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La firma de satélites Astra acusa a RTVE de convocar un concurso ‘a la carta’

La empresa pide a la CNMC que garantice la competencia en el contrato

Rosario G. Gómez

El concurso para transportar las señales de la radiotelevisión pública arranca con polémica. RTVE anunció el 28 de julio el pliego de bases para adjudicar la concesión, por tres años prorrogables por otros tres, de un contrato sustancioso: el año pasado esta partida fue de 73 millones. La convocatoria ha encontrado la oposición de la compañía luxemburguesa de satélites SES Astra, según la cual el pliego está elaborado a la carta para Cellnex, el principal operador de la TDT.

Sede de RTVE en Madrid
Sede de RTVE en MadridCarlos Rosillo

La licitación, cuyo plazo para presentar ofertas finaliza el 12 de septiembre, abarca dos lotes: uno para las cabeceras de TDT y radio y otro para el servicio de emisión de TDT, que incluye “el transporte, distribución y difusión para toda España” de los canales de la televisión pública. En una carta remitida a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), SES Astra sostiene que según las condiciones del concurso “solamente puede presentarse” una empresa, y denuncia que “cierra cualquier ventana de oportunidad existente para el servicio de transporte”.

En su exposición asegura también que el pliego técnico está dirigido a extender “la posición de dominio de Cellnex” tanto en el servicio de difusión —llevar las señales desde los centros de emisión a los hogares— como en el de transporte —subir la señal desde los estudios de los operadores a los centros—. En su opinión, solo Cellnex, filial de Abertis, está en disposición de ofrecer ambos servicios conjuntamente, lo que expulsa de forma automática a otros posibles competidores.

Astra pide a Competencia que se establezca una doble licitación: una para la difusión y otra para el transporte, de modo que se puedan realizar ofertas distintas para cada uno de estos servicios. Recuerda también al regulador que el concurso engloba las llamadas zonas de extensión de cobertura de la TDT, que en su día se beneficiaron de ayudas públicas. Estas subvenciones ascendieron a 260 millones de euros y fueron declaradas ilegales por el Tribunal de Luxemburgo en 2015.

Paralelamente, SES Astra ha dirigido otra carta al director de Tecnología y Sistemas de RTVE, Pere Vila, en la que reclama la “inmediata paralización” de la licitación del lote 2 y que las condiciones actuales sean sustituidas por otras en las que se garantice la competencia. Insiste en los mismos argumentos esgrimidos ante la CNMC y plantea que “unificando en un lote el servicio de transporte, distribución y difusión para toda España” de los canales de televisión “se cierra cualquier oportunidad de concurrir al servicio de transporte”.

Como televisión pública, TVE tiene que llegar al menos al 98% de la población, mientras el mínimo de los canales privados es el 96%. El grueso de la cobertura se realiza por reemisores terrestres, aunque para las zonas remotas o con una orografía compleja se recurre al satélite. RTVE dispone de dos múltiples de TDT: el RGE1 y la mitad de la capacidad del RGE2. Cada uno de estos múltiples puede albergar cuatro canales. Las necesidades de la televisión pública son mayores que las de la privada, que requiere que se realicen desconexiones en las distintas comunidades autónomas para ofrecer contenidos locales.

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