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Volkswagen acuerda una multa de 4.100 millones en EE UU por el fraude de las emisiones

La reprimenda se suma a los 16.600 millones que le costará compensar a los dueños de los coches trucados

Logotipo del fabricante de automóviles alemán Volkswagen
Logotipo del fabricante de automóviles alemán Volkswagen IAN LANGSDON (EFE)

Volkswagen anunció un principio de acuerdo con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos por el que acepta pagar un multa de 4.300 millones de dólares (4.100 millones de euros) para dar carpetazo al expediente por el escándalo de las emisiones. La reprimenda es mayor de la esperada. El pacto, que debe aún formalizarse, se cierra a una semana de que acabe el mandato del presidente Barack Obama, que viene de acordar también con Deutsche Bank por el fraude del empaquetado de deuda basura.

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La multa, que se concretará en las próximas horas, es la más alta que se impone a un fabricante de coches. Quintuplica los 900 millones que el departamento que dirige Loretta Lynch impuso a General Motors por los accidentes que provocó un defecto técnico en el sistema de encendido, en los que fallecieron más de un centenar de personas. Un año antes, la japonesa Toyota abonó 1.200 millones por la aceleración involuntaria del híbrido Prius.

El fraude afectó a 11 millones de vehículos en todo el mundo y 600.000 en EE UU. Fue la propia Volkswagen la que hizo pública la cantidad negocida para poder saldar cuentas con las autoridades estadounidenses. La sanción excedería las provisiones que hizo para afrontar la multa, por lo que el desembolso debe ser autorizado por su consejo de supervisión. El fabricante adelanta, además, que junto a la reprimenda civil está en disposición de aceptar la culpabilidad en el fraude.

Debe determinarse, por tanto, cómo se va a exigir responsabilidades penales a las compañías por la trama. Volkswagen aseguró hasta ahora que ningún miembro de su consejo de administración estaba al corriente del engaño. Pero es conocido que las autoridades judiciales en Alemania están investigando el papel de Martin Winterkorn cuando era consejero delegado del grupo.

Horas antes de hacerse el anuncio, las autoridades estadounidenses arrestaron al ejecutivo responsable del departamento de cumplimiento de la reglamentación en EE UU. Se trata de Oliver Schmidt, que ocupó el cargo hasta marzo de 2015. El pasado mes de septiembre, un veterano ingeniero de la compañía admitió haber participado en el fraude de las emisiones. James Liang formó parte del núcleo duro de la trama.

Un alto ejecutivo de Volkswagen ha sido arrestado por las autoridades estadounidenses en relación con el escándalo de los motores diesel trucados de la compañía, según ha informado este lunes el periódico The New York Times. El diario, que cita a dos fuentes, identificó al detenido como Oliver Schmidt, encargado de la oficina de cumplimiento de las regulaciones de la compañía entre 2014 y marzo de 2015.

El pacto permite a Volkswagen evitar que la investigación de los motores trucados llegue a los tribunales. La multa se suma a los 17.500 millones que pactó con las autoridades para compensar a los propietarios de los vehículos afectados y a los concesionarios. El dispositivo que le permitió esquivar los límites a las emisiones se instaló en 475.000 coches con motores de dos litros y 80.000 de mayor cilindrada.

Los ingenieros desarrollaron un sistema electrónico que permitía al coche detectar cuando estaba siendo sometido a las pruebas de control de emisiones. Pero en condiciones de tráfico normal, los vehículos no eran tan limpios y emitían hasta 40 veces más gases contaminantes de los permitidos por la agencia del medio ambiente.

Volkswagen lleva sin vender coches con motores diésel desde septiembre de 2015 y no recibió la certificación para comercializar nuevos modelos. De hecho, la marca alemana confirmó hace algunas semanas que renuncia al diésel en EE UU, porque va a ser muy difícil para la marca recuperar su imagen y porque los reguladores están siendo más estrictos. En su lugar, apuesta por los vehículos eléctricos.

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