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Transportes para pesos muy pesados

Tiba se especializa en intermediar cargas complejas y busca mercados en América Latina

Un convoy entre Pasajes (Gipuzkoa) y Sangüesa (Navarra) organizado por Tiba.
Un convoy entre Pasajes (Gipuzkoa) y Sangüesa (Navarra) organizado por Tiba.

Un convoy tan largo como un campo de fútbol se ha coronado como el transporte más largo de la historia de España. En él, realizado en varias fases desde finales del mes pasado, va la góndola de un aerogenerador, de 242 toneladas de peso (equivale a 45 elefantes), y lo realiza Tiba, la mayor multinacional transitaria (de intermediación entre productores y transportistas) de capital español. La empresa es capaz de transportar fábricas, líquidos a granel o productos congelados a la otra punta del globo, plantando cara a gigantes como DHL (casi 180 veces mayor que ella). Está implantada en 17 países, y compra empresas en Latinoamérica para abrir mercados con el objetivo de estar presente en 25 países en 2020.

Competidores de Tiba de todo el mundo consideraron imposible transportar la góndola sin desmontarla, como exigía su fabricante. "Responder a este reto ha requerido un proyecto de ingeniería de varios meses de trabajo. Hacemos el transporte de noche, a un máximo de 15 kilómetros por hora, con la carretera cortada y limpia de mobiliario urbano (desmontan cableado, semáforos y demás señales). El convoy tiene la altura de una casa de dos pisos, lleva tres cabezas tractoras, y una cuarta de repuesto. Se necesitan unas 80 personas para moverlo", cuenta su consejero delegado Javier Romeu, cuarta generación de Grupo Romeu, la matriz de Tiba.

Grandes hitos

Entre los hitos de Tiba está el transporte por barco de una acería a Irán (el volumen equivalía a 1.000 camiones), mover en Argelia un generador de 400 toneladas (unos 66 elefantes de peso) para lo que se requirió reforzar el firme de las carreteras, o usar barcos semisumergibles para meter sin grúas los yates de la Copa América, en su traslado de España a distintos puntos de regatas. Tiba ha movido 25.000 metros cúbicos (unas 10 piscinas olímpicas) de transportes especiales en tres años, solo en Irán.

"Ha sido igual de exigente la entrega con hora en un quirófano español de una prótesis craneal realizada a medida en Estados Unidos. O llevar placas fotovoltaicas a un punto exacto en mitad del desierto de Atacama (Chile). Trasladamos de Estados Unidos a La Habana el material de la cadena de televisión ESPN con motivo del viaje oficial de Obama, y lo organizamos en poco tiempo, a pesar de las complicaciones aduaneras. Son transportes en los que no puedes fallar, y los asumimos porque nos apasiona superar retos", resume Javier Romeu, que tiene los sellos exigidos para el transporte de productos halal, y acomete transportes tan exigentes como el hospitalario, que requiere asegurar la trazabilidad.

Este Goliat español, que facturó 177 millones de euros en 2016, es amante de los retos, y en ese nicho de mercado ha encontrado la fuerza para crecer y extenderse por el todo el mundo. Tiba nació en 1975 como agente de aduanas, y fue sumando servicios hasta convertirse en la agencia de viajes a medida para las mercancías, realizando el transporte completo puerta a puerta o cualquiera de sus tramos. Hace 20 años abordó los transportes especiales que, junto con otras especializaciones, hoy suponen el 40% de sus ingresos y el 50% del crecimiento.

Tiba pisa el acelerador en Latinoamérica. Está en México, Chile, Argentina, Panamá, Salvador, Cuba y Guatemala. "Abríamos oficina a pecho descubierto, pero ahora compramos empresas para ganar un par de años en la implantación. Acabamos de comprar el 80% de una empresa peruana porque su equipo está muy bien relacionado con los socios locales estratégicos. Nosotros les aportamos presencia en 16 países. Somos el operador de capital español más asentado en Latinoamérica, y llevamos la marca España", explica Javier Romeu, que busca empresas en Ecuador, Colombia, Bolivia, Costa Rica y Nicaragua, y está a punto de abrir en República Dominicana, con la compra de otra sociedad. Tiba tiene 875 empleados en todo el mundo, 350 de ellos están en España, y otros tantos en Latinoamérica (más 250 en México).

El Mediterráneo occidental es otra región de interés. Tiba está en Argelia y estudia instalarse en Marruecos, Túnez y Mauritania. Tiene seis oficinas en China, y está a punto de abrir en Hong Kong, dado que la mitad del negocio chino se mueve directamente entre ese país y Latinoamérica.

El mercado español de transitarias está muy atomizado: son unas 400 empresas, obligadas a especializarse para no sucumbir a los gigantes globales como DHL o UPS. "Los mayores transitarios españoles están sumando la logística para hacer entregas puerta a puerta en un plazo fiable, y pueden hacerlo por el abaratamiento de la tecnología para garantizar la trazabilidad de las operaciones, antes sólo accesible a los gigantes. Tiba ha dado un paso más, para servir a una gama de sectores especiales, y servir con regularidad rutas marítimas y aéreas con Latinoamérica, Estados Unidos, China y África", asegura Jaime Ferrer, profesor de EADA Business School.

Trazabilidad

Cumplir con la fecha de entrega es, cada vez más, la principal exigencia en un escenario logístico global. Los clientes quieren saber dónde está su mercancía, y es complicado conocerlo en transportes intercontinentales, en los que intervienen hasta 15 subcontratas. "En septiembre estrenamos un servicio que integra la información de estibadores, puertos, navieras y transportistas para ver la trazabilidad de los envíos en nuestra web. Damos alternativas si hay retrasos por temporales o congestión en los puertos, por ejemplo, y la fecha de entrega es crítica. No me consta que este nivel de trazabilidad la tengan ni los gigantes del sector", explica Javier Romeu.

El nuevo servicio es fundamental para multinacionales españolas, que mueven mercancías entre China y México, por ejemplo, sin pasar por España. Tiba se implantó en Portugal en los años 90, desde allí se ha extendido por los países africanos con lengua oficial portuguesa (PALOP) , y desde España dirige la implantación en el resto del mundo. "Las empresas españolas se han internacionalizado fuertemente desde 2008, y nosotros las hemos acompañado. Por ello, desde hace seis años crecemos a dos dígitos de forma interanual, y llegaremos a 220 millones de euros en 2017 [20% de crecimiento sobre 2016]. Casi el 60% de nuestros ingresos proceden hoy del exterior", asegura Javier Romeu.

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