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Banco de Portugal: no preocupa que se españolice la banca del país

El gobernador Carlos Costa recuerda que solo el Santander presentó una oferta para comprar Banif

Carlos Costa, gobernador del Banco de Portugal.
Carlos Costa, gobernador del Banco de Portugal.

El Banco de Portugal tiene varias preocupaciones, pero entre ellas no está la presencia de bancos españoles en su territorio. El gobernador Carlos Costa niega que haya una españolización de la banca portuguesa por deseo del Banco Central Europeo, según declaraciones efectuadas al semanario portugués Expresso.

En agosto, el anterior Gobierno de Passos Coelho (PSD) renovó en el cargo a Carlos Costa por cinco años más. La llegada al poder del socialista António Costa ha coincidido con un aumento de las críticas -incluso del primer ministro- sobre sus decisiones para resolver las últimas crisis del sector en Portugal, como fue el caso del Banco Espírito Santo, su herencia Novo Banco, y el Banif.

A la pregunta de si hay una visión en el BCE que privilegia la presencia de bancos españoles en Portugal, Costa responde: “Hay una visión diferente de querer que los bancos europeos tengan estructuras de accionistas que garanticen la capacidad de absorber pérdidas y de incrementar el capital si es necesario”.

La cuota de mercado de los bancos españoles ha aumentado en un año del 14% al 20% y si se confirma la Opa de CaixaBank sobre BPI, subiría hasta el 30% en 2016. Preguntado por si le preocupa este dominio español -un 40% del sector es público-, Costa responde que no. “La cuestión que me preocupa es el financiamiento de la economía”, añade.

Respecto a CaixaBank, que tiene el 44% de BPI, y que ha anunciado que no inyectará más dinero si no se acaba con la limitación del derecho de voto, el gobernador solo lanza elogios: “Ha sido un socio muy importante en BPI y espero que continúe siéndolo, dada la importancia que BPI tiene en el sistema financiero portugués. Creo que hay interés en que un accionista de referencia se mantenga en Portugal, los bancos portugueses necesitan accionistas extranjeros”.

Sobre el cambio legal para que se acabe con la limitación del derecho de voto en algunas circunstancias, Costa, aclara: “Hasta la crisis nadie se preocupaba de eso; como mucho había una preocupación por los administradores. Ahora tenemos que hacer el escrutinio no solo de estos , sino también de los accionistas. Y preguntarnos si un banco tiene una estructura accionarial que le permita responder a una necesidad de capital o a una dificultad si llega esa necesidad”.

Preguntado por el futuro de Novo Banco, que nació con una inyección pública de 4.900 euros, y que el Gobierno debe privatizar en un año, Costa no descarta que se pueda vender en Bolsa, aunque “lo fundamental es que el propietario tenga una estrategia, capital y capacidad de llevar el banco; y después que [la oferta] tenga un precio interesante".

En vísperas de Navidad, el Gobierno decidió vender el Banif por 150 millones al Santander, después de que el Estado lo librara de cargas por un montante de unos 3.000 millones de euros. Costa niega que fuera obligado por Bruselas a vender Banif al Santander. “Nosotros tuvimos que hacer una venta dentro de la resolución bancaria, lo que significa vender el negocio a una entidad con licencia bancaria y que operase en Portugal y además que asegurase la viabilidad del negocio. Solo dos posibles compradores se presentaron con esos requisitos, Popular y Santander. Invitamos a los dos a hacer propuestas, el Santander la hizo y el Popular desistió. Si hubiera fracasado la venta, solo quedaba la liquidación del banco, lo que provocaba un coste mayor y un problema sistémico en los archipiélagos [Madeira y Azores]".

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