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La firma de componentes CSA anuncia que cierra en Torrejón

La empresa de componentes presentará un ERE para más de 200 trabajadores

Manuel V. Gómez

CSA ha anunciado a los más de 200 trabajadores que componen su plantilla en Torrejón de Ardoz (Madrid) que en junio se queda sin pedidos y cierra las instalaciones. El 23 de diciembre del año pasado Ford, el principal cliente de CSA, comunicó a la empresa que en apenas cuatro meses rescindía su contrato y dejará de ser uno de sus proveedores, rompiendo una relación que mantenían desde hace décadas, según apunta el presidente del comité de empresa, José Luis Torres. Esto aboca a la compañía a realizar un despido colectivo.

CSA o Castellón Automotive tuvo problemas serios de supervivencia en 2009, cuando se acogió a un concurso de acreedores. Después ha continuado con su actividad, muy dependiente del fabricante de automóviles estadounidense, que era la fuente del “90% o 95%” de la facturación”. En los últimos meses la empresa había estado buscando un inversor.

Ford conocía estos movimientos, puesto que quería asegurarse de que uno de sus proveedores de columnas de dirección, seguía en manos de un inversor fiable para ellos, apuntan en el comité. Cuando esta operación parecía que iba a cerrarse, la empresa estadounidense remitió una carta a la dirección, la del 23 de diciembre, en la que anunciaba que cancelaba su contrato.

La decisión de Ford abocaría al cierre las instalaciones de Torrejón puesto que se quedaría sin carga de trabajo. Esto para UGT y su secretario general en Madrid, Mariano Hoya, supone una responsabilidad directa de la firma estadounidense en la pérdida de los puestos de trabajo. Por eso, le ha pedido a la compañía dos años “para buscar un inversor que se haga cargo de la planta”.

Desde el comité de empresa se apunta que la producción de CSA en Torrejón –y los puestos de trabajo- saldrán de España, aunque no saben que firma se hará cargo de la producción. Otras fuentes apuntan a que podría ser la empresa de capital alemán Thyssen.

Torres, presidente de los representantes de los trabajadores, apunta uno de los problemas sociales que puede generar el cierre de la compañía: la plantilla, especializada en la fabricación de columnas de dirección, tiene una edad media más de 40 años que si pierde su trabajo puede verse en problemas serios para volver a tener empleo.

Empresa y comité llevan ya seis reuniones para estudiar la situación. “Ford dice que la situación es responsabilidad de CSA. Ahora parece que puede haber una reunión con Ford, pero no sería para dar marcha atrás, sino para buscar forma de indemnizar por la situación”, expone Torres.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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