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‘IN MEMORIAM’
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Luis Gámir, promotor del debate político y amigo entrañable

Presidió el Consejo de Privatizaciones y fue ministro con Suárez y Calvo Sotelo

La generación que hizo posible en España la Transición, tan denostada ahora por algunos, fue una generación que vivía ilusionada por traer de una vez por todas la concordia al país y superar los enfrentamientos civiles tan enraizados en la sociedad. Una generación formada por jóvenes de ideología socioliberal y socialdemócrata, con talante y ganas de acercarse a los que pensaban de forma diferente y con deseos de debatir. A esa generación perteneció Luis Gámir (Madrid, 1942), fallecido el pasado domingo, cuya trayectoria incluye haber sido ministro con la UCD de los presidentes Adolfo Suárez (Comercio y Turismo) y Leopoldo Calvo-Sotelo (Transportes, Turismo y Comunicaciones); más tarde fue diputado del PP, presidente del Club Siglo XXI —el emblemático lugar de encuentro de la Transición— y por último, presidente del Consejo Consultivo de Privatizaciones (1996-2004).

Pero Gámir sobre todo fue promotor de diversos ámbitos de debate que ayudaron a consolidar el nuevo sistema político y el desarrollo de la Constitución de 1978. Siempre destacó por querer agrupar a personas de militancias diversas con quienes dialogar. En un momento en el que los partidos políticos ya estaban mínimamente organizados, se dio cuenta de la necesidad de articular mejor la sociedad civil para encarar la democracia representativa como ciudadanos activos, y se dedicó con entusiasmo a escuchar para llegar a conclusiones que transmitía en mensajes llenos de sentido común, moderación y progresismo europeo. Abordó temas todavía hoy de actualidad, si bien ya no candentes, como el del feminismo, al que dio visibilidad en un encuentro público organizado por el Club Convergencia, al que pertenecía. El salón del entonces Hotel Hilton de Madrid, donde tuvo lugar el debate, se quedó pequeño para albergar a todos quienes querían asistir.

Aún no se habían celebrado las primeras elecciones y consiguió llevar al ámbito público las legítimas aspiraciones que hasta entonces tenían casi exclusivamente en el ámbito privado unas mujeres educadas políticamente en el ideario de la Sección Femenina y formadas, en su gran mayoría, en colegios religiosos.

Ya aprobada la Constitución, reunió en un almuerzo a un grupo de amigos de ideas afines, aunque no coincidentes, para tratar sobre su desarrollo y, en general, sobre cuanto aspecto de actualidad se consideraba relevante. Era el colectivo Aldaba —nombre que tomó del restaurante en el que se creó— y con cuya firma publicaba su opinión colegiada, siempre desde coordenadas progresistas, transformadoras y moderadas.

Muchos de sus integrantes ya no están pero sin duda resaltarían, junto con los que hoy recordamos a Luis, su papel movilizador de la sociedad civil desde el pensamiento, la acción y los valores comunes que a todos nos han unido. Igual que queda en nuestra memoria su entrañable personalidad, oculta por una gran timidez, su carácter conciliador, respetuoso y enamorado permanente. Sus hijas Susana, Patricia y Luisa lo saben bien.

Buen viaje Luis. Ya promoverás arriba otra tertulia…

Aldaba fue un colectivo que promovió Luis Gámir y del que también formaron parte Luis Berenguer, José Vicente Cebrián, Enrique Egea, Federico Esteve, Carmela García-Moreno, José Antonio González García, Antonio Gracia, Alberto Gutiérrez Reñón, José Miguel Hernández Vázquez, Ángel Luis López Roa, Carlos Merino, Rosa Posada, José Ignacio Sáez Díez y Luis Valenciano.

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