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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Análisis británicos sobre los costes del ‘Brexit’

Si Reino Unido quiere seguir en el mercado único, tendrá que seguir aceptando la movilidad laboral dentro de la UE

Antes del referendo sobre la salida del Reino Unido (RU) de la UE, un importante número de economistas y de centros de investigación económica británicos realizaron diversos cálculos sobre los costes económicos que resultarían si abandonaran la UE. La gran mayoría de los cálculos e informes realizados por dichos economistas mostraban que salirse de la UE conllevaría costes económicos graves para el RU que empobrecerían a los hogares a largo plazo.

Los análisis más negativos fueron los realizados por el Centre for Economic Performance, de la London School of Economics, que estimaban una caída del PIB a largo plazo de entre un mínimo del 6,5% y un máximo del 9% y del PIB por familia de hasta 7.000 libras. La OCDE estimaba una caída a largo plazo de entre el 2,5% y el 7,8% y de la renta familiar de 5.600 libras. El Tesoro Británico estimaba una caída del PIB, a largo plazo, de entre el 3,9% y el 7,5% y una caída del PIB por familia de 5.000 libras y mostraba, asimismo, que ser miembro de la AEE es la que menos impacto negativo tiene. El NIESR estimaba a largo plazo una caída de entre 1,5 y 3,5% del PIB y Oxford Economics de entre 2,7 y 4% del PIB.

Sólo los llamados “economistas por el Brexit”, entre ellos, Patrick Minford, estimaban un mejora de la renta del 4%, pero en el año 2030, argumentando que existían costes de regulación muy elevados sólo por el hecho de pertenecer a la UE. Dichas estimaciones son generales y presentan tres diferentes escenarios según RU negocie la opción de Noruega en el Área Económica Europea, que sería la opción menos mala pero con costes de varios puntos del PIB; la opción de Suiza, que sería la mediana; o salirse del todo y quedarse sólo en la OMC como un país más de los 162 que la componen, que sería muy negativa.

Mauro Campos (04-08-2016) ha señalado a los tres culpables del Brexit: el ex primer ministro David Cameron por haber planteado un referendo innecesario y sin haberlo estudiado a fondo; la Citi de Londres por no haberse mostrado radicalmente en contra de la salida de la UE; y el apoyo claro al Brexit de varios periódicos importantes relacionados con el partido eurófobo UKIP, como el Sunday Times y el Sunday Telegraph, mientras que el Observer aconsejó quedarse en el UE mientras que el Mail on Sunday aconsejaba que no era el momento de arriesgar la paz y la prosperidad del RU. Aun así, tanto Mauro Campos como Nicholas Crafts argumentan que aunque la evidencia empírica disponible es claramente favorable al Mercado Único, no lo es tanto a la pertenencia a la UE. Además, la mayoría de la población, no leía o no tenía acceso a los informes económicos citados y otros muchos, demostrando que sería muy negativo salirse de la UE y además, los periódicos más leídos no publicaban sus estimaciones.

Entre los no aparentemente leídos, destaca el manifiesto de diez Premios Nobel de economía publicado en The Guardian, (por orden alfabético): George Akerlof, Kenneth Arrow, Angus Deaton, Peter Diamond, James Heckman, Erik Maskin, James Mirrlees, Christopher Pissarides, Robert Solow y Jean Tirole, que manifestaba: “Creemos que al Reino Unido, le irá mejor económicamente en dentro de la UE. Las empresas británicas y sus trabajadores necesitan el acceso libre al Mercado Único”. Asimismo, estimaban que, el “Brexit creará una importante incertidumbre sobre los futuros acuerdos comerciales con el resto de Europa y con mercados tan importantes como Estados Unidos, Canadá y China y dichos efectos persistirán durante muchos años”. Por último, Angus Deaton, Premio Nobel británico de Economía de 2015, había afirmado, antes del referendo: “Quien vote Brexit con el corazón, lo lamentará con el cerebro”.

