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La presidenta de la Reserva Federal indica que es posible que suba tipos este mismo mes de marzo

Janet Yellen se expresa en la misma línea que otros miembros favorables a que se proceda a un tercer incremento

Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal
Janet Yellen, presidenta de la Reserva FederalManuel Balce Ceneta (AP)

Las palomas de la Reserva Federal, como se conoce a los miembros más favorables a la laxitud monetaria, vuelan ya en la misma dirección que los halcones, los defensores de pisar algo más el freno de los estímulos. La presidenta del banco central, Janet Yellen, apuntaló de alguna manera esa percepción al afirmar que el alza de tipos de interés sería “apropiada” en el encuentro del 14 y el 15 de marzo si los datos económicos evolucionan en la dirección esperada.

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Yellen considera que los fundamentales de la economía están en línea con los objetivos de su estrategia y por eso estaría justificado un nuevo incremento, el tercero en este ciclo, si el rendimiento actual se mantiene. “En la reunión de este mes, el comité evaluará si el empleo y la inflación siguen evolucionando en línea con nuestras expectativas, en cuyo caso probablemente sería apropiado un mayor ajuste de los tipos”.

La posibilidad de que el alza se produzca este mes era del 81% antes de su intervención en un acto público en Chicago y se mantuvo a ese nivel tras difundirse su discurso. Es la última en hablar antes del periodo de silencio. Las apuestas se dispararon ya el martes, por los comentarios de William Dudley. El presidente de la Fed de Nueva York, que forma parte del núcleo duro, cree que el argumento para la subida “es cada vez más convincente”.

La gobernadora Lael Brainard, una de las mayores defensoras de la laxitud, señalaba un día después que los tipos volverán a subir “pronto”. Lo justificó haciendo referencia a que el mercado laboral se encuentra en una situación muy próxima al pleno empleo. También ve posible el alza en menos de dos semanas el gobernador Jerome Powell, al decir que es una opción que “está sobre la mesa”.

El vicepresidente Stanley Fisher, el otro integrante que junto a Janet Yellen y William Dudley vota en todas las reuniones, explica que tocar los tipos más pronto que tarde es una garantía para que la retirada de los estímulos se hará de una manera gradual. Jeffry Lacker, de la Fed de Richmond, añade que la subida es una especie de “acción preventiva” para evitar que la inflación escale sin control.

Tres subidas en 2017

Esta sucesión de comentarios revalorizó aún más el dólar. La gran mayoría de los miembros de la Fed cuenta con al menos tres subidas a lo largo de 2017. La lectura que hacen los integrantes es que los objetivos de empleo e inflación se mueven desde hace tiempo muy cerca de lo que marca el mandato. Por eso Yellen advirtió en su comparecencia semestral en el Capitolio que esperar mucho es “imprudente”. Volvió a repetirlo este viernes.

Los miembros de la Fed a la derecha y a la izquierda comparten, además, el miedo de dar la impresión al mercado de que van por detrás de la curva. La credibilidad de la autoridad monetaria está en juego. Además, las condiciones para el alza de tipos son las ideales porque no hay tensiones financieras, los mercados están en máximos y la economía crece de una manera sostenida, aunque con moderación.

Los tipos de interés en EE UU se mueven en una banda entre el 0,5% y el 0,75% desde el pasado mes de diciembre. Si el pasado sirve de referencia, es muy raro que la Fed no decida subirlo en su próxima reunión cuando el mercado le da una probabilidad tan alta. Yellen insiste en que el proceso de normalización de la política monetaria no hay sigue un curso predeterminado y se basa en los datos disponibles.

No es una cosa hecha en cualquier caso. James Bullard, que también tiene derecho de voto, se desmarcó al decir que las condiciones no cambiaron desde la reunión de enero y por eso cree que el alza no se justifica. La presión inflacionista, en su opinión, no da ese sentido de urgencia. El presidente de la Fed de St. Louis sí considera que se pueden sentar las bases para que suceda en mayo o junio.

La Fed subió tipos solo en dos ocasiones durante la pasada década. El indicador de empleo, que se publica cinco días antes de la reunión, será por tanto determinante para concretar el cambio de tono en una decisión este mes sin esperar a junio. El repunte de la confianza tras las elecciones y la euforia en Wall Street contrastan con la incertidumbre sobre el efecto del plan económico de Donald Trump.

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