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El Santander y Bankia analizan la adquisición acelerada del Popular

La entidad ha iniciado un proceso de opa que quiere tener cerrado para el 10 de junio

El Popular ha abierto un sistema acelerado de venta de la entidad a sus competidores. El Santander y Bankia están interesados en continuar este proceso no vinculante, que será analizado en el consejo de administración de mañana. El Popular quiere culminar este trámite el 10 de junio para acabar el semestre con el plan de opa cerrado, según indicó JPMorgan, el banco que lleva la operación, a los interesados. El Popular ha mostrado a sus potenciales compradores su cartera de créditos más problemáticos y todos los préstamos adjudicados.

Emilio Saracho, presidente del Banco Popular, durante la Junta de Accionistas de la entidad.
Emilio Saracho, presidente del Banco Popular, durante la Junta de Accionistas de la entidad.JAIME VILLANUEVA

El Popular ha hecho trabajar a los responsables financieros de la gran banca española el fin de semana, incluida la fiesta de San Isidro en Madrid. Para las 18.30 de la tarde de este martes, las entidades interesadas debían entregar un documento con el esquema inicial aproximativo de cómo y a qué precio querrían quedarse con el banco presidido por Emilio Saracho. La entidad cayó ayer un 1,13% en Bolsa, lo que se une a las continuas caídas de días anteriores.

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Pese a este plazo oficial, algunas fuentes del mercado apuntaron que el proceso de posible compra del Popular tendrá muchos capítulos y podría cambiar la lista de los que ahora están interesados por él. Fuentes financieras mostraron su extrañeza por el hecho de que el BBVA no haya presentado oferta ahora, junto al Santander y a Bankia, pero no descartaron que lo haga en otro momento, si cree que tiene una oportunidad interesante. La entidad presidida por Francisco González mantuvo contactos con Ángel Ron, expresidente del Popular, para intentar cerrar un acuerdo de compra en diciembre pasado. El BBVA afirmó ayer que no hacía comentarios sobre su posición en el proceso de compra del Popular.

Aunque este proceso de opa está en marcha, el banco sostiene, y así lo dijo en un hecho relevante enviado a la CNMV, que trabaja en paralelo en la búsqueda de inversores para una ampliación de capital. En el mercado se considera incompatible un plan y el otro al mismo tiempo, pero la entidad sostuvo que “sigue negociando la realización de activos no estratégicos, preparando el reforzamiento de su capital y recursos propios, y haciendo prospección de posibles combinaciones de negocios con otras entidades”. Según algunos analistas, sería más fácil intentar primero una ampliación y después la venta del banco, que es la idea que manejó en principio el propio Saracho.

El hecho es que a través del JPMorgan, el banco de inversión donde trabajó hasta diciembre el presidente del Popular, las grandes entidades recibieron la semana pasada datos confidenciales de la situación interna de la entidad. Se les entregaron cifras de los mayores y más problemáticos créditos, cien préstamos elegidos de forma aleatoria y todos los créditos adjudicados. Con esta información debían hacer una estimación de la pérdida esperada (es decir, la posible morosidad futura y las provisiones correspondientes) en la cartera de préstamos. Algunas fuentes que han accedido a estos datos consideran que el Popular necesita capital nuevo por valor de entre 5.000 y 6.500 millones, en línea con los informes de algunos analistas. Es cierto que, como dice la firma Orey Financial, si el que compra Popular “tiene una posición más cómoda de capital, los importes de la ampliación podrían ser menores”.

Con los datos recibidos, las entidades deben presentar un proyecto preliminar de cuánto y cómo se puede pagar, es decir, qué parte en efectivo y cuál en acciones, así como los planes de futuro con el Popular. Es decir, si se procederá a una fusión del Popular con el negocio en España de la entidad compradora o si se dejará aislado. También se pide avanzar los plazos del proyecto de compra e integración.

Fuentes bancarias comentaron que los datos ofrecidos no son suficientes para conocer el verdadero estado del balance del Popular, que tiene 36.800 millones de activos inmobiliarios problemáticos.

Con estos documentos, el consejo de administración del Popular que se celebrará mañana analizará la situación. Ahí podría descartar o no algún aspirante por sus bajas condiciones económicas y, a continuación, se abrirá el data room, que es el proceso en el que los interesados pueden pedir todos los datos que quieran pero no sacarlos de la entidad. Con esta información deberán concretar el plan de opa, si es que siguen interesados en el Popular.

Algunas entidades preguntaron a JPMorgan si el Estado podía cubrir los posibles litigios judiciales por las ampliaciones de capital, algo que se negó. Este es uno de los asuntos que más preocupa a los posibles compradores.

Capital regulatorio

También inquieta a los que han analizado la información que el Popular está ajustado de capital regulatorio. De hecho, su nivel de CET 1 (que sirve para medir la fortaleza financiera) es de 11,91%, lo que supone un exceso de solo 0,53 puntos. Si no genera capital regulatorio suficiente con el negocio y aparecieran más perdidas, podría bajar de este nivel y no podría no atender el pago de los intereses de sus emisiones de productos híbridos, como los cocos, bonos convertibles contingentes.

El paso del tiempo tensa la situación del Popular. Las malas noticias que se conocen casi a diario están generando preocupación entre los clientes. Algunas empresas están retirando parte de sus fondos como medida de precaución. Otras, lo hacen porque al bajar la calificación crediticia del Popular, el rating, no pueden seguir trabajando con esta entidad. El Popular sigue su viacrucis.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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