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El dilema de la banca tradicional

La entidades se debaten entre comprar empresas emergentes o desarrollar tecnología propia para afrontar el reto de las ‘fintech’

Lluís Pellicer
La irrupción de las fintech ha planteado un reto a la banca tradicional.
La irrupción de las fintech ha planteado un reto a la banca tradicional. Getty images

La irrupción de las fintech ha planteado un reto a la banca tradicional. Ya nadie niega que el cambio ha empezado. El interrogante es cuál será la velocidad de la transformación que experimenten las entidades. Si Whatsapp hizo añicos el negocio de la mensajería móvil y los buscadores de vuelos y hoteles pusieron contra las cuerdas a las agencias de viajes, las fintech están llamadas a ser un quebradero de cabeza de la banca. El pasado diciembre, BBVA admitió en un informe que “los grandes bancos son conscientes de las amenazas que estos nuevos competidores pueden suponer para su modelo de negocio”. La entidad señaló que estas startups “crean grietas por las que las entidades pueden perder los beneficios y también su papel como interlocutor central con el cliente en lo relativo a su vida financiera”. Y a ello se añade, además, la amenaza que suponen gigantes tecnológicos como Google o Amazon. Sin ir muy lejos, el Instituto de Estudios Bursátiles ya constató que una fintech ya está entre las tres primeras aplicaciones más populares de Google Play en España. Se trata de Fintonic, que se sitúa solo por detrás de CaixaBank y BBVA y por delante de Santander e ING.

Tres salidas

Ante la llegada de las fintech, según un informe de Accenture, las entidades tradicionales presentan tres comportamientos: la colaboración con otras compañías, la inversión en startups o tecnología, y el deseo de reimaginar el modelo de negocio. Como las startups van muy rápido en el desarrollo de la tecnología, muchos bancos se han decidido por la cooperación. “Las entidades han de redefinir su modelo con nuevos productos y servicios. El 32% de los ingresos de la banca mundial están en riesgo si esta no se adapta al nuevo entorno”, afirma Manuel Serrano, profesor del Instituto de Economía Digital (ICEMD).

Una de las áreas en las que la banca cree que puede sacar más partido es el blockchain, la tecnología que está detrás del Bitcoin, que Serrano define como una “contabilidad 2.0”. En una iniciativa de la startup estadounidense R3 CEV, un consorcio de grandes bancos mundiales accedió a conectarse a una plataforma para comprobar el funcionamiento de las transacciones instantáneas que permite esa tecnología. En ese laboratorio participaron, entre otros, Barclays, Credit Suisse, HSBC, UBS o Wells Fargo. La otra gran tendencia que debe llegar este año es la de bancos móviles creados desde cero. El director ejecutivo de Mooverang, Alexandre Lima, explica que ya hay proyectos creados en Estados Unidos, como Moven, y otros en marcha en Reino Unido, como Atom, del que BBVA adquirió un 30%.

BBVA y Santander han decidido afrontar el reto creando sus divisiones de venture capital. El banco presidido por Francisco González cuenta con un fondo de 250 millones para la compra de fintech. Este mes adquirió la finlandesa Holvi, que se añade a una cartera en la que están Atom, Madiva Soluciones y Simple. El Santander dotó a su fondo con 100 millones de euros con el mismo propósito. De momento, se ha hecho con firmas como My Check, iZette, Kabbage o Ripple Labs.

CaixaBank, en cambio, ha optado por el desarrollo interno de nuevas tecnologías. En enero presentó imaginBank, su banco móvil. “El consumidor ya no necesita ir a una sucursal para pedir un préstamo ni saber un número de cuenta para realizar un pago”, resume Fermín Bueno, cofundador de Finnovista.

Los dispositivos móviles suponen ya el segundo canal por el que operan los clientes de CaixaBank y la entidad prevé que en tres años sea ya el primero. De momento, la última clasificación internacional de Forrester avala la apuesta de CaixaBank al situarlo como primera entidad en banca móvil. El banco que preside Isidro Fainé considera que su experiencia ha permitido a la entidad “desarrollar las capacidades necesarias para adaptar de forma interna las soluciones digitales: se conocen mejor las necesidades y se puede definir mejor la solución óptima en cada caso”. El banco, además, ha participado junto a las principales entidades en iupay, una cartera digital para favorecer los pagos por Internet, y Yaap, una compañía creada junto a Santander y Telefónica para desarrollar nuevos negocios digitales.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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