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España tiene un 85% de posibilidades de incumplir la Constitución por la deuda

La economía tendría que crecer de forma muy vigorosa durante, al menos, 10 años para bajar el nivel de deuda pública al 60% como establece la Carta Magna

J. SÉRVULO GONZÁLEZ

La deuda pública española ronda el 100% del PIB. Para hacerse una idea de su volumen, el pasivo público alcanza ya el billón de euros. Pero ese nivel de deuda de España, "¿es alto para los estándares modernos?" se ha preguntado Javier Pérez, jefe de la división de análisis coyuntural del Banco de España. "Japón tiene una deuda equivalente al 250% de su PIB y nadie duda de que no vaya a pagarla. Y Brasil tiene una deuda del 30% y los inversores están preocupados".

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Pérez ha reflexionado sobre si el nivel de pasivos públicos en España es sostenible. Para responderse ha comenzado explicando la utilidad del endeudamiento público y el papel que juega en la economía. La deuda pública, ha precisado sirve para "suavizar las fluctuaciones económicas —las administraciones tirán de deuda para compensar los déficit de las crisis—, debe de ser un activo libre de riesgo —sirve de mecanismo de ahorro para los inversores más conservadores—, y debe permitir inversiones que tengan impacto en varias generaciones".

Analizando todo eso, ha manifestado, sí que tiene que preocupar el nivel de la deuda pública española, porque ante futuras recesiones perderá la capacidad de cumplir su función. La tesis de Pérez coincide con la de Pablo Hernández de Cos, el máximo responsable de economía y estadística del Banco de España, quien el pasado lunes aseguró que "La deuda es el mayor elemento de vulnerabilidad de la economía española en este momento".

Pero la deuda pública española ha crecido muy rápidamente en poco tiempo. Prácticamente se ha más que duplicado desde 2007. "Existe cierto consenso en que mantener durante largo tiempo niveles de deuda pública muy elevado afecta al crecimiento económico", ha agregado Pérez.

Artículo 135 de la Constitución

Por eso, ha explicado que en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea se acordó fijar un límite del 60% de deuda pública. Un límite normativo que sirve para que exista un anclaje para que los países menos cumplidores tiendan a regular sus niveles de endeudamiento. En plena crisis de deuda soberana en los países del sur de Europa, en 2011, España modificó la Constitución Española –artículo 135 CE—para comprometerse a cumplir con este objetivo.

"El volumen de deuda pública del conjunto de las Administraciones Públicas en relación al producto interior bruto del Estado no podrá superar el valor de referencia establecido en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea", señala el artículo 135 de la CE. La Ley de Estabilidad Presupuestaria de 2012 desarrolla lo introducido en la Carta Magna y establece que el objetivo de deuda debe de ser el 60% del PIB en 2020.

España incumplirá la constitución. "Existe un 85% de posibilidades de que España no reduzca el nivel de deuda pública al 60% del PIB en 2020", explica Pérez durante su intervención este miércoles en el seminario coyuntura de la realidad económica española, organizado por Funcas, la fundación de cajas de ahorros, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en Santander.

Pérez ha explicado que, según sus cálculos, el país necesitaría un crecimiento vigoroso, por encima de la media de las últimas décadas para bajar la deuda pública al 60% en 2027, siete años más tarde del plazo fijado. Para ello, tendría que crecer al 3%, con una inflación del 2% y un superávit estructural del 3%. Y esto en un escenario de tipos de interés históricamente bajos como los de ahora y sin la aparición de nuevos vaivenes económicos.

En un supuesto más realista, pero también optimista, España podría reducir la deuda al nivel que propugna Bruselas con un crecimiento más modesto que permitiera obtener la mitad de superávit estructural (sin intereses ni otras variables sujetas al ciclo) en 2046, un cuarto de siglo más tarde de lo previsto.

Deuda sostenible

Por eso, Pérez se ha planteado: "¿Cuál es el nivel de deuda a partir del cual me tengo que preocupar?". Este experto del Banco de España ha fundamentado su reflexión en varios estudios del FMI, de la OCDE y de académicos de las más prestigiosas universidades del mundo. "El que la deuda pública sea sostenible tiene que ver con la capacidad para pagarla, y eso tiene que ver con la política fiscal futura, con la inestabilidad futura... Los riesgos vienen del futuro".

El analista ha indicado que es necesario un plan presupuestario riguroso a largo plazo para afrontar estos episodios de alto endeudamiento. "Cuando se analizan episodios exitosos de reducción de deuda pública, estos están estrechamente ligados a la consolidación fiscal". Y ha concluido: "Para reducir la deuda tengo que tener planes fiscales creíbles, tengo que pensar en el futuro".

Existe, además, cierto consenso en este sentido. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), el organismo público encargado de velar por la sostenibilidad de las finanzas públicas, también ha advertido varias veces sobre el problema de la deuda. De hecho, en un informe reciente aseguró que "el conjunto de las Administraciones Públicas no alcanzará el objetivo de deuda pública del 60% del PIB en los próximos 20 años".Y explicitó que la mitad de la reducción de la deuda que se producirá en los próximos cinco años, entorno a dos puntos de PIB, procederá de las comunidades autónomas.

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Sobre la firma

J. SÉRVULO GONZÁLEZ
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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