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EE UU plantea cambios genéricos al TLCAN

La administración Trump circula un primer borrador en el que marca las prioridades de la negociación con México y Canadá

Donald Trump con el secretario de Comercio, Wilbur Ross
Donald Trump con el secretario de Comercio, Wilbur RossMANDEL NGAN (AFP)

Estados Unidos recurre a un tono más diplomático al afrontar el proceso para revisar el acuerdo de libre cambio con México y Canadá (TLCAN). Lejos de las amenazas que hizo Donald Trump cuando aspiraba a llegar al Despacho Oval, sus negociadores son partidarios de introducir ajustes menores aunque en algunos aspectos trata de desmarcarse de la práctica seguida por anteriores gobiernos. Se espera que el proceso arranque antes del 10 de abril.

México rechaza cualquier tipo de arancel o cuota

I. F., México

El secretario (ministro) de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, ha remarcado este jueves la posición contraria de su país a la introducción de cualquier arancel o cuota en la renegociación del TLCAN y ha subrayado la necesidad de fortalecer las reglas de origen en el tratado. "Les puedo garantizar que esos tres elementos serán claramente defendidos como una línea propia en las negociaciones", ha afirmado. Las conversaciones, ha destacado, serán "para ir adelante, no para atrás".

La administración que preside Trump ya está circulando ya un primer borrador entre los miembros del Congreso de EE UU con las líneas generales para modificar los términos del acuerdo. El cambio más importante que se propone pasaría por permitir imponer aranceles en el caso de observar un incremento masivo de las importaciones de un producto, que puedan causar un “daño o una amenaza seria” a la industria local.

Donald Trump planteó durante la campaña aplicar un arancel de hasta el 35% en la frontera para ciertos artículos que se producen en México para consumirse en EE UU. Ese peaje amenazó con aplicarlo en concreto a los fabricantes de coches de Detroit como una medida para frenar la deslocalización de empleos hacia el sur de la frontera, donde los costes laborales son más bajos que en el norte.

El resto de los cambios planteados por la oficina del representante de Comercio serían menores y muy genéricos, lo que choca con la retórica que utilizó Trump durante la campaña, en la que calificó el tratado como un verdadero desastre. Por ejemplo, se mantendría la provisión que permite solucionar litigios en paneles de arbitraje, esquivando los tribunales locales. La idea es mejorar los procedimientos.

Las negociaciones aún no comenzaron. Para eso el Departamento de Comercio debe enviar antes una carta al Congreso en la que marca oficialmente el inicio del proceso de revisión, estableciendo un periodo de consultas de 90 días. EE UU evitará, de acuerdo con el borrador, utilizar el TLCAN como arma de negociación del tipo de cambio o para establecer objetivos de déficit.

Los legisladores pueden proponer cambios a esas prioridades, aún muy generales. Se hacen referencias a la agricultura, telecomunicaciones, propiedad intelectual y reglas de origen para cosas como componentes de automoción. El borrador lo firma Stephen Vaughan, el representante de Comercio en funciones. La nominación de Robert Lighthizer debe ser aún aprobada.

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Alternativa bilateral

El TLCAN, negociado por la administración del demócrata Bill Clinton, entró en vigor en 1994. EE UU busca que además de libre sea justo. México y Canadá ya han dicho que renunciarán al acuerdo trilateral si los nuevos términos no les benefician. En ese extremo, si no aceptaran los cambios que al final proponga Washington para corregir los desequilibrios, la opción sería negociar pactos bilaterales.

Wilbur Ross, secretario de Comercio, insiste que será constructivo en la negociación y ve posible reescribir el acuerdo. Reflejo de ese tono más dialogante, este primer borrar habla de las posibilidades de reforzar la cooperación con la Organización Mundial de Comercio. Trump fue especialmente duro con la institución que vigila el comercial internacional. "Es importante que sea un árbitro imparcial", añade Ross.

El lengua de la carta, de siete páginas, es por tanto amistoso y recoge incluso elementos que aparecían en el acuerdo de Transpacífico que negoció la administración de Barack Obama, que Donald Trump dinamitó en el primer día en la Casa Blanca. Sin embargo, en algunos puntos el mensaje es tan ambiguo que puede dar a múltiples interpretaciones y por eso los expertos insisten en que es necesario más claridad.

El cambio del dólar se mantuvo estable durante toda la sesión frente al peso mexicano, que está a niveles previos a las elecciones. El comercio será uno de los platos fuertes de la visita oficial del presidente de China, Xi Jinping, los próximos 6 y 7 de abril a Estados Unidos. El lugar elegido para el encuentro con Donald Trump es en su mansión vacacional en Mar-a-Lago, Florida, donde también recibió al premier japonés Shinzo Abe.

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