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‘IN MEMORIAM’

Vicente Llamazares, líder desconocido de las primeras CC OO

Desempeñó un papel clave en el sindicalismo clandestino durante la dictadura franquista

Ignacio Fernández Toxo

El pasado 7 de octubre, a los 86 años, falleció Vicente Llamazares en Canadá, donde vivía desde 1974. Pese a ser comúnmente aceptado que tuvo un papel decisivo en los años de la clandestinidad, puede decirse que es el menos conocido de los fundadores históricos de CC OO.

Tras el éxito de las candidaturas independientes en las elecciones sindicales de 1966, el aparato represivo franquista se volcó contra el pujante movimiento de las Comisiones Obreras, procediendo a la destitución y despido de miles de trabajadores y enlaces sindicales y a la detención y encarcelamiento de cientos de ellos, como Marcelino Camacho, Julián Ariza, Eduardo Saborido, Nati Camacho, Ángel Rozas, David Morín, Gerardo Iglesias y tantos otros. En ese clima, la dirección clandestina de Comisiones que coordinaba desde Madrid al conjunto del movimiento implantado en todo el país fue mermada y cercada por la Brigada Político-Social (BPS).

Pese a ello, siguieron organizando reuniones de ámbito nacional que, salvo alguna excepción, pudieron realizarse sin ser detectadas por la policía. En esas tareas organizativas destacaba Vicente Llamazares, quien además participaba en las reuniones con otras fuerzas de la oposición democrática.

Vicente Llamazares fue despedido de la fábrica Pegaso en 1965 durante una huelga. Después trabajó en la editorial Aguilar y participó en la formación de la Comisión Obrera de Artes Gráficas. En Aguilar conoció en 1966 a Juana Muñoz Liceras, quien sería su compañera de luchas y de vida durante 40 años. Recién incorporada a la empresa, Juana se sumó a CC OO durante las acciones que en ella se organizaron en solidaridad con los líderes que habían sido detenidos en la marcha sobre Madrid de 1967.

Desde entonces, Juana Muñoz sería un apoyo valiosísimo para el trabajo del secretariado clandestino. Por su conocimiento de idiomas ayudaba también a denunciar internacionalmente la situación en España. Cuando Juana pasó a ser la secretaria del muy conocido cantante hispano-argentino Luis Aguilé, en la casa de este, y sin su conocimiento, tenían lugar las reuniones más secretas, especialmente con los dirigentes del PCE (como Luis Lucio Lobato o Simón Sánchez Montero), de cuyo núcleo sindical era responsable Vicente Llamazares.

Llamazares fue detenido y procesado en varias ocasiones por causas que no llegaron a juzgarse en el Tribunal de Orden Público. Una de sus detenciones se produjo en relación con el fallido intento de la BPS de desarticular una reunión muy amplia de la coordinadora general de CC OO que tuvo lugar los días 25 y 26 de julio de 1970, en el colegio y convento de la Sagrada Familia del municipio madrileño de Alcobendas.

La policía seguía la pista de un participante, pero solo llegó a tiempo de detener a tres militantes. El comisario Yagüe, furioso porque se le habían escapado tantos destacados líderes del movimiento (Nicolás Sartorius, Fernando Soto, Cipriano García, etcétera), detuvo tras los hechos a algunos de los asistentes, entre ellos Vicente Llamazares.

Como anécdota de las contradicciones de la Iglesia, hay que contar que la madre superiora del convento en el que se celebró la reunión quería testificar en contra de los acusados, porque “mentir es pecado mortal”, pero el obispo Echarren (según contó en un artículo Antonio Gallifa, asistente a la reunión de CC OO), le dijo que “mentir a favor de los trabajadores no era pecado, y que en todo caso, él, su obispo, le daba la absolución por anticipado”.

También fue detenido en casa de la actriz Julia Peña, que había cedido su domicilio para el comité de la huelga de la construcción de Madrid en abril de 1972. Junto a Llamazares y los otros 13 dirigentes de la huelga se procesó a Peña, a quien la policía intentó detener en plena representación en el Teatro Goya, lo que impidió Aurora Bautista, directora de la compañía. Como consecuencia de aquella detención, Llamazares no pudo estar en la reunión de junio de 1972 en Pozuelo de Alarcón (Madrid), que desembocó en el famoso Proceso 1001. En 1973 se decidió reorganizar la coordinadora general y dirigirla desde Barcelona para mayor seguridad. Esta circunstancia y algunas discrepancias que habían surgido entre Llamazares y la dirección exterior del PCE le llevaron a dejar sus responsabilidades en el secretariado, aunque continuó colaborando hasta que emigró a Canadá junto a su mujer, donde ambos iniciaron una nueva vida familiar y profesional. Vicente, además de otros empleos, estudió Bellas Artes en Ottawa e hizo importantes exposiciones de fotografía en Toronto y Montreal. Juana Muñoz sigue siendo profesora en la Universidad de Ottawa y es una reputada lingüista. Recientemente ha sido incluida en la lista de los 100 españoles más influyentes en el mundo.

Sabedor de lo irreversible de su estado de salud, Vicente renunció a que se le prolongara la vida y murió con la serenidad que le caracterizó cuando, muchos años atrás, luchaba por la libertad y el socialismo en España.

Ignacio Fernández Toxo es secretario general de CC OO.

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