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Volkswagen pone fin a la guerra de poder con sus dos firmas proveedoras

El fabricante volverá a recibir suministros para sus modelos Golf y Passat después de una maratoniana negociación que duró 19 horas

La fábrica de Volkswagen en Wolfburgo
La fábrica de Volkswagen en WolfburgoFABIAN BIMMER (REUTERS)

Después de una maratoniana negociación que duró 19 horas, Volkswagen (VW), el mayor constructor de automóviles de Europa y las empresas CarTRim y ES Automobilguss, pusieron fin en la mañana del martes a una inédita lucha de poder que había paralizado la producción de los modelos Golf y Passat en varias plantas del grupo en Alemania. El acuerdo fue anunciado por un portavoz de VW, quien anunció que las cadenas de montaje volverían a activarse con la mayor brevedad posible.

Ninguna de las dos partes enfrentadas quiso ofrecer detalles del acuerdo que puso fin a la crisis, que se había iniciado la semana pasada cuando las dos empresas dejaron de suministrar materiales para la elaboración de los asientos y piezas para las cajas de cambio.

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"El Grupo Prevent reiniciará las entregas tan pronto como sea posible y las fábricas afectadas volverán a la producción normal, paso a paso", señaló VW en un breve comunicado. El conflicto con los proveedores obligó a la marca alemana a paralizar la producción de los modelos Golf y Passat en seis de las plantas del grupo en Alemania.

Después un fin de semana tormentoso, VW y representantes de Prevent decidieron reunirse el lunes para intentar superar el conflicto. Las negociaciones se alargaron hasta la medianoche, cuando las partes anunciaron que estaban a punto de llegar a un acuerdo y que se daría a conocer un comunicado al respecto. El acuerdo no se produjo, las negociaciones se interrumpieron y se reanudaron en la mañana del martes.

Acuerdo confidencial

Aunque las dos partes acordaron guardar silencio sobre el acuerdo alcanzado, algunos medios alemanes señalaron que Volkswagen había renunciado a exigir una compensación por los daños ocasionados por la paralización de su producción estos días, mientras que Prevent habría desistido de exigir el pago de los 59 millones de euros que reclamaba a VW por haber dejado sin efecto un contrato que había suscrito con CarTrim valorado en 500 millones de euros. Además, han revisado sus contratos de suministros.

El acuerdo, aunque pone fin al pulso, deja un mal sabor de boca en la planta noble de Volkswagen, la de Wolfsburgo, que estaba acostumbrada a presionar a sus proveedores para abaratar sus costes de producción. "Los ejecutivos de VW han dado vida a un precedente peligroso para el grupo y que será utilizado por otras empresas proveedoras", señaló la revista económica WirschaftsWoche en su edición digital. "VW rompió con un sistema propio que había utilizado durante años para presionar a sus proveedores".

Presión en los precios

Volskwagen, desde que contrató a José Ignacio López de Arriortúa, a comienzos de los años noventa del siglo pasado, se había acostumbrado a dictar los precios que debía pagar a las empresas suministradoras, una costumbre que afectó incluso a firmas como el gigante BOSCH. Todas tuvieron que someterse a los dictados del empresario vasco y de su mano derecha, Javier García Saenz, actual miembro de la junta ejecutiva de VW. La premisa que impuso López de Arriortúa era simpe y categórica: el que no cede, se queda fuera.

Pero el litigio que llegó a su fin este martes dejó en evidencia que pequeñas empresas suministradoras son capaces de rebelarse. Prevent obtuvo la promesa de Volkswagen de formalizar nuevos contratos a largo plazo. "No fue una victoria pírrica, sino un gran triunfo", sentenció la revista WirtschafstWoche.

La solución del peligroso litigio que había envenenado la vida laboral en Wolffsburgo fue comentado por Stephan Weil, el jefe del gobierno regional de Baja Sajonia, que es el segundo mayor accionista de Volkswagen. El político socialdemócrata criticó el chantaje ejercido por las dos empresas suministradoras, a las que acusó de haber ocasionado un gran daño. "Es muy positivo que haya un acuerdo que evita a todos los involucrados graves daños económicos. Los trabajadores de Volkswagen, que fueron víctimas de un conflicto ajeno a sus intereses, pueden ahora regresar a sus puestos de trabajo", añadió el político, quien advirtió que el conflicto no debía ser utilizado como ejemplo.

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