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“El consenso social es fundamental para un almacén nuclear”

El responsable de Seguridad de la OIEA considera que "no es probable que un accidente como el de Fukushima" se repita

Manuel Planelles

Juan Carlos Lentijo (15 de mayo de 1959, Pedrosa del Rey, Valladolid) es el responsable del área de Seguridad de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Tras desarrollar una carrera de 28 años en el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) de España, dio el salto al organismo internacional en 2012. Dentro de la OIEA se ha encargado del análisis del seguimiento del accidente de la central de Fukushima de 2011.

Juan Carlos Lentijo, director adjunto de Seguridad de la OIEA.
Juan Carlos Lentijo, director adjunto de Seguridad de la OIEA. Álvaro García

Pregunta. Existe un riesgo cierto de catástrofe, como en el caso de Fukushima. ¿Tiene sentido seguir utilizando la energía nuclear?

Respuesta. Lo del factor de riesgo elevado hay que ponerlo en comparación con otros riesgos, es opinable. Por ejemplo, el cambio climático también comporta asumir unos riesgos globales. Los Gobiernos de cada país en el cóctel de información que tienen que analizar para tomar esa decisión tienen muchos elementos. Desde luego están los riesgos. Pero también están los beneficios. En cualquier actividad humana no existe el riesgo cero. Lo que sí tenemos son mecanismos y metodologías suficientes como para asegurar que los usos de las técnicas nucleares se pueden desarrollar en condiciones de seguridad suficientes.

P. ¿Qué hemos aprendido de Fukushima?

R. Japón no había desarrollado un sistema en el que hubiera una percepción de que la seguridad era un proceso y que había que plantearse de forma continua qué se está haciendo. Esto se llama cultura de seguridad. En aquel momento, en Japón había una idea contraria, como se señala en el informe de la OIEA. Japón tenía una estructura en sus operadores, en el regulador y en la sociedad en la que se pensaba que las instalaciones nucleares eran tan robustas que era impensable un riesgo de esta naturaleza. Fue una equivocación.

“No es probable que un accidente como el de Fukushima vuelva a ocurrir”

P. ¿Se puede descartar otra catástrofe como Fukushima?

R. La seguridad en todos los ámbitos y sectores humanos al 100% no existe. Lo que hay son unas previsiones que garanticen niveles de seguridad muy altos y que hacen muy improbable que un accidente así pueda ocurrir. En la situación actual, en la que todos los países han incorporado esa lección, no es probable que un accidente como el de Fukushima pueda volver a ocurrir.

P. Los residuos son una asignatura pendiente, ¿Se está caminando hacia una solución definitiva?

R. Para los de alta actividad, los que se derivan del combustible nuclear gastado, hay soluciones transitorias para mantenerlos en situaciones de seguridad durante plazos cortos, medios e incluso largos. Y se está trabajando en formular una solución definitiva, que pasa por el almacenamiento geológico profundo. Hay bastantes proyectos en el mundo iniciados hace varias décadas para analizar cuales son las mejores formaciones geológicas. A partir de estos muchos proyectos, por ejemplo en Europa o Estados Unidos, hay varios que están en proceso de licenciamiento y construcción. Hubo algún ejemplo previo en EE UU y ahí se aprendió mucho. Pero hay tres países con proyectos muy ambiciosos y sólidos: Finlandia, Suecia y Francia. En todos estos casos, se ha avanzado mucho desde el punto de vista tecnológico y en los aspectos políticos y sociales, que son esenciales en todo el uso de la energía nuclear. El consenso social es fundamental. Y todavía más cuando se habla de almacenamientos definitivos de residuos radiactivos.

P. ¿El consenso ha fallado en España en el almacén de residuos de Cuenca, que está paralizado?

R. Prefiero no opinar sobre casos particulares. Pero, por mi experiencia, se lanzó un proyecto hace muchos años, que además no solo era técnico, sino que tenía una parte de interacción con las comunidades locales, y han pasado cosas y no me atrevo a opinar sobre las razones. Hay un proyecto que todavía está ahí y supongo que las autoridades, teniendo en cuenta todos los elementos que condicionan la realización de este proyecto, llegarán a una solución.

P. ¿Qué le parece que en España se plantee ampliar más de 40 años la vida de las centrales?

“Siempre es preocupante que se cuestione a un supervisor nuclear”

R. No es un debate nuevo, quizás lo sea en España. En otros países hay muchas decenas de centrales que ya han sido autorizadas para ampliar su vida inicial de diseño de 40 a 60 años. Uno de los referentes que utiliza España es EE UU, donde hay más de 60 centrales que han recibido autorización del regulador para ampliar sus vidas más allá de lo que se había pensado. Es una opción, que al igual que cuando se decide utilizar la tecnología nuclear, se debe tomar teniendo en cuenta la necesidad de esa energía, la seguridad y un licenciamiento con el regulador. Desde el punto de vista social, requiere de consolidación.

P. ¿Es seguro llevar una central más allá de los 40 años?

R. Es evidente que cuando muchos organismos reguladores en el mundo en países tan importantes como EE UU, el Reino Unido, Suecia o Francia han ampliado la vida de sus instalaciones es porque del análisis de sus reguladores han llegado a la conclusión de que las condiciones de seguridad se mantenían. El objetivo es que estas condiciones de seguridad no se degraden. Un elemento fundamental para ampliar la vida es observar cómo se han comportado durante la fase operativa, cómo se han degradado algunos equipos y qué necesidad hay de reponer equipamiento. Esto es un balance que solo se puede hacer de un estudio pormenorizado de los 40 años de operación.

P. El CSN está siendo muy cuestionado en España por asuntos como la ampliación de la vida de Garoña o el almacén nuclear de Cuenca, ¿le preocupa?

R. Siempre es preocupante que se cuestione, pero no sé hasta que punto lo está. Hay que diferenciar las situaciones de cuestionamiento, si es social, si es más político.

P. En el Congreso, una mayoría de partidos políticos han reprobado la acción del presidente y han pedido su salida.

R. No voy a entrar en el ámbito político. Pero sé que hay técnicos en el CSN que son muy competentes y además están muy orgullosos de serlo. Y estoy seguro de que van a seguir realizando su trabajo con honestidad, con solvencia y con independencia. A partir de ahí, no tengo mayor preocupación, eso no quiere decir que esté todo garantizado. Pero seguro que esto es un activo que sigue existiendo en el CSN.

P. ¿Pero no le preocupa que esa pata más política pueda perjudicar la labor técnica, que es lo que se está denunciando ahora mismo?

R. He vivido aquí casi 30 años de mi vida laborar y lo que puedo decir es que, más allá de los diferentes modelos de gestión que los directivos han tenido, el cuerpo técnico, que es la base, es muy solvente y creíble. Y hay un reconocimiento internacional muy claro. Yo no quiero ni puedo opinar sobre el modelo político de gestión del organismo, porque no me corresponde.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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