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Los gigantes de Silicon Valley se imponen a golpe de chequera

Microsoft, Google o Facebook ‘compran’ talento y acceden a nuevos sectores

Los logotipos de Microsoft y de la red social LindkedIn
Los logotipos de Microsoft y de la red social LindkedInRITCHIE B. TONGO (EFE)

Microsoft ha sorprendido al comprar LinkedIn por 23.260 millones de euros, casi cuatro veces más de lo que pagó por Skype en 2011. Desde marzo se escuchaban rumores, pero no se esperaba una cifra tan alta. La adquisición ha sido la última de una serie de operaciones corporativas en Silicon Valley, donde con cada vez más frecuencia se superan las nueve cifras en el cheque y las seis en la cantidad de usuarios.

No obstante, en esta ocasión las cifras son más altas de lo habitual. Esto ya sucedió cuando Facebook compró WhatsApp. Con este desembolso, Microsoft pretende que la red social profesional le sirva para contar con un nuevo soporte publicitario y reforzar su posición en el mundo corporativo.

Este no ha sido su primer golpe en Silicon Valley. Ya en 2012, el fabricante del sistema operativo Windows integró Yammer, una versión un tanto arcaica de las funciones que ofrece Slack. Pagó 1.200 millones de dólares (unos 900 millones según el cambio medio de ese año). Hoy apenas es relevante.

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Satya Nadella, consejero delegado del gigante de Redmond, insiste en que la nube es su prioridad, pero la realidad apunta a una diversificación. A pesar de sus dificultades para sacar adelante Windows Mobile, en febrero se hizo con Xamarin, una plataforma de gran predicamento entre los desarrolladores. Adquirida por unos 500 millones, sirve para que las aplicaciones funcionen de forma sencilla en las diferentes plataformas del mercado.

Las compras de esta magnitud suelen tener dos motivaciones: entrar en un nuevo territorio y adquirir talento. La adquisición de WhatsApp por Facebook en 2014 se antoja el ejemplo más claro. Fue una compra defensiva por valor de 19.700 millones de dólares. Solo contaban con 40 empleados y más de 400 millones de usuarios. A Zuckerberg le sirvió, sobre todo, para aprender cómo funciona el servicio y meter miedo a las operadoras a la hora de negociar el acceso a sus redes con Internet.org. La aplicación que más dinero ha hecho perder a las empresas de telecomunicaciones pasaba a ser la joya de su catálogo.

Conquista del móvil

Instagram fue, como en el caso de la aplicación de mensajería, la única manera de frenar una aplicación de crecimiento descomunal. Pagaron 1.000 millones de euros por una empresa de 14 empleados. Hoy suma más de 400 millones de usuarios y comienza a completar el catálogo de soportes publicitarios de Facebook. Ambas han sido clave para la conquista del móvil. Facebook es dueña de las aplicaciones más descargadas en todo el mundo.

Oculus, que costó 2.000 millones de dólares, fue una forma de impulsar una nueva narrativa, que también sirve para publicar anuncios. El hecho de que Mark Zuckerberg haya puesto el ojo en este nuevo formato lo valida. Sirve para crear interés y que se desarrolle la industria.

Apple, en cambio, tiene fama de comprar a precios más ajustados. Casi siempre suelen adquirir empresas pequeñas, que trabajan en funciones muy concretas. En casi todos los casos hacen un acqui-hire, como se llama a la combinación de adquisición y contratación en inglés. Los equipos pasan a integrarse en la empresa y la startup desaparece. En el fondo, el comprador está contratando empleados altamente cualificados y, casi siempre, con una cartera de patentes interesante. Beats ha sido la excepción. Los auriculares del rapero Dr. Dre, mundialmente famosos por completar la indumentaria de estrellas del deporte y la música, son parte del hardware de la manzana previo pago de 3.000 millones de dólares en mayo de 2014.

Google es la que lleva estas prácticas al extremo. En agosto hará un año desde que se convirtieron en Alphabet, un conglomerado de empresas con diferentes campos de actuación. El precio que pagó por Nest, dedicada a la domótica, fue de 3.200 millones en 2014. Ésta llegaba con un catálogo de productos y con Tony Fadell como líder, uno de los padres del iPod junto con Steve Jobs y Jonny Ive. El diseñador acaba de dejar la startup que él mismo fundó.

Cambios en el vídeo

Y en 2006 sorprendieron al adquirir YouTube por 1.650 millones de dólares. El vídeo online comenzaba a despertar interés, pero no había ninguna otra plataforma que permitiera al usuario compartir sus creaciones con tanta facilidad. Desde entonces, el panorama audiovisual ha cambiado por completo. YouTube es un soporte tan influyente o más que la televisión. Waze, la red social de tráfico de origen israelí, le costó 966 millones de dólares. Hoy esta herramienta es clave para conocer mejor los hábitos de los conductores, conseguir que mapas más precisos y obtener información imprescindible para un coche robotizado.

Sin embargo, su mayor adquisición fue Motorola en 2011 por 12.500 millones de dólares. Un icono en Estados Unidos que inventó el teléfono móvil y cuya sede en Chicago es un edificio protegido. Google la utilizó para dar un impulso a su sistema operativo Android. Y también la aprovechó para crear Nexus, unos modelos de móviles de gran aceptación que sirven de patrón para la industria. Después, se lo vendieron a Lenovo por 2.910 millones de dólares. En definitiva, Google ha perdido unos 9.000 millones de dólares con tal de conseguir que la experiencia Android sea satisfactoria en casi cualquier teléfono. Uniformidad y satisfacción de desarrolladores y clientes a un precio exorbitante.

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