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Wells Fargo eleva a 3,5 millones el fraude de las cuentas fantasma

La entidad indicó inicialmente que sus empleados crearon 2,1 millones de cuentas sin el permiso de sus clientes para recibir pagas más altas

Logo de la entidad en una sucursal
Logo de la entidad en una sucursalRogelio V. Solis (AP)

El fraude de las cuentas fantasma en Wells Fargo es mayor del anticipado. El grupo financiero con sede en San Francisco reconoce ahora que sus empleados crearon 3,5 millones de cuentas sin la autorización de sus clientes, que incluyen tanto particulares como pequeñas empresas. En un primer momento se habló de 2,1 millones. El escándalo forzó la dimisión de su consejero delegado.

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Las cuentas ficticias se abrieron entre 2009 y 2016. Los empleados las crearon para cumplir los objetivos de ventas que imponía la dirección y poder beneficiarse de una paga extra a final de año. Una investigación preliminar ya señaló que los gestores actuaron con demasiada lentitud a la hora de atajar estos abusos. John Stumpf no solo dejó el cargo, además tuvo que devolver parte de su sueldo.

Stumpf sabía del problema en 2012 pero se minimizó su alcance y solo se empezó a investigar tres años después. El escándalo de Wells Fargo tuvo también ramificaciones políticas. La senadora demócrata Elizabeth Warren utiliza el fraude para denunciar que los reguladores del sector financiero, especialmente la Reserva Federal, no actúan de una manera contundente para exigir responsabilidades.

Las cuentas fantasma incluyen depósitos y tarjetas de crédito. El banco explica que estos 1,4 millones adicionales se descubren tras una revisión más amplia del fraude. Los reguladores se limitaron a sancionar a la entidad con 185 millones de dólares por permitir estas prácticas. Las últimas revelaciones, por tanto, pueden alimentar aún más el debate político sobre la reprimenda a Wells Fargo.

Los demócratas, en paralelo, se hacen con nuevos argumentos para demostrar que es necesario disponer de una agencia que proteja a los consumidores de los fraudes de tipo financiero. Los republicanos, con el apoyo de la Casa Blanca, quieren aprovechar la reforma de la regulación adoptada tras la crisis para desmantelarla. Janet Yellen, la presidenta de la Fed, pidió que los cambios sean modestos.

La primera investigación interna arrancaba en el año 2011. Wells Fargo, uno de los cinco mayores bancos de Estados Unidos, aceptó revisar los datos desde 2009 tras la presión a la que le sometieron los legisladores. La firma compensó a los clientes afectados con 10,7 millones de dólares. Tim Sloan, su consejero delegado, espera de esta manera poder pasar página.

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