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La revolución eléctrica es urbana

El equipo de la vuelta eléctrica a España recorre Barcelona en un Smart, uno de los cero emisiones que ofrece nuevas posibilidades para una movilidad sostenible

El Smart ForFour descansa tras una intensa etapa urbana frente al Arc de Triomf que sirve de entrada al Parc de la Ciutadella.
El Smart ForFour descansa tras una intensa etapa urbana frente al Arc de Triomf que sirve de entrada al Parc de la Ciutadella.J.A.F.
Javier A. Fernández

En la rotonda de Arc de Triomf los taxis frenan para recoger a turistas que, despistados, no ven venir a los ciclistas. Las camionetas aparcan en doble fila para acercar a los restaurantes su mercancía y los autobuses circulan con precisión de cirujano para no toparse con los autocares que descargan cientos de visitantes por minuto. Y las motos entremedias de este caos ordenado. "Bienvenidos a Barcelona", anuncia con humor Jordi Cadellans, el actor que acompaña a Marc Rouaix, el empleado de Endesa, el miércoles 31 de mayo durante la sexta etapa de la vuelta en coche eléctrico a España: un paseo a pilas por las animadas calles de la capital catalana.

"Barcelona es una selva cuando se trata de circular", añade Cadellans, mientras Rouaix, un experimentado piloto de vehículo eléctrico, conduce un Smart ForFour eléctrico entre el tráfico matutino del Eixample. "La densidad del tráfico es preocupante, pero lo es más la contaminación, por eso creo que los coches electrificados van a ser la clave de la movilidad en las ciudades", completa el actor. El martes probó la circulación por autopista, entre Barcelona y Girona, el miércoles, la desenvoltura de este tipo de vehículos en una gran ciudad. El Smart ForFour, de cuatro plazas, silencioso y compacto (mide 3,5 metros de largo), es el elegido. Se mueve por las cuadriculadas calles de Barcelona con soltura. "El eléctrico es directo. Le das un poco al pedal y responde en un microsegundo. Si reaccionas antes se reduce la posibilidad de cometer algún error", explica Rouaix sobre la conducción del vehículo con baterías.

Quizá por eso se han convertido en una solución perfecta para el transporte de personas por ciudad. Desde hace varios años los taxis que circulan por las grandes ciudades son híbridos, aunque también los hay 100% eléctricos. Por Madrid circulan 35 taxis del modelo Leaf de Nissan. En Barcelona, 15. Uber dispone de coches electrificados en su servicio premium y Cabify acaba de hacerse con varios BMW i3.

Ahora se suman a ellos las flotas car-sharing de E-Mov y Car to Go en Madrid, o las motos eléctricas de eCooltra. La primera con el modelo Citröen C-Zero, la segunda con el modelo ForTwo, de dos plazas, de Smart. Para usarlos y moverse cómodamente dentro delimitado por la M-30, basta con registrarse en la página web, localizar uno en los alrededores y desbloquearlo. La electricidad también es la solución para el transporte público y de mercancías en el ámbito urbano. En ambos sectores está muy presente el gas natural, una energía que ha demostrado su efectividad en esta transición. En Madrid y Barcelona, estos autobuses suponen el 40% de las flotas y empresas como Primark, Inditex y Pascual uitilizan camiones propulsados por gas natural para llevar sus mercancías a las grandes poblaciones.

El número de eléctricos, sin embargo, aún está muy atrás. Actualmente solo un autobús eléctrico circula en período de pruebas por la capital. Si el resultado es positivo, la EMT (Empresa Municipal de Transporte de Madrid) incorporará 90 unidades en los próximos tres años. En Barcelona la cantidad asciende a dos y TMB (la de Transporte de la Ciudad Condal) planea incorporar siete más en un año.

Todas estas acciones apuntan hacia una movilidad urbana interconectada, inteligente, puramente eléctrica y más limpia y silenciosa. Los Ayuntamientos ya han declarado la guerra a los combustibles fósiles más tóxicos con estrictos protocolos durante los episodios de alta contaminación atmosférica y limitaciones drásticas a partir de 2019. Por las calles que ahora transita el equipo de Endesa, ningún turismo matriculado antes de 1999, ni ninguna furgoneta anterior a 1996 podrán pasar, los días laborales por este área que comprende 36 municipios del contorno, en menos de dos años. En Madrid ocurrirá para 2025. A partir de entonces ningún modelo de gasolina matriculado antes de 2000 y diésel previo a 2006 podrá adentrarse en la almendra central. Cinco años antes, tendrán prohibido, además, aparcar en las zonas azules y verdes.

El ojito derecho de la urbe

El Smart, con su etiqueta azul de "cero emisiones" proporcionada por la Dirección General de Tráfico (DGT), podrá circular sin problemas, incluso si se plantea el cierre completo a cualquier vehículo de combustión. Pero desde ya, el Smart y cualquier otro vehículo eléctrico goza de mayores beneficios a la hora de aparcar y abonar impuestos: están exentos de pagar en las zonas de aparcamiento regulado (SER), no deben costear el impuesto de matriculación y pueden circular libremente por el carril VAO.

"Para aparcar en zona de pago no basta con llevar la pegatina azul, es necesario obtener una tarjeta del Ayuntamiento", explica Marc Rouaix. Es un trámite necesario en Barcelona y en Madrid, que se puede hacer directamente a través de la página web. "También obtienes ventajas en los aparcamientos de los centros comerciales y los supermercados. Aunque el parking de Carrefour esté lleno, yo puedo aparcar sin colas y enchufar el coche para que recargue. Eso sí, también he tenido que sacarme una tarjeta", continúa entre risas mientras pasan frente a la Sagrada Familia. El modelo ForFour dispone de una autonomía real de unos 115 kilómetros (155, la oficial). Casi el triple de lo que el conductor medio europeo recorre al día. Una autonomía que se ve beneficiada por la conducción urbana.

El sistema de aviso de colisión, con radar frontal, de los Smart electrificados, mejora el proceso de recarga por inercia, en las desaceleraciones y frenadas. "El radar calcula continuamente el espacio que tiene por delante el vehículo y si percibe que puede utilizar la inercia para recargar, empieza a recuperar energía", explica Juan de la Rocha, portavoz de Smart en España. Esta función es útil en lugares donde la circulación se detiene a menudo, como en las ciudades. "En una retención consigues optimizar mucho el uso del vehículo si conectas el modo "eco", sobre todo para alargar la autonomía", agrega De la Rocha. Un atasco nunca había sido tan provechoso.

Esta noticia, patrocinada por Endesa, ha sido elaborada por un colaborador de EL PAÍS.

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