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La ‘cuota rosa’ moderniza las empresas europeas

Impulsores de leyes de igualdad en Europa dicen que los consejos están más formados

Carmen Sánchez-Silva
La europarlamentaria italiana Alessia Mosca, que impulsó la ley de igualdad en su país
La europarlamentaria italiana Alessia Mosca, que impulsó la ley de igualdad en su paísMARCO BERTORELLO

Los impulsores de las leyes sobre la igualdad de género en países como Italia, Alemania, Francia y Noruega aseguran que los consejos de administración se han rejuvenecido, están más formados y son más profesionales desde que se impuso la presencia femenina en ellos. Se trata de Estados que lideran las clasificaciones europeas de mujeres en el poder, con porcentajes que superan al menos en cinco puntos a España. Los órganos rectores de las empresas del Ibex 35, por otro lado, están dos puntos por debajo de la media de la UE.

“La cuota rosa, como se llama en Italia, donde se introdujo en 2011, ha permitido crear una situación nueva en el país. No sólo ha propiciado un incremento del número de mujeres en los consejos de administración, sino que ha supuesto que el 35% de las compañías cotizadas italianas renueven la composición de su consejo. Además de otros efectos positivos, como son que los órganos rectores de las empresas hayan rebajado su edad media, hayan elevado su nivel de formación y haya menos miembros de familias. Ha permitido tener mejores consejos de administración. Es un hecho”, afirma Stefano Sannino, embajador de Italia en España. “La legislación ha sido fundamental para crear una situación distinta”.

Según la parlamentaria europea Alessia Mosca, “a los cuatro años de su entrada en vigor se ha pasado del 6% de consejeras al 30% actual. Y también han mejorado los procesos de selección de administradores, ahora más profesionales”. De la misma opinión es el consejero de asuntos sociales de la Embajada de Francia en España, Jean-François Renucci: “Francia se ha situado en el podio europeo de presencia femenina en los consejos, con un porcentaje del 34%, desde que se introdujo la regulación en 2011. El método de las cuotas sigue pareciendo obligatorio para progresar”.

Bien lo saben en Noruega, el país pionero en la implantación de cuotas de género, cuya “bola de nieve se ha convertido en una avalancha mundial, que ha cambiado la realidad”, aseguraba el catedrático de Administración y Buen Gobierno de la Universidad Witten/Herdecke, Morten Huse, en la jornada La creación de valor en los consejos y diversidad de género, organizada por la consultora Comerciando Global.

Diez años de lucha

“Para llegar a un 40% de consejeras en Noruega tuvieron que pasar casi 10 años de medidas voluntarias hasta que la legislación se hizo realidad. Las cuotas han sido un éxito. Ahora nadie se atreve a decir que las mujeres no están preparadas para incorporarse a los consejos de administración”, argumenta Laila Davoy, exministra de Familia de Noruega y responsable de la ley de cuotas. Lo mismo opina la exdiputada italiana Lella Golfo, impulsora de la norma italiana junto a Mosca: “Las leyes a favor de las mujeres no gozan de popularidad. Tuvimos en contra a las asociaciones de empresarios, a los bancos, las sociedades cotizadas… Ni siquiera me apoyaba mi propio partido [El Pueblo de la Libertad, del entonces primer ministro Silvio Berlusconi]. Pero ahora las empresas están muy contentas de tener mujeres en sus órganos de decisión”.

La inclusión de sanciones en las legislaciones europeas, o al menos la amenaza de multas, ha sido muy útil para el progreso femenino en el poder empresarial. Solo ante el mero hecho de la amenaza, las compañías han respondido. En Italia estas sanciones, que prevén hasta la disolución de los consejos, no han llegado a imponerse, como en Noruega.

En Alemania, cuya legislación entró en vigor el pasado año, la idea es que las grandes empresas alcancen el 30% de administradoras este año (para llegar al 50% en 2018) y, cada vez que se renueven los asientos del órgano de decisión de una compañía, se tenga que dar entrada a consejeras; en caso contrario, los sillones se quedarán vacíos. A juicio de la impulsora de esta ley de cuotas, Monika Schultz-Strelow, el hecho de que se haya elaborado un índice público de cumplimiento en el que se ve el avance (o no) de las empresas en materia de género, ha hecho que las organizaciones se tomen más en serio la necesidad de cambio. Algo semejante a lo que le ha ocurrido a Técnicas Reunidas en España. Cuando quedó como única compañía del Ibex sin mujeres en su consejo y fue apuntada por los medios de comunicación, rápidamente nombró a una administradora.

España se retrasa

Pero el Ibex no es el indicador español más adecuado para dar cuenta del progreso femenino en los órganos de decisión. Así lo afirma Mirian Izquierdo, consejera delegada de Comerciando Global: “Son solo 35 empresas, las más avanzadas. Si tomamos en consideración a todas las cotizadas en Bolsa, la media de mujeres es del 15% en vez de del 20%, con lo que el gap es bastante mayor”. Izquierdo critica que la Ley de Igualdad de 2007 ha sido vaciada de contenido por la Ley de Sociedades de Capital, de 2014, en la que solo se recomienda a las grandes empresas (no a las de más de 250 empleados) alcanzar un porcentaje del 30% de mujeres en el poder (en vez del 40%) y lo hace sin poner fecha al objetivo. “No hemos mejorado. Hemos ido para atrás. De hecho, España está en el puesto 16 de la Europa de los 28, por detrás de países como Lituania y Estonia, cuyo peso económico es muy inferior al nuestro”, afirma.

Así lo reconocía Susana Camarero, secretaria de Estado en funciones de Servicios Sociales e Igualdad, en el foro: “España está dos puntos por debajo de la media europea del 21%”, y subrayaba que “para este Gobierno la falta de equilibrio e igualdad no pasa por imponer cuotas”.

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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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