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Argentina, al borde de batir el récord del mundo de una amnistía fiscal

El plazo para declarar dinero y propiedades en negro cierra el 31 de marzo. Hasta diciembre se habían blanqueado 98.000 millones de dólares

El presidente argentino, Mauricio Macri, (izq) y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
El presidente argentino, Mauricio Macri, (izq) y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.AFP

Argentina cerrará este viernes la amnistía fiscal más exitosa de su historia, con más de 100.000 millones de dólares declarados. A la espera de la cifra oficial, los economistas auguran que Argentina desbancará a Italia, que hizo aflorar 102.000 millones de dólares en 2009, y subirá a lo más alto del podio internacional. Brasil, con 53.000 millones de dólares, quedará en un distante tercer lugar. Mauricio Macri ha logrado romper el maleficio que padecieron todos sus predecesores cuando intentaron, sin éxito, convencer a los argentinos para declarar los billetes verdes que atesoran en el extranjero o "escondidos en colchones". Macri lo ha conseguido gracias a un as en la manga: la inminente caída del secreto bancario y la persecución de aquellos contribuyentes argentinos que intenten defraudar al Fisco. A partir de septiembre, Argentina comenzará a intercambiar información tributaria con 55 países, entre ellos varios paraísos fiscales. En 2018 se le sumarán algunas de las guaridas favoritas de los evasores locales: Suiza y Uruguay.

Hasta diciembre, el blanqueo ascendía a 97.842 millones de dólares, que supusieron la entrada a las arcas estatales de 106.760 millones de pesos (unos 6.750 millones de dólares), según la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Falta por conocerse el monto de la tercera y última etapa de la amnistía fiscal, que finaliza el 31 de marzo, e incluye sobre todo inmuebles no declarados en el extranjero. Según datos extraoficiales, la suma total oscilará entre los 115.000 y 120.000 millones de dólares. La diferencia con el primer sinceramiento fiscal lanzado por Cristina Fernández es abismal: el monto declarado en 2009 no llegó a los 5.000 millones de dólares. En los posteriores, la cifra fue aún más baja.

"El principal factor por el que los argentinos se han anotado en este blanqueo y no en los anteriores tiene que ver con el cambio de paradigma de la transparencia fiscal. El intercambio estandarizado de bases de datos (entre distintos países) permitirá detectar sistemáticamente inconsistencias", afirma César Litvin, experto tributarista al frente del estudio Lisicki, Litvin & Asoc. Por ejemplo, si un argentino tiene una cuenta en España y no la ha declarado, esta cuenta aparecerá en la información que recibirá la AFIP y el organismo irá a buscar al evasor, que será sancionado.

Estados Unidos está fuera del acuerdo internacional para compartir datos fiscales, pero Macri suscribió un convenio bilateral con Barack Obama con el mismo objetivo, que entrará en vigor el año que viene y dejará a los argentinos sin ese refugio para esconder dólares.

El cambio de Gobierno también ha influido positivamente, especialmente en aquellos que han optado por repatriar el capital declarado e invertirlo, ya sea en instrumentos financieros y/o en el sector inmobiliario. "El nuevo Gobierno transmite mayor confianza y da mayor seguridad jurídica para exteriorizar activos", asegura Litvin. Coincide con él Federico Semeniuk, gerente de desarrollo de negocios de la consultora Ecolatina, pero aclara que muchos esperan a ver cómo evoluciona el país, en especial de cara a las próximas elecciones legislativas de octubre, antes de tomar decisiones clave, como repatriar el dinero o invertir. "El blanqueo fue un voto de confianza, pero esa confianza local está aún en construcción", opina Semeniuk. "De los casi 100.000 millones blanqueados, se repatrió el 14%. El 86% restante sigue en cuentas en el exterior. Quizás en el futuro se repatría más, pero creemos que la mayoría se va a mantener en el exterior", advierte.

Reactivación del mercado inmobiliario

La amnistía fiscal generó un ingreso extraordinario en la recaudación tributaria de diciembre, ya que gran parte de los sinceraron su patrimonio lo hizo mediante el pago en efectivo de la multa del 10% prevista en la ley. Gracias a ese aporte, las cuentas cerraron con un déficit fiscal superior al de 2015, pero inferior al que se preveía. Pero el éxito del blanqueo tuvo también otras repercusiones: ayudó a la reactivación del dañado mercado inmobiliario y propició la apreciación del peso frente al dólar a fines del año pasado.

Según un informe del Colegio de Escribanos de Buenos Aires, la cantidad de escrituras de compraventa de inmuebles aumentó un 80% el pasado enero frente al mismo mes del año anterior, mientras que la suma total de las transacciones creció un 194%. Fue el mejor enero desde 2011. "Parte de la mejora es por el blanqueo, también influye que hay más confianza en el mercado y un aumento del crédito hipotecario", señala el director de Reporte Inmobiliario, Germán Gómez Picasso.

Además del ámbito inmobiliario, por ahora solo el de las energías renovables ha captado también parte de los dólares repatriados. La mayoría se ha decantado por el sector financiero, que tiene una rentabilidad tan elevada que vuelve poco atractiva cualquier inversión productiva. Después de convencer a sus compatriotas para que declaren sus fortunas en negro, Macri tiene por delante el difícil reto de persuadirlos para que las inviertan en el país.

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