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Espacio patrocinado por Banca March
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Europa se asienta en el optimismo

Los indicadores económicos en tono positivo se acumulan en Europa desde hace algunos meses, por lo que eso es algo que debería dejar de ser noticia. Miremos los datos que miremos, incluso por países, resulta difícil encontrar malos números, tanto en términos de actividad consolidada como a nivel de expectativa. Si sumamos a este hecho la notabilísima mejora en la percepción de la situación política tras los resultados electorales en Holanda primero y Francia después, parece justificado el actual estado de optimismo.

España sería un caso especialmente significativo en este sentido: el PIB avanza a niveles que hacen presagiar un nuevo año de crecimiento en la banda del 3%, superando ampliamente las expectativas de inicios de año. Con él, la recaudación tributaria consolida su senda de crecimiento en todas las rúbricas, lo que unido al control del gasto público nos coloca claramente en la senda de la reducción del déficit público, que podría terminar el año cerca del 3% que nos sacaría del foco de las autoridades europeas. El desempleo, una vez más, vuelve a dar muestras evidentes de mejoría, lo que unido al buen ambiente económico y de consumo parece apuntar a una continuidad de este ciclo en los próximos trimestres.

Quizá ahora es en la orilla opuesta del Atlántico donde resuenan los truenos, con una Administración estadounidense que da muestras de una firme voluntad de replantear su posición en el mundo y el statu quo de muchas de sus alianzas estratégicas, incluso a corto plazo. La retirada de Estados Unidos de los Tratados de París es un síntoma más del aislacionismo que parece perseguir Donald Trump, algo que se refuerza aún más tras la imagen de poca cohesión en las cumbres del G7 y la OTAN. Algo que, sin duda, tendremos que seguir de cerca, junto con otros elementos como la crisis política en Brasil, o el cada vez más frágil equilibrio en los precios del petróleo.

Regresando al inicio del artículo, tras algunas semanas de cierta duda, el capital parece volver a buscar acomodo en los mercados de renta variable. La Bolsa americana vuelve a moverse en zona de máximos y las europeas se recuperan tras los vaivenes en busca de máximos recientes. Este buen tono en los datos macro, y la posible revisión al alza del mal registro de PIB en el primer trimestre en Estados Unidos, consolidan una visión positiva para los beneficios empresariales, lo que apuntalaría unas valoraciones que por otra parte son exigentes.

Nuestra visión sigue pasando por apostar moderadamente por las Bolsas en este entorno que las favorece, pero con cautela ante lo exigente de los precios. Prudencia con los activos de renta fija, ya que esperamos que el mensaje —y también las acciones— de la Reserva Federal pueda intensificarse en las próximas semanas.

Alejandro Vidal es director de estrategia de mercados de Banca March

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