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Columna
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Encuentros en la segunda fase de Pedro Sánchez

El líder socialista “será intenso con los sindicatos y constructivo con las empresas” en su nuevo mandato en el PSOE

Miguel Ángel Noceda
Pedro Sánchez con Anotn iop Graamendi (Cepyme9 y Juan Rosell (CEOE) en el Congreso el pasado año.
Pedro Sánchez con Anotn iop Graamendi (Cepyme9 y Juan Rosell (CEOE) en el Congreso el pasado año.Luis Sevillano

La noche del pasado domingo, entre los mensajes de felicitación que Pedro Sánchez recibió por su rotunda victoria en las primarias socialistas había varios del mundo empresarial. Gente que, inopinadamente, le felicitaba por su vuelta porque le prefería frente a Susana Díaz, a la que ven más de la “era analógica”. A su juicio, Sánchez puede contribuir a la modernización de España después de haber tomado nota de la experiencia pasada y durante la travesía del desierto en que se convirtió el periodo que va desde su dimisión aquel primero de octubre de 2016 y el 21 de mayo de 2017, día de su resurrección.

Pero, si en julio de 2014, cuando Sánchez se hacía con la Secretaría General del PSOE por primera vez en las primarias adelantadas tras la debacle en las elecciones europeas, el poder económico (es decir, empresarios, banqueros y demás familia) estaba deseoso de conocer al nuevo líder; ahora, casi tres años después, considera que ya le han visto moverse y que es tiempo para dejar que el propio protagonista marque las pautas sin apresuramientos. Por otro lado, Sánchez, que entonces también estaba tan deseoso de ser conocido, ya sabe de sobra de qué va el paño y no está tan obsesionado por acercarse al poder económico. Todo llegará.

Esa es la diferencia con la que comienza esta segunda fase. O, si se quiere, la segunda oportunidad para asaltar el poder. La experiencia pasada le permiten sentirse más crecido. Ahora se centra en hacer una ejecutiva sin barones y muy a la medida; va a mandar y le van a dejar mandar; va a intentar recuperar poder orgánico en las principales federaciones para asegurarse aislar cualquier movimiento levantisco; va a hacer guiños, en definitiva, para recuperar a los votantes perdidos para colocar al partido a la cabeza de la izquierda…

Sabe de la importancia de los intercolutores sociales y que no conviene alejarse del poder económico

Todo hace pensar que entre sus prioridades inmediatas no aparezca, precisamente, la de establecer contactos con los empresarios, que no es precisamente donde está el granero de votos que quiere recuperar. Pero eso no quiere decir que los vaya a perder de vista porque pretende ser "intenso con los sindicatos y constructivo con las empresas”, según sus propias palabras.

Sánchez sabe de la importancia de los interlocutores sociales y que el poder económico pinta mucho y que no conviene alejarse demasiado de él. Además de contar con puentes tendidos desde por parte de algunos empresarios del denominado Ibex 35, las principales organizaciones empresariales ya le han enviado mensajes, normalmente a través de los medios de comunicación, sobre lo que esperan de él. Y eso se resume en ayudar a consolidar la recuperación, negociar pactos de Estado con el Gobierno en materias claves para la economía y no alentar el populismo, o, dicho de otra forma, enfrentarse (o no entregarse) a Podemos, exactamente lo que más temen y critican de la anterior etapa.

Para los empresarios el “no es no” a la investidura de Mariano Rajoy fue muy determinante sobre su actitud. Precisamente, el equipo de campaña de Sánchez, dirigido por la experta en comunicación  Teresa Morán, aprovechó esa imagen negativa del “no es no” por un positivo “sí es sí” que cuajó y fue un éxito, además de introducir el lema “Aquí está la izquierda”, lo que implicaba un mensaje adicional de que ahí no está Podemos. Es decir, para el que quiera entender, “ser constructivos”.

Manuel Escudero figura entre los candidatos a llevar la agenda económica del partido

Los empresarios quieren el bipartidismo, que el PSOE no se desintegre y ayude a salir del aturdimiento. Por supuesto, tampoco quieren que se cree un clima invivible y se adelanten las elecciones, lo que seguramente a Sánchez tampoco le interesa, entre otras cosas porque necesita tiempo para recuperar la confianza de los votantes perdidos y los que puedan llegar nuevos. Sánchez ya ha dicho que su camino no va a ir por ahí ni, por supuesto, apoyar la moción de censura de Pablo Iglesias, con el que nunca ha tenido buenas relaciones. “No es ningún rojo peligroso que vaya a romper nada”, asegura gente de su entorno.

La nueva irrupción ya está en la vida diaria. De momento, la cumbre anual que organiza el Cercle de Economia catalán en Sitges (Barcelona) le ha dejado fuera porque “la política no toca”, aunque sí acudirán el ministro de Economía, Luis De Guindos, y el vicepresidente del Govern y conseller de Economía, Oriol Junqueras, así como los exministros Cristina Garmendia y Josep Piqué. Otra cosa es que Sánchez hubiera aceptado con todo lo que tiene en cartera para los primeros días hasta el congreso del día 18 de junio. Hay quien dice que va a romper con los convencionalismos y que no tiene por qué acudir a todo. En su anterior etapa fue habitual asistir a los congresos de la empresa familiar y otras organizaciones, aunque no se llegó a reunir con el poderoso y ya desaparecido Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), a cuyo presidente, César Alierta, no le dedicó precisamente elogios.

Mientras tanto, Sánchez prepara el puente de mando, en el que se supone que estarán los acompañantes de la travesía y los que participaron en la campaña. Y para economía, una vez que Jordi Sevilla se autodescartó después de apoyar a Sánchez en la campaña electoral de las generales (no de estas primarias), está por ver a quién se la encomienda, aunque tiene muchas opciones Manuel Escudero, que fue uno de los coordinadores del documento Por una nueva socialdemocracia junto a José Félix Tezanos. Un documento con el que se persigue cimentar una alianza social de progreso.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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