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Oriente Próximo afronta el reto de desvincular su economía del crudo

Los países exportadores de Oriente Próximo tendrán que diversificar sus economías y desarrollar fuentes de energía renovable, según un informe del banco suizo UBS

La abundancia de petróleo ha sido la palanca a la que los países de Oriente Próximo se han agarrado para incentivar su crecimiento económico. Pero el desplome de los precios en los últimos dos años, con el barril de crudo que ronda los 50 dólares y una sobreoferta que según la Agencia Internacional de la Energía persistirá en 2017, les obliga a plantearse una diversificación de la economía necesaria para disminuir su dependencia de las exportaciones de crudo.

El principe heredero saudí Mohamed bin Nayef (izquierda) junto al ministro de defensa Mohamed bin Salman.
El principe heredero saudí Mohamed bin Nayef (izquierda) junto al ministro de defensa Mohamed bin Salman.AFP

La importancia de los hidrocarburos para la región tardará mucho tiempo en disminuir. Asumiendo un precio del barril de 45 dólares, el valor de las reservas de Oriente Próximo asciende a casi 45 billones de euros, es decir, 25 veces el del PIB regional, según los datos de un informe en el que el banco suizo UBS ha analizado los desafíos que esperan a esos países para evolucionar lejos del mercado petrolero. Es más. Aunque las estimaciones de UBS sitúan el déficit fiscal consecuencia del crudo barato en un 10% del PIB regional, el conjunto de esos países crecerá en 2016 un 2,6%, y salvo pocas excepciones, la inflación se mantendrá por debajo del 4%.

Pese a este “colchón de riqueza que le permitirá mantener cierta estabilidad durante varios años”, explica el estudio, “Oriente Próximo afronta también grandes desafíos sociales”. El más inminente: el 47% de los 210 millones de habitantes tiene menos de 25 años, y la creación de nuevos puestos de trabajo es fundamental para que puedan integrarse en la fuerza laboral.

No va a ser fácil. El papel dominante del sector energético a lo largo de muchas décadas implica un “subdesarrollo” del resto de la economía. Muchos de los países miembros del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (GCC, por sus siglas en inglés), además, han anclado su tasa de cambio al dólar, lo cual impide devaluar la moneda para estimular las exportaciones.

El turismo como pilar del crecimiento

Tras décadas en las que el turismo ha sido casi inexistente, en 2014 los ingresos vinculados con este sector de Arabia Saudí, Qatar y EAU alcanzaron cifras entre los 9 y los 13,5 billones de euros, comparables con las de países como México o Sudafrica, consolidados destinos turísticos.

Los pequeños Estados de la región han sido clave para lograr esos resultados. El informe de UBS destaca el éxito de Dubai, que ha conseguido atraer un turismo de lujo y convertir su aeropuerto en el tercero más transitado en el mundo. Además EUA —donde el turismo representa el 9% del PIB, como en España—, ha conseguido convertirse en una sede del mundial de Formula 1.

El deporte está directamente ligado con el desarrollo económico de la región. La Copa del Mundo de Futbol, que Qatar albergará en 2022, ha sido un propulsor para la creación de la infraestructura turística del país, que planea la apertura de una sucursal del museo del Louvre y otra del Guggenheim.

También Arabia Saudí ha incluido en su plan de desarrollo económico, Vision 2030, el aumento de los peregrinos que cada año visitan el país desde los actuales ocho millones al año hasta los 30.

La dificil situación de la región, sin embargo, podría frenar este impulso. La guerra en Siria y la difícil situación en Irak, la formación del Estado Islámico y las crecientes tensiones geopolíticas han disparado los gastos militares de la región, que alcanzaron en 2015 el 18% del PIB, el doble que EE UU.

Deshacerse de este vínculo con los hidrocarburos pasa, según los analistas de UBS por lo que Jorge Mariscal, jefe de inversión e países emergentes de UBS y coordinador del informe, define como una “ventaja comparativa” de esos países: la energía solar. “Con 300 días al año de sol, la luz natural es probablemente el mayor recurso de la región”, indica el estudio. El crecimiento de la población, una clase media en expansión, la creciente actividad petroquímica y de desalinización del agua han convertido los países de la región en grandes consumidores de energía, “lo que aumenta el peso fiscal de los subsidios para su consumo”. Ya que la producción de electricidad depende por un 65% del gas y un por un 33% del petróleo, el desarrollo de las energías renovables es clave para la futura viabilidad económica de esos países.

Más allá del desarrollo de fuentes renovable, el informe subraya la importancia de lo que ocurre en Arabia Saudí e Irán, los dos gigantes de la región. Riad anunció a finales de abril el programa Vision 2030, que incluye la venta de un 5% de la petrolera nacional de Saudi Aramco y la creación del mayor fondo soberano del mundo —estimado en dos billones de dólares— con el objetivo de desvincular del petróleo un 22% del PIB en 2020. Irán, por su parte, ha conseguido incrementar rápidamente la producción de crudo tras el levantamiento de las sanciones el pasado enero. El petróleo, sin embargo, cuenta solo por un 11% del PIB, en una economía entre las más diversificadas de la región que despierta el interés de los inversores internacionales. “El PIB per cápita iraní es sensiblemente inferior que el de Arabia Saudí, cuya dependencia del petróleo es pero enorme. Teherán, al contrario, ha conseguido desarrollar otros sectores, como la agricultura y los servicios", arguye Mariscal.

El estudio destaca los logros del país persa en este sentido, aunque identifica otro ejemplo a seguir: “La diversificación de la economía ha sido un objetivo clave de Emiratos Árabes Unidos desde su creación en 1971. Un entorno que favorece los negocios, unas excelentes infraestructuras, la elevada estabilidad política y la capacidad de recibir tanto capital como mano de obra extranjera le han permitido experimentar un crecimiento sostenido durante años”. EAU se ha convertido así en un centro financiero de nivel internacional y en un hub clave en el transporte aéreo mundial.

Además, las privatizaciones que EUA está llevando adelante son, según Mariscal, “indispensables en una región en los que el Estado es con diferencia el primer empleador es indispensable que el sector privado gane peso”, arguye. El estudio destaca que el empleo público pesa por un 65% en Arabia Saudí y entre un 80% y 90% en Kuwait, Qatar y EAU. “La distribución de los beneficios de las exportaciones de crudo a través del sector público ha sido una parte fundamental del contrato social que ya no parece viable”, indica el informe.

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