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Alsea sirve en bandeja por toda América

El grupo mexicano diversifica e internacionaliza su red de restaurantes dentro y fuera del continente

Interior de una franquicia de Domino's Pizza propiedad de Alsea.
Interior de una franquicia de Domino's Pizza propiedad de Alsea.
Thiago Ferrer Morini

A finales del pasado mes de enero, un runrún empezó a formarse en las redes sociales y en los grupos de WhatsApp de todo México. Bajo la etiqueta #AdiósStarbucks, miles de usuarios impulsaban la idea de dejar de consumir los productos de la cadena estado­unidense de cafeterías en protesta por las políticas antiinmigración del recién nombrado presidente Donald Trump. En poco tiempo, el boicoteo se había extendido a todas las enseñas estadounidenses. Para Alsea, el grupo que tiene la franquicia de la marca de Seattle en el país desde 2002, era preocupante: además de las cafeterías, es propietario de la franquicia maestra para México de otras cadenas del gigante del norte, como Burger King o Domino's Pizza.

Para Fabián Gosselin (México, 1963), director de Alsea Internacional, cree que, a la larga, la iniciativa no va a prosperar. "A pesar de que la relación con Estados Unidos está compleja, la mayoría de los consumidores sabe que, aunque las marcas sean estadounidenses, los puestos de trabajo y los productos que usamos son mexicanos. El 85% de los proveedores lo son". Pero reconoce: "Aunque no hemos tenido una afectación marcada, el nacionalismo está creciendo a ambos lados de la frontera, y queremos que afecte lo menos posible a nuestras marcas".

Fundada en 1990 para gestionar la franquicia de Domino's Pizza en México, el grupo dio el salto tras su salida a Bolsa nueve años más tarde, al hacerse con la marca Burger King en el gigante latinoamericano. Tras incorporar Starbucks a su cartera, en 2006 salió por primera vez fuera de su país de origen al hacerse con la franquicia de la hamburguesería en Argentina y Chile.

Hoy, la empresa tiene más de 3.100 restaurantes —de los que más de 2.500 son propios— y factura más del 40% de sus ingresos fuera de México; la mitad de esa cifra en España, donde está desde su compra de Grupo Zena (Foster's Hollywood, Cañas y Tapas) en 2014.

Esa internacionalización ha atenuado el efecto de la devaluación del peso mexicano del último año, al calor de la crisis económica y la tensión con Estados Unidos tras la elección de Donald Trump. Aun así, el hundimiento de la divisa mexicana (que ha llegado a perder más de un 40% de su valor en los últimos dos años) se ha comido casi en su totalidad la mejoría de las cifras del grupo en 2016. Si la facturación en pesos creció un 17%, en la moneda del país vecino se redujo medio punto porcentual, para cerrar en 2.019 millones de dólares; mientras, el beneficio, que creció un 9% en la divisa mexicana, pasó de 65 a 60 millones de dólares (un 7,5% menos).

Diversificar sus ingresos y, en consecuencia, protegerse de las veleidades de la economía mexicana está entre las razones que impulsan al grupo a querer seguir creciendo en América Latina. En 2016, Alsea se hizo con los 39 locales de la cadena colombiana Archie's, especializada en cocina italiana adaptada al gusto criollo. Gosselin dice que "a medio plazo" pueden producirse más adquisiciones, pero descarta hacerse con una nueva marca en breve. "Estamos analizando todo, incluso expandir marcas españolas en América", ataja. "Al final de cuentas, la expansión tiene que ver con la relevancia que las marcas tienen para el consumidor. No podemos forzarle una marca que no signifique nada para él".

Oportunidades

El presidente de la filial internacional de Alsea considera que las oportunidades de negocio en América Latina siguen siendo poderosas pese a la recesión que afecta a muchos de sus países. "En el continente están confluyendo dos cosas: el crecimiento de las cadenas de restaurantes a costa de los independientes (como en España, aunque en América estos últimos siguen siendo el 80% del mercado) y el crecimiento lento pero permanente de la clase media", considera Gosselin. "Esa combinación nos da muchas posibilidades de crecimiento a largo plazo conforme vaya mejorando el poder adquisitivo de la gente".

El grupo reconoce que no puede crecer en todas partes por igual. "En Perú, por ejemplo, están todas nuestras marcas relevantes, por lo que es complicado entrar", indica Gosselin. Pero el consejero delegado es tajante en afirmar que el grupo no tiene ningún problema en financiar su acelerado crecimiento. "Tenemos niveles de apalancamiento bastante conservadores y afortunadamente tenemos una estructura financiera sólida", señala. "Somos una empresa cotizada y, sin duda, hay interés por parte de los inversores".

Ese énfasis en América no hace que el grupo descuide su filial española, que cerró 2016 con 13.500 empleados y una facturación de 500 millones de euros. "Queremos que España sea una puerta de entrada al mercado europeo a medio plazo", afirma Gosselin. "Tenemos una cartera muy robusta de marcas con gran potencial de crecimiento pese a ser un mercado muy maduro. Vemos mucha competencia, pero es una oportunidad muy grande".

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