_
_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Mercado en transición

Volar debe ser una experiencia agradable, no una tortura llena de incertidumbre

Un avión de la aerolínea alemana Air Berlin (arriba) se prepara para despegar en el aeropueto de Düsseldorf (Alemania) el pasado 16 de agosto.
Un avión de la aerolínea alemana Air Berlin (arriba) se prepara para despegar en el aeropueto de Düsseldorf (Alemania) el pasado 16 de agosto. FRIEDEMANN VOGEL (EFE)

Uno de los exponentes de la extensión de la dinámica de globalización en las tres últimas décadas es el crecimiento del transporte aéreo de personas y mercancías. El aumento de este tipo de desplazamientos se ha popularizado convirtiendo a esa industria y las asociadas en uno de los sectores más importantes de la economía mundial. En los últimos veinte años el número de rutas se ha ampliado paralelamente al descenso de los costes de transporte y a la proliferación de compañías no convencionales, especialmente las denominadas “de bajo coste”, especializadas en la búsqueda de ganancias de eficiencia, en general a costa de la comodidad de los pasajeros.

La asociación entre demanda de estos servicios y crecimiento económico es estrecha: se estima que en el conjunto de este año el gasto en transporte aéreo de personas equivaldrá al 1% del PIB mundial. Solo los turistas gastarán este año más de 583.000 millones de euros en transporte aéreo. Las proyecciones apuntan a incrementos significativos, a medida que las clases medias de algunos países emergentes sigan creciendo, especialmente en China e India.

Sus favorables resultados recientes van de la mano de expansión del número de pasajeros, de una demanda claramente en ascenso, y del descenso en algunos costes, el combustible, de forma particular, que a los precios actuales representa aproximadamente el 20% de todos los costes operativos. Pero la competencia fuerza de forma constante a la reducción de costes, con el consiguiente menoscabo de la satisfacción de los clientes. En realidad, hay una convergencia entre las compañías convencionales y las de bajo coste. Las líneas tradicionales tratan de contener precios con menores costes, y las compañías de bajo coste procuran añadir cada día más servicios de pago. Ello coexiste con la diferenciación de los servicios prestados por unas pocas compañías que priman la comodidad y servicios de lujo.

La sensibilidad del sector es también elevada a las perturbaciones geopolíticas en la escena global. Desde luego a todas las formas de terrorismo. La traducción más inmediata de ese impacto es el aumento de los trámites y costes asociados al control en los aeropuertos, también a costa del bienestar de los viajeros en la mayoría de los casos.

Los retos que afronta el sector seguirán marcados por una intensa competencia y exigencias cada día más explicitas de los consumidores. Las compañías estadunidenses respondieron con procesos de consolidación de alcance que les ha permitido generar economías de escala. Las europeas mantienen una mayor fragmentación y regulaciones más dispersas que añaden costes diferenciales.

La intensificación de las tecnologías digitales, de la economía de los datos, seguirá siendo una herramienta esencial en la generación de ganancias de eficiencia del sector. No solo en la gestión comercial, sino en áreas como el manteamiento de las aeronaves, en el seguimiento de su vida útil y la elección de su óptimo reemplazamiento, y el de las rutas y horarios, así como en la gestión del tráfico. Todo ello permitirá avanzar la productividad del sector, pero en paralelo han de enfrentar como reto básico el aumento de la comodidad en su acepción más amplia, con el fin de que volar sea para la mayoría de los ciudadanos una experiencia agradable, no una tortura llena de incertidumbre, como ocurre con demasiada frecuencia.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_