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Nueva York pone coto al negocio de Airbnb

El servicio de vivienda compartida demanda de inmediato la nueva legislación, una de las más restrictivas en Estados Unidos

Movilización a favor del servicio Airbnb en Nueva York
Movilización a favor del servicio Airbnb en Nueva YorkSHANNON STAPLETON (REUTERS)

Andrew Cuomo movió ficha sin esperar. El gobernador de Nueva York estampó este viernes la firma que hace efectiva la ley por la que se refuerzan en todo el Estado las sanciones a usuarios de servicios de vivienda compartida como Airbnb, por ofrecer alquileres ilícitos. La compañía respondió de inmediato a la medida presentando una demanda que trata de anular una de las leyes más restrictivas contra su negocio que se aplican en Estados Unidos.

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El proyecto fue adoptado por el legislativo de Albany el pasado verano y llegó a la mesa del Gobernador el martes de esta misma semana. Cuomo tenía 10 días para decidir si la apoyaba o la vetaba. Su decisión era un misterio, porque el dirigente demócrata evitó tomar posición hasta ahora en el intenso enfrentamiento que libra Airbnb con la industria hotelera. Al final, optó por bendecir la legislación, que contempla multas de hasta 7.500 dólares si se viola la normativa.

Los alquileres en unidades multifamiliares por menos de 30 días están prohibidos en Nueva York desde el año 2010. Pero las autoridades tienen muy complicado aplicar la legislación. Linda Rosenthal, la patrocinadora de la iniciativa, defendió la propuesta porque considera que portales como Airbnb basan su negocio en violar la ley y restringen el número de viviendas disponibles a un precio asequible. Además, acusaron a la compañía de no implicarse a combatir los alquileres ilícitos.

La nueva legislación permitirá a los vecinos de estos apartamentos compartidos a denunciar las violaciones de la legislación. También los dueños de los apartamentos que detecten que sus inquilinos realquilan la vivienda, si no están de acuerdo con la práctica. Las autoridades locales, en paralelo, podrán rastrear los distintos portales para detectar cualquier incumplimiento de la norma y así combatir el creciente fenómeno de los hoteles ilegales.

Airbnb, que lleva meses realizando una agresiva campaña para defender su negocio, trató en paralelo de evitar que se llegara a este extremo presentando esta semana una iniciativa de autorregulación, en la que proponía crear un registro para los propietarios que decidan ofrecer sus viviendas por un corto periodo de tiempo, similar al que se utiliza en Chicago, y que limitaba el número de casas completas que se podían alquilar, como ya hace en San Francisco. También se ofrecía a recaudar los impuestos, una iniciativa que ya negoció con la ciudad Newark.

La ciudad de Nueva York es un mercado clave para Airbnb. El pasado agosto registró 45.000 ofertas para compartir vivienda, a las que se suman otras 13.000 por todo el Estado neoyorquino. El temor, además, es que la iniciativa legislativa adoptada sea replicada por todo el país. Por eso decidió recurrir la decisión de Cuomo pasadas solo unas horas, porque considera que está diseñada para proteger el negocio de los hoteles. Su estrategia hasta ahora fue la de tratar de llegar a acuerdos con las autoridades locales, caso por caso.

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