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Columna
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Optimismo con cautela

El final de la expansión cuantitativa reducirá las inyecciones de liquidez a escala global

Rafael Ricoy

La mejora del ciclo económico y el crecimiento de los beneficios empresariales están dando fuerza a los mercados de valores. Se habla de un crecimiento sincronizado y los últimos datos macroeconómicos señalan que la economía mundial se está acelerando y puede crecer por encima del 4%. En Estados Unidos se revisó al alza el crecimiento del cuarto trimestre, impulsado por un mayor consumo, y la confianza de los empresarios (índice PMI del sector manufacturero de abril de 2017) se sitúa en el 57,2, muy lejos del 32,9 de enero de 2009, su nivel más bajo.

Es importante destacar la importancia que en la salida de la crisis ha tenido la actuación de los bancos centrales y las medidas de política monetaria, con inyecciones de liquidez y reducción de los tipos de interés. La temprana implantación de medidas de expansión cuantitativa de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos se ha reflejado en una recuperación más rápida de la economía estadounidense, que ha llevado su tasa de desempleo al 4,5%, desde su máximo de la última crisis en junio de 2009 del 10,2%.

El ciclo de la Bolsa norteamericana ha estado en consonancia con la evolución del ciclo económico: el índice Dow Jones se multiplicó por 3,17 veces, desde su mínimo en marzo de 2009 a abril de 2017, con una tasa de crecimiento anual acumulativo del 17,91%; el Nasdaq se multiplicó por cinco en el mismo periodo, con una tasa de crecimiento anual acumulativo del 26,17%, mientras que en la zona euro, el retraso de las medidas del Banco Central Europeo (BCE) produjo una evolución retardada de los índices bursátiles de la eurozona.

El Euro Stoxx 50 multiplicó por 2,05 veces su valor, con una tasa de crecimiento anual acumulativo de 10,8% y la Bolsa española, Ibex 35, se multiplicó solamente por 1,5 veces, con una tasa de crecimiento anual acumulativo del 6,1%.

¿En qué situación se encuentran los mercados? La tendencia del mercado es positiva y con mejores expectativas en la Bolsa europea, ya que la Bolsa estadounidense ha descontado todos los efectos de las promesas de Trump. La reactivación económica ha provocado una subida de los beneficios de las empresas y la mayoría de analistas ha actualizado su información sobre beneficios empresariales de las compañías cotizadas. La conexión entre crecimiento de los beneficios empresariales y el precio de las acciones es muy evidente, y la dinámica de beneficios empresariales al alza es muy positiva para el mercado.

¿Cuáles son los riesgos? Los factores de mayor riesgo son el fin de la expansión cuantitativa y la subida de los tipos de interés, aparte del efecto que pueda tener la desaceleración en China y algún acontecimiento geopolítico que empeore la situación global. La Fed fue la primera en utilizar la expansión cuantitativa y también en retirarla, pero Europa y Japón todavía la mantienen, con una inyección de liquidez mensual de 160.000 millones de dólares que tiene su efecto en el mercado de activos financieros. En la zona euro, tenemos bonos con tipo de interés negativo y el activo más caro que existe es el bono soberano europeo.

Se estima que la inyección de liquidez ha tenido un efecto de dos puntos sobre el crecimiento del producto interior bruto (PIB) y que su retirada significaría un drenaje de 1,5 puntos. El final de la expansión cuantitativa reducirá las inyecciones de liquidez a escala global y, por otro lado, habría que considerar la subida de tipos de interés si se normaliza la tasa de inflación. Parece evidente que la situación de pleno empleo de la economía de EE UU puede inducir una subida salarial que produciría un efecto sobre la tasa de inflación, y el último mensaje de la presidenta de la Fed fue claro en el sentido de seguir subiendo los tipos de interés y situarlos en un nivel más neutro, que el consenso del mercado lo sitúa en un 3% en 2019.

Petra Mateos es catedrática de Economía Financiera.

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