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S&P subirá la nota de Argentina cuando “las buenas intenciones se transformen en hechos”

Altos funcionarios de Macri y empresarios participan en Buenos Aires de la reunión del Consejo de las Américas

Federico Rivas Molina
Susan Segal, de AS/COA, el jefe de ministros Marcos Peña, el alcalde de Buenos Aires Horacio Rodríguez Larreta y el presidente de la CAC, Jorge Di Fiori.
Susan Segal, de AS/COA, el jefe de ministros Marcos Peña, el alcalde de Buenos Aires Horacio Rodríguez Larreta y el presidente de la CAC, Jorge Di Fiori.CAC

El gobierno de Mauricio Macri está impaciente porque el dinero desde el extranjero no llega. Por eso no ahorra gestos para convencer a los inversores de que Argentina, tras 12 años de kirchnerismo, ha virado hacia políticas económicas afines al mercado. La reunión del Consejo de las Américas (AS/COA, por sus siglas en inglés) que se celebró en Buenos Aires ha sido una muestra de ello. Macri no participó esta vez del evento cumbre que une a empresarios y políticos, pero envió en su lugar al jefe de Ministros, Marcos Peña, y a su ministro de Producción, Francisco Cabrera. Ambos funcionarios describieron lo que consideraron un momento único para “confiar” en Argentina. Cientos de ejecutivos los aplaudieron, pero no faltaron voces menos optimistas. El líder de Calificaciones Soberanas y de Finanzas Públicas para las Américas de Standard & Poor's (S&P), Roberto Sifón Arévalo, dijo que, pese a los esfuerzos económicos de Macri, la agencia mantendrá la calificación B- estable (el rango más bajo de “calidad altamente especulativa”) para Argentina. “Lo que vemos es que el país está pasando por un proceso de ajuste, o mejor dicho de reordenamiento institucional. Pero ese proceso es complicado y no es fácil que las buenas intenciones se transformen en hechos. La calificación cambiará cuando el plan, que parece bueno y confiable y con hombres capaces, se concrete. Queremos ver que ese plan se accione y empiece a ejecutar”, advirtió Arévalo.

Sifón Arévalo participó del panel Perspectivas Económicas y Financieras junto al responsable de banca global para las Américas del banco HSBC, Gerardo Mato y la presidenta del Consejo de las Américas, Susan Segal. El ejecutivo de S&P apuntó sobre todo contra los indicadores económicos de Argentina, que no logran despegar. “El inversor extranjero quiere saber que están haciendo los argentinos. Por eso lo más importante es generar confianza. La inflación es grave, el tema cambiario también, pero si no se reactiva la economía no hay plan y equipo que funcione. Si Argentina no crece habrá que adaptarse a la realidad. El crecimiento es la variable más importante y eso se va a lograr si se recupera la confianza”, dijo. De todas formas, el analista ha dicho que las previsiones son buenas: “El contexto es débil en indicadores, pero creo que si se mira la perspectiva y el empuje oficial hay lugar para ser optimistas”.

Recuperar la confianza internacional ha sido una de las principales apuestas de Macri. Su Gobierno se esfuerza desde diciembre por mostrarse abierto al mundo, y el propio Macri asumió la tarea de seducción a los inversores apenas asumió el gobierno. En enero pasado, se convirtió en el primer presidente argentino en asistir al foro de Davos desde 2003 y el 22 de abril sacó al país de la cesación de pagos con la cancelación de una deuda de 9.300 millones de dólares con los llamados fondos buitre.

Mato, del HSBC, destacó el acuerdo con los deudores, pero recordó que en Wall Street Argentina es todavía “un país que hasta hace pocos meses estaba en un default serial”. “Lo que hizo Macri en un corto plazo no tiene precedentes. Ha normalizado la economía y los inversores ven que hay un managment distinto, pero también ve que el país es el mismo del año pasado. Es cierto que todo es una cuestión de tiempo, aunque creo que es un error (del Gobierno) poner targets (objetivos) en los diarios que después no se cumplen, porque le quita credibilidad” al programa económico, dijo Mato.

Las advertencias sobrevolaron el foro, pero apenas afectaron lo que fue un evento que recibió con los brazos abiertos a los ministros del macrismo. Los salones del Hotel Alvear, uno de los más lujosos de Buenos Aires, mostraron a Peña sonriente y animado. En su discurso, Peña dijo que “todos los temas de la campaña electoral fueron encarados o resueltos” y hoy en Argentina hay un “diálogo permanente con todas las instituciones de la democracia”. Su par de Producción, Cabrera, prometió que Argentina resolverá “problemas estructurales” como el costo laboral y la baja productividad. La gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, también llamó a invertirporque “ya se empiezan a ver signos de recuperación”. Sólo falta que ese optimismo oficial se materialice en hechos concretos.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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