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El gas natural para automóviles llega al norte de México

La española Gas Natural Fenosa instala la primera cadena de estaciones de carga para vehículos ligeros en Monterrey

Una estación de gas natural vehicular en Monterrey.
Una estación de gas natural vehicular en Monterrey.S.C.
Sonia Corona

Un leve silbido se escucha mientras el taxi de Gerardo Silva carga combustible en una estación en Monterrey. Hace un mes que convirtió su automóvil de tanque de gasolina a uno de gas natural. El gas comprimido entra rápidamente en el tanque de su coche y el sonido confirma que el combustible lo está llenando. La firma española Gas Natural Fenosa ha cocinado un plan para aprovechar la reforma energética de México —que abrió el mercado energético en 2013— y ha instalado las primeras seis estaciones para distribuir gas natural vehicular en Monterrey (norte de México).

La compañía ha aprovechado el acceso que esta ciudad tiene al hidrocarburo más barato del mundo (el gas Henry Hub, extraído en Estados Unidos) y la cobertura que ha conseguido en la región en los últimos años. En un primer paso, la española ha financiado la conversión de 1.000 taxis para que puedan cargar gas natural en lugar de gasolina o diésel. Después han instalado las seis estaciones que ofrecen el equivalente a un litro de gasolina en gas en un precio altamente competitivo. Cada litro de gasolina en México cuesta 0,72 dólares y el equivalente en gas 0,35 dólares.

“México tiene una gran oportunidad con el gas natural vehicular porque podrán ayudar a mejorar la calidad del aire de algunas de sus ciudades. Además el gas puede modernizar y hacer más eficiente el transporte público”, explica Narcis de Carreras, directivo de Gas Natural Fenosa en México. El plan tiene la ambición de convertir todo tipo de automóviles, incluso si no son del transporte público, así como de expandir el número de estaciones que pueden proporcionar este servicio. Hasta hace poco, en México sólo existían distribuidores de gas butano para vehículos, principalmente camiones y autobuses.

Un despachador de gas natural vehicular en México.
Un despachador de gas natural vehicular en México. Gas Natural Fenosa

Convertir un automóvil de cuatro cilindros de gas a gasolina cuesta unos 1.800 dólares, según estimaciones de la empresa. “La capacidad de rendimiento es igual que la de la gasolina y en costo hay un ahorro de casi el 50%”, explica Jorge Longoria, director de la Agencia Estatal del Transporte. Gerardo Silva, el taxista de Monterrey, solía pagar 21 dólares por tres cuartas partes de un tanque de gasolina, ahora con 13 dólares puede cubrir la misma distancia por la calles de la ciudad. Su automóvil sigue conservando el depósito de gasolina para activar el arranque del motor.

La reforma energética en México se hace más visible en el norte del país por su cercanía a Estados Unidos. En Monterrey, la multinacional Femsa comenzó hace dos semanas a convertir sus estaciones de gasolina de Petróleos Mexicanos (Pemex) a Oxxo Gas y algunos grupos de empresarios gasolineros han comenzado a mirar al mercado de gas natural vehicular.

Gerardo Cantú, socio de la firma de estaciones de gasolina Petrorack, está convencido de que la apertura del sector poco a poco permeará en México pero que hasta ahora solo existe una transición “suave”. Empresas como la suya demoran en desligarse de Pemex, la petrolera estatal, que hasta este año ha sido el único proveedor de combustibles en el país, aunque independientemente busquen alianzas con otras compañías. Cantú está convencido de la apuesta de Gas Natural Fenosa y ha convertido un par de estaciones de combustible de Pemex al plan de la firma española. “El impacto hacia el consumidor de la reforma energética no ha sido más que cambiar el color a una fachada”, argumenta y continúa: “Mientras Pemex no refleje en las estaciones de servicio los costos reales en gasolina y diésel por importar el producto, la reforma no va a funcionar”.

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Sobre la firma

Sonia Corona
Es la jefa de la redacción de EL PAÍS en México. Cubre temas de Política, Economía, Tecnología y Medio Ambiente. Fue enviada especial para las elecciones presidenciales de 2020 en EE UU. Trabajó en Reforma y El Huffington Post. Es licenciada en Comunicación por la Universidad de las Américas Puebla y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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