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Terceiro sobre las ‘black’: “El pago a los consejeros se multiplicó por 277” con Blesa

El expresidente de Caja Madrid recuerda que la asignación pasó de 1.800 euros hasta 500.000 euros a partir de 1996

Jaime Terceiro, expresidente de Caja Madrid, durante su declaración en el juicio de las tarjetas black de Caja Madrid, a través de un monitor.Foto: atlas | Vídeo: SAMUEL SÁNCHEZ | ATLAS
Íñigo de Barrón

El expresidente de Caja Madrid Jaime Terceiro ha asegurado hoy en la sesión del juicio de la Audiencia Nacional por las black que bajo su mandato era "inconcebible" un sistema de retribuciones para consejeros y directivos mediante tarjetas opacas como las que se han conocido bajo la presidencia de Miguel Blesa y Rodrigo Rato. Terceiro ha reiterado en multitud de ocasiones que las tarjetas en su tiempo eran exclusivamente para gastos de representación y nunca se podían utilizar como un sistema de retribución ni se podía obtener efectivo con ellas.

Además, Terceiro ha bajado a los detalles, consciente de la magnitud de las cifras. Según el expresidente, bajo su mandato "la retribución anual de los consejeros era de 1.800 euros, que llegó a multiplicarse por 277 hasta alcanzar los 500.000 euros en algunos casos, en años posteriores". El expresidente hizo referencia "a algunos sueldos que he conocido porque son públicos" sin citar los nombres.

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Durante su declaración como testigo en el juicio contra los 65 acusados de utilizar tarjetas opacas de Caja Madrid y Bankia, Terceiro, que ha estado cuatro horas declarando y continuará por la tarde, ha admitido que si se tiene en cuenta el efecto de la inflación  entre 1996 y 2003, cuando comenzaron estas retribuciones, "habría que multiplicar por 1,8, pero no por 138, como ocurrió".

El banquero ha insistido en que, mientras él fue presidente, el límite "técnico" de 600 euros como máximo por tarjeta no se modificó en los casi nueve años, entre otras cosas "porque el gasto medio efectuado era de entre 250 y 300 euros mensuales", ha afirmado.

Terceiro también ha sido muy tajante al afirmar que "nunca se podía retirar dinero en efectivo de los cajeros.  No solo no se distribuyeron los números PIN de contraseña, es que ni siquiera se emitieron". En un momento de su declaración, Terceiro resumió: "Las tarjetas eran absolutamente blancas, white, en contraposición a las black, porque estaban legalizadas y autorizadas por los canales adecuados. Se empezaron a oscurecer en fecha posterior a mi presidencia".

Bronca con la acusación de Blesa 

La declaración de Terceiro es fundamental porque es un contrapunto a la defensa de los acusados, que afirman que el sistema de tarjetas se apoya en las actas de mayo de 1988, redactadas bajo el mandato del expresidente. Terceiro ha negado que la literalidad de las actas pueda servir para justificar las black  "porque siempre se habló de gastos de representación".

Tras ser repreguntado por los letrados de la defensa, el banquero dijo: "Pueden retorcer los textos de las actas y escoger lo que más les convenga, pero en nueve años hay seis actas que dicen que son gastos de representación y en los 15 años siguientes no se ha vuelto a clarificar", en referencia al mandato de Blesa y Rato. "Ahora se cuestiona el sentido de una coma, una vez que se ha envilecido el fin de las tarjetas y asignadas a otro tipo de gastos", concluyó. 

La utilización de estos términos provocó la airada queja de Carlos Aguilar, abogado defensor de Miguel Blesa, que pidió amparo a la presidenta de la sala, Ángela Murillo, por entender que "está actuando como parte", sin mantener su independencia. Aguilar también trató de averiguar si Terceiro había escuchado las declaraciones de acusados y testigos por televisión "porque podría invalidar el proceso, ya que está haciendo unas declaraciones en respuesta a manifestaciones aquí realizadas". La juez pidió que incluyera las quejas en su informe. Otros letrados se sumaron a las protestas.

El interrogatorio siguió con dureza para averiguar por qué en un acta de 1988 se decía que Caja Madrid quería "dignificar la labor de consejero". ¿"Cómo se quería dignificar? porque devolviendo el gasto de representación no se dignifica", afirmó Aguilar. Terceiro no especificó a qué se refería con dignificar la labor y se remitió a la literalidad del acta. Y añadió: "La palabra dignificación tiene un sentido en 1988 y lo deja de tener en 2016".

En ese momento de tensión, el fiscal Alejandro Luzón, protestó de forma airada "por el exceso verbal de la defensa que intenta amedrentar al testigo". La juez intervino para pedir al letrado de Blesa que especificara las preguntas y dejara al testigo que se explique con libertad. 

Terceiro argumentó en defensa de su sistema de tarjetas que en los quince años posteriores a su salida de Caja Madrid sus sucesores no encontraran el tiempo para aclarar las condiciones y los términos de uso de estas tarjetas, que ha defendido en todo momento que se trataba exclusivamente para gastos de representación. Bajo su mandato, afirmó que se aclaró en cinco ocasiones.  Terceiro también descartó cualquier posibilidad de que bajo su mandato se pudiera pagar a los directivos con tarjetas.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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