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Nada detiene la inflación en México

Los precios registran un incremento de 5,35% en marzo, el nivel más alto de los últimos ocho años

El precio de los productos de la canasta básica han sido impactados por el 'gasolinazo'.
El precio de los productos de la canasta básica han sido impactados por el 'gasolinazo'.Saúl López (Cuartoscuro)
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La espiral inflacionaria en México continúa creciendo y parece no tener fin. El país registró en marzo un aumento del 5,35% en los precios, su nivel más alto en los últimos ocho años. Desde que se inició el año, la economía de los hogares ha estado dominada por la liberalización de los precios de la gasolina y del gas de uso doméstico. Los cambios en el Índice Nacional de Precios al Consumidor, publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), están liderados por el incremento de hasta un 20% en el precio de la gasolina y 35% en el gas doméstico registrado en el tramo inicial del año. Sin embargo, ambos componentes caen ligeramente respecto al mes pasado gracias a su abaratamiento en los mercados internacionales.

De acuerdo con el Inegi, el índice de precios registró un crecimiento mensual de 0,61% en marzo, un avance importante comparado con el 0,15% que se anotó el mismo mes del año pasado. El grupo de productos que reportaron un mayor incremento anual ha sido el energético, con un 17% anual por la citada liberalización de los precios.

El aumento de la gasolina, denominado gasolinazo, provocó protestas en todo el país desde que fue anunciado a finales del año pasado. Ante el peligro de un espiral inflacionaria, el Gobierno ha prometido vigilar a los comerciantes para evitar “aumentos injustificados” en los productos de la canasta básica. Sin embargo, algunas zonas del país han reportado incrementos importantes en alimentos cotidianos como la tortilla.

El índice subyacente –que excluye los componentes más volátiles de la cesta: productos energéticos y alimentos– muestra una tendencia alcista, aunque algo menos fuerte: sube un 4,48% interanual y un 0,57% intermensual. En esta evolución pesa tanto el efecto contaminación del alza de gas y gasolinas como la debilidad relativa del peso frente al dólar, que encarece las importaciones y acaba trasladándose a los precios. Sin la intervención del Banco de México, que ha apostado decididamente por un incremento de las tasas de interés para contener la inflación y anclar las expectativas de largo plazo, ésta se habría disparado aún más.

Los especialistas en economía consultados por el banco central han aumentado sus previsiones de inflación para 2017 desde que se anunció el gasolinazo. En la última encuesta levantada en febrero, los economistas esperaban que este año el aumento de precios llegue a un 5,56%, su nivel, mientras que antes del gasolinazo la expectativa era del 4%, dentro del rango establecido por el instituto emisor.

Aun siendo elevada, la tasa de inflación actual se sitúa muy lejos de las cifras que se dieron en el tramo final de la década de los ochenta, cuando la evolución interanual de los precios llegó a ser de triple dígito. También del alza registrada en el tequilazo, la crisis que sacudió México a mediados de los noventa, cuando la canasta básica de consumo se disparó más de un 50% interanual.

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