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Renzi dice que ni el Estado ni los ciudadanos pagarán la crisis bancaria

El primer ministro italiano asegura que los contribuyentes no deben asumir los errores de los políticos y los financieros

El primer ministro italiano Matteo Renzi durante una cumbre de la UE celebrada en junio en Bruselas.
El primer ministro italiano Matteo Renzi durante una cumbre de la UE celebrada en junio en Bruselas.Geert Vanden Wijngaert (AP)

Matteo Renzi ha intentado zanjar la discusión sobre las ayudas públicas a los bancos con problemas: “No habrá”. Incluso pretende sacar rédito político de la decisión: “Si practicásemos una intervención pública, tendrían que pagar los ciudadanos, y yo no quiero que por los errores cometidos en el pasado por los políticos y los banqueros tengan que pagar ahora los ciudadanos del presente”. El problema es que no está tan claro que la solución prevista para el Monte dei Paschi —un aumento de capital de 5.000 millones y la venta de 9.000 millones de créditos malos al fondo Atlante— pueda llevarse a cabo sin recurrir a las arcas del Estado, ya que para eso debe conseguir financiación en el mercado.

Los argumentos de Renzi —que en octubre se someterá a un referéndum sobre las reformas constitucionales, vital para su futuro— son impecables desde el punto de vista político: “A mí me interesa proteger a los clientes y a los ahorradores. Deben saber que en Italia hay un Gobierno que se ocupa de ellos, no de los sillones de los consejeros de los bancos como muy a menudo ocurría en el pasado”. ¿Pero lo son también desde una perspectiva económica?

Durante una entrevista con el diario La Repubblica, el líder del Gobierno y del Partido Democrático (PD) celebró que en las pruebas de estrés que se conocieron el viernes, “cuatro de los cinco [bancos italianos] salieron bien”. Los cuatro que superaron el examen fueron Intesa Sanpaolo, UniCredit, Ubi y Banco Popolare, y el que suspendió fue el Monte dei Paschi di Siena, que fue además el que peor nota sacó, una ratio de capital del -2,44%.

Saneamiento

El viernes, casi coincidiendo con la publicación por parte de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) de las pruebas de estrés de 51 entidades europeas, se conoció que el Banco Central Europeo (BCE) había dado el visto bueno definitivo al saneamiento del Monte dei Paschi, con un aumento de capital de 5.000 millones de euros y la venta de 9.000 millones de créditos deteriorados a Atlante, un fondo de inversión alternativo creado en abril de 2016 para ayudar a los bancos sin recurrir, supuestamente, al dinero público. Renzi lo da por hecho. Según el primer ministro, “la única solución para archivar definitivamente la crisis bancaria es regresar al crecimiento”, y se comprometió a no subir el IVA y seguir bajando los impuestos.

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