Sin embargo, existen también otros argumentos de “economía política” por parte de otros economistas importantes que conviene también tener en cuenta. El primero es de David Miles (03-09-2016) que se pregunta ¿cómo el informe del Institute of Fiscal Studies (IFS) publicado el día antes del Referendo y tantos otros no fueron entendidos, creídos o escuchados a la hora de votar salirse de la UE? Miles estima que puede ser porque las estimaciones eran demasiado divergentes o porque no se consideraban elevadas, dado que el PIB del RU es ya hoy un 20% inferior al de 2008. Personalmente, no cree que una “creciente unión” de la UE sea un peligro, pero tampoco cree que los que así piensan sean ignorantes o estén confundidos.

El segundo es de Diane Coyle (05-08-2016), catedrática de la Universidad de Manchester, que estima que el voto a favor de salirse de la UE responde a un voto contra la globalización y a su impacto desigual en diferentes partes del Reino Unido. Las proporciones mayores del voto a favor del Brexit han provenido de los Midlands y del Norte de Inglaterra, donde la desindustrialización ha sido mayor y ha tenido mayor impacto y donde, además, la renta media no ha crecido o ha caído.

Coyle estima que la globalización, en lugar de hacer el mundo plano, igual para todos, ha aumentado notablemente las desigualdades dentro de los países de la OCDE. La mayoría de los hogares de la OCDE no ha conseguido aumentar su renta durante los 10 últimos años. El RU sufre un proceso de desindustrialización desde 1970, que ha aumentado tras las recesiones de principios de los 80 y de los 90. Según la ONS (Office of National Statistics, 2016) las 28 ciudades con mayores zonas deprimidas se encontraban en los Midlands y el Norte de Inglaterra, donde ha alcanzado a entre el 65% y el 25% de su población residente, es decir, una media del 45%, mientras que en el Sur la media ha sido sólo del 12%. Por el contrario, las ciudades más globales, como Londres, han salido ganando al conseguir un mayor crecimiento, aunque tengan que sufrir de la escasez y encarecimiento de sus viviendas y de unas carreteras colapsadas y han votado quedarse en la UE, mientras que las ciudades pequeñas, las satélites y las áreas rurales han votado salirse. Paradójicamente, Coyle estima que la inmigración, que ha sido la bestia negra para votar Brexit, tiene una correlación mucho menor, ya que ha afectado sólo a trabajadores muy poco cualificados, algunos de ellos, inmigrantes previos. Finalmente, Coyle cree que sería un grave error abandonar ahora la política iniciada por Osborne, (favorable a quedarse en la UE y que ha sido cesado), para intentar revitalizar el crecimiento en los alrededores de Londres y su “interland”.

El tercero es el de Kevin O’Rourke (07-08-2016), catedrático de Historia Económica de Oxford, que explica cómo la historia ha demostrado, repetidamente, que demasiado mercado y poco Estado invitan al desastre, ya que los mercados y los Estados son complementarios y no sustitutivos, como había ya demostrado Dani Rodrik en 1999 y 2000. Anteriormente, O’Rourke y Jeffrey Williamson (1999) en Globalización e Historia, habían demostrado que la globalización tiende a producir ganadores y perdedores, pudiendo desencadenar una reacción violenta de una parte de la ciudadanía, especialmente de los trabajadores menos cualificados, que suelen ser los perdedores. En el caso del RU, un estudio de I. Colantone y P. Stanig (2016) muestra que varias regiones británicas votaron Brexit por la competencia de las exportaciones de China, igual que varias regiones similares de Francia han cambiado su voto a Marine Le Pen, siendo la causa de una reacción generalizada del auge de la extrema derecha en la UE.

Según O’Rourke, el sentimiento anti inmigración ha sido decisivo en el voto a favor del Brexit y si el Gobierno de los conservadores hubiera invertido lo necesario en servicios públicos y en vivienda, el referendo habría sido favorable a seguir perteneciendo a la UE. Además, cree que si RU quiere seguir en el Mercado Único, tendrá que seguir aceptando la movilidad laboral dentro de la UE, ya que el impacto negativo de salirse será muy elevado.

Guillermo de la Dehesa es presidente honorario del Centre for Economic Policy Research (CEPR) de Londres.

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