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Maurico Macri ajusta la subida del gas, pero con picos del 500%

El gobierno aplica nuevo valores que moderan el impacto del tarifazo anunciado en abril

Federico Rivas Molina
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, anuncia en Buenos Aires las nuevas tarifas del gas.
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, anuncia en Buenos Aires las nuevas tarifas del gas.Telam

La crisis iniciada en abril tras la subida de las tarifas del gas parece haber llegado a su fin. El gobierno de Mauricio Macri ha cumplido con un fallo de la Corte Suprema que lo obligó a realizar audiencias públicas para discutir aquellos aumentos, un paso que exige la ley, y ha logrado desde ayer imponer nuevos valores a los servicios domiciliarios. A partir del mes que viene, los argentinos recibirán facturas que al menos duplicarán en promedio a las anteriores, con picos de hasta 400% para los grandes consumidores residenciales y hasta 500% para el caso de las Pymes. Los porcentajes son altos, pero no tanto como antes. Frente a la avalancha de amparos judiciales del tarifazo de abril, y tras escuchar los reclamos de los usuarios durante las audiencias, el gobierno ha desistido de aquellas subidas de hasta 1.000% que aplicó hace 6 meses.

“Nadie pagará más del 500% de aumento”, dijo el ministro de Energía, Juan José Aranguren, al dar el detalle del cuadro tarifario que reemplazará al de abril. El impacto de aquella subida en los hogares, en un escenario de recesión económica, alta inflación y creciente desempleo se trasladó primero a la calle, en forma de protestas, y luego a los tribunales, como amparos contra lo que muchas organizaciones de usuarios consideraron una medida abusiva. La intención manifiesta del gobierno fue aliviar el peso fiscal de los subsidios que permitieron mantener prácticamente planchadas las tarifas energéticas durante el kirchnerismo (2003-20015).

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Argentina es el país más caro de América Latina si sus precios se miden en dólares, con la única excepción de los servicios públicos. Por eso el macrismo multiplicó hasta por diez las facturas cinco meses después de llegar al poder. Y lo hizo todo de una vez. Sólo en gas, el cálculo de las subidas de abril provocó un ahorro fiscal de hasta 4.000 millones de dólares, equivalente al 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB). Pero los usuarios no aceptaron el golpe. La Corte Suprema anuló el 19 de agosto las nuevas facturas de gas con al argumento de que el gobierno no había realizado las audiencias públicas. Cumplido ese paso Macri logró aplicar los aumentos, aunque un 72% de promedio más bajos que los que planeó en un principio.

Aranguren dijo ahora que ningún hogar pagará más de 400% de subida por el gas, y que el promedio será de 203%. Según el nuevo esquema, una casa de consumo medio que antes abonaba 218 pesos (14,5 dólares), pagará ahora 371 pesos (menos de 25 dólares), un valor que sigue siendo bajo para la región. Para los comercios y las pymes se impuso un tope de 500%, contra subidas promedio de casi 700% decretadas en el aumento anterior. Con estos porcentajes, los subsidios del Estado a las facturas de gas se reducirán a la mitad. “Queremos ir a un suministro sostenible en el tiempo, subsidiar solo a los que lo necesitan, tener un sistema federal y fomentar el ahorro”, dijo Aranguren.

El gobierno resignó ahora eliminar los subsidios todos de una vez a cambio de un plan que finalizará en 2018. La gradualidad de las subidas fue el principal reclamo que escuchó Aranguren durante las audiencias. “En abril se pasó aumentó el precio de boca de pozo de 1,29 dólares a 4,72 dólares por BTU. Eso es historia, eso fue anulado”, dijo el ministro. “Ahora propusimos llevarlo a 3,42, que es el que empieza a regir a partir de hoy (por ayer), con una proyección semestral de aumentos para alcanzar el esquema anterior en dos años. Esto tendrá un costo fiscal en subsidios que tendrá que asumir el Estado”, agregó.

El tarifazo en los servicios públicos fue la medida más impopular de Macri. Sobre todo porque la reactivación económica prometida se demora y las cifras no acompañan. El último dato oficial de pobreza, el primero desde 2013 tras la intervención kirchnerista de las estadísticas oficiales, indicó que uno de cada tres argentinos es pobre. Desde enero, 1,4 millones de personas se sumaron a ese grupo de necesitados, la industria se derrumbó 3,6% en el primer semestre y el propio Macri admitió que si la inflación cedió desde 2% en julio hasta 0,2% en agosto fue, justamente, por el fallo de la Corte que anuló las subidas del gas. Bajar la inflación es la principal batalla económica de Macri. Las estimaciones de estudios privados apuntan a una subida de más del 40% del IPC para 2016, la segunda más alta de América Latina después de Venezuela. La batalla, al menos por ahora, parece perdida.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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