya "más de 20 proyectos avanzados que buscan modernizar el procesamiento de datos, una mayor integración con nuestros clientes y aumentar el uso de las tecnologías móviles disponibles".

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Emplean, igualmente, la inteligencia artificial para optimizar algunos de los productos que ofrecen. Cuentan, por ejemplo, con Relativity, un sistema que facilita a sus clientes el "intercambio de datos digitalizados fundamentalmente para procesos litigiosos", y con "herramientas diseñadas para coordinar mejor las tareas entre los abogados, reducir el tiempo de búsqueda en bases de datos y consultar la facturación a tiempo real de manera transparente".

Isabel López-Bustamante, de Deloitte Legal, cree que los despachos de abogados deben desarrollar "soluciones innovadoras basadas en tecnologías tales como la robótica, la inteligencia artificial y el análisis masivo de datos, por citar algunos ejemplos". Estas soluciones, sigue, no sólo redefinen la forma de hacer las cosas dentro del despacho, sino que permiten "crear nuevos servicios de acuerdo con las nuevas necesidades". Ellos han utilizado lo que están aprendiendo de su propia transformación para impartir formación a las empresas y para asesorarlas en frentes como "la protección de datos, el cumplimiento normativo, el envío masivo de datos al regulador o la ciberseguridad".

Inteligencia artificial

Jorge Badía, de Cuatrecasas, admite, en este sentido, que ellos están "testando sistemas de inteligencia artificial basados en la revisión inteligente de los contratos mediante Kira Systems" y que esperan que eso les permita "ahorrar el 50% del tiempo destinado a procesos como las due diligences [auditorías legales], además de reducir los riesgos". La implantación de sistemas digitales avanzados los ha llevado también, según Badía, a formar a sus abogados con "un plan de capacitación tecnológica de la mano de ingenieros informáticos".

Cuatrecasas, sigue su director general, también ha "repensado y adaptado los grupos de práctica para crear equipos más transversales" y fomentar la coordinación entre departamentos y territorios. En paralelo, ha facilitado el "trabajo colaborativo" y la comunicación de los profesionales de administración o recursos humanos con los abogados.

Con la introducción en España de la responsabilidad penal de la persona jurídica, Garrigues optó por diseñar una aplicación informática que facilitaba y digitalizaba la recolección de "la información del cliente, de forma participativa, para evaluar los riesgos penales". Más adelante, siguen, se encontraron con que los clientes querían quedarse con la herramienta después del proyecto. Fue entonces cuando invirtieron importantes recursos en ella para convertirla en "una nueva aplicación mucho más avanzada tecnológicamente, con funcionalidades fundamentales para la gestión de un cumplimiento normativo global".

Isabel Casas, directora de Gestión del Conocimiento de Garrigues, añade que ellos usan "las mismas herramientas de colaboración, con el mismo certificado de seguridad, internamente, entre los abogados del despacho, y externamente, en nuestra relación con el cliente". La información fluye así mucho más rápido entre los asesores jurídicos y la empresa que los contrata.

Una de las herramientas que destaca Casas en este sentido es Garrigues Collaborate (GC), que permite "prestar un servicio online 24 horas al día, siete días a la semana, y resolver transacciones complejas desde cualquier dispositivo". Más concretamente, apunta, este nuevo instrumento ha hecho posible que, en los procesos de auditoría legal, se creen unas data rooms virtuales que, "además de agilizar el intercambio de información con todas las garantías de seguridad y confidencialidad, facilita la coordinación entre los diferentes departamentos y el cliente".

La inteligencia artificial y la robotización interna también están condicionando los servicios de Garrigues. César Mejías, director de Tecnología de la firma, destaca en este caso Proces@, que consiste en "una herramienta que permite transcribir e indexar audios, vídeos y textos escaneados de carácter jurídico de una manera sencilla, rápida y con mínimos errores, una funcionalidad que facilita el trabajo de nuestros abogados y que a su vez mejora nuestros tiempos de respuesta con el cliente".

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