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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

China: una recuperación agridulce

La economía china creció un promedio interanual del 6,7% en el primer trimestre de este año. Aunque es el nivel más bajo desde el primer trimestre de 2009, los resultados no dejan de ser una sorpresa positiva. No hay que olvidar que China fue protagonista de varios episodios de volatilidad financiera a mediados de 2015 y a comienzos de este año. De hecho, las cifras del PIB indican que el gigante asiático ha logrado estabilizar su economía, evitando un “aterrizaje brusco” que, de otra forma, hubiese podido tener repercusiones serias sobre la economía global.

Y, lo que es más importante, la Administración Nacional de Estadísticas publicó una serie de indicadores económicos que también apuntan hacia un repunte del crecimiento en el primer trimestre. Tres de estos indicadores merecen una mención especial. En primer lugar, las ventas al por menor aumentaron un 10,5% en marzo, frente al mismo periodo el año pasado, indicando una mejora gradual del consumo doméstico. En segundo lugar, la producción industrial sorprendió al alza, creciendo un 6,8% interanual, lo cual podría ser reflejo de una mejora de la demanda tanto doméstica como externa. Por último, la inversión en activos fijos también aumentó de manera significativa, de la mano de una mejora en el sector inmobiliario que representa, de manera directa e indirecta, un 30% de la actividad económica total.

¿Qué hay detrás de este punto de inflexión? En resumen, un cambio de marcha en la política monetaria y fiscal. Uno de los mensajes clave del Pleno del Congreso Popular, cuya reunión anual finalizó a principios de marzo, es que para lograr alcanzar los objetivos de crecimiento a largo plazo las autoridades chinas no pueden permitir que el PIB se desplome por debajo del 6,5% entre este año y 2020. Esto ha requerido medidas de estímulo más agresivas, que impulsen tanto la inversión como el consumo. No es de sorprender, por tanto, que la financiación social total —una medida de crédito amplia que incluye tanto préstamos bancarios y bonos, como la actividad de los proveedores de financiación no bancarios (la conocida como “banca en la sombra”)—, alcanzase los 2.340 mil millones de yuanes en marzo, frente a los 780 mil millones del mes anterior.

El nivel del endeudamiento total de la economía china está entre los más altos del mundo emergente

A corto plazo, el mayor crédito puede utilizarse para estabilizar el crecimiento. Por ello, hemos revisado nuestras previsiones de crecimiento para 2016 y 2017 al alza. No obstante, el nivel del endeudamiento total de la economía china está entre los más altos del mundo emergente, en línea con un aumento muy significativo de la deuda corporativa, que ya alcanza el 150% del PIB. A menos que el Gobierno esté dispuesto a permitir que las tasas de crecimiento caigan por debajo de los objetivos actuales, la espiral de la deuda que se avecina llevará a un incremento en la vulnerabilidad financiera que podría, incluso, desembocar en una crisis financiera.

Xia Le y Carlos Casanova son economistas de BBVA Research

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