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Las Bolsas chinas se desploman más de un 6%

Las caída sucede justo antes de la reunión de los ministros de finanzas del G20 en Shanghái

Un inversor chino observa las cotizaciones bursátiles en las pantallas de una corredora de bolsa en Pekín.
Un inversor chino observa las cotizaciones bursátiles en las pantallas de una corredora de bolsa en Pekín. GREG BAKER (AFP)

Los mercados de renta variable en China confirmaron este jueves que la confianza en la segunda economía mundial está aún lejos de recuperarse. Los parqués de Shanghái y Shenzhen cedieron un 6,41% y un 7,34% respectivamente, las mayores caídas diarias del último mes y medio. Este nuevo desplome ocurre tras varias jornadas de relativa tranquilidad, en las que los dos principales índices del país habían logrado rebotar casi un 10% desde los mínimos alcanzados en enero, cuando una espiral de venta masiva contagió las Bolsas mundiales y provocó el peor arranque de año que se recuerda.

En esta ocasión los inversores chinos han sido más que oportunos. Este viernes se reúnen durante dos días en Shanghái los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de los países que forman el G20, un encuentro marcado por la caída de los precios del crudo y las turbulencias procedentes del país anfitrión. Las autoridades chinas intentarán mandar un mensaje de tranquilidad, basado en el compromiso de más transparencia en la toma de decisiones y probablemente en el anuncio de nuevas medidas de estímulo.

Pero ante las dudas sobre si estos mensajes llegarán o no son lo suficientemente claros, los inversores optaron este jueves por recoger beneficios tras varias jornadas de ganancias. "Los mercados podrían volver a subir si el Gobierno anuncia políticas que superen con creces las expectativas", afirmó Wu Kan, analista de los mercados de renta variable en China de la firma de inversión Shanshan a la agencia Reuters.

Otra de las preocupaciones de los inversores chinos es la posible falta de liquidez en los mercados después de que el banco central inyectara fondos para cubrir la demanda durante el Año Nuevo Lunar, pero que ahora drenará de forma progresiva en el marco de sus continuas operaciones de mercado abierto. A ello se le suma la enorme volatilidad intrínseca de los mercados chinos, cuyos inversores esperan lograr beneficios a corto plazo y son dados a las estampidas.

El desplome en Shenzhen y Shanghái afectó de rebote a la Bolsa de Hong Kong -parcialmente conectada con la de la capital económica china-, que a pocos minutos del cierre cedía un 1,55%. En Japón, en cambio, el Nikkei terminó la jornada con una subida del 1,41% y el Kospi surcoreano sumó un 0,32%.

Días antes de que empiece la reunión del G20, varios ministros y otros altos cargos del Gobierno chino han defendido "la solidez" de la segunda economía mundial en una inusual ronda de ruedas de prensa y entrevistas a medios locales. El gobernador del banco central chino o los titulares de Finanzas, Comercio, Ciencia y Tecnología o Industria son algunos de los que han tratado de contrarrestar las crecientes especulaciones sobre la salud de la economía del gigante asiático. Los medios oficiales chinos también se han sumado a esta particular campaña.

"Nos gustaría que los participantes del G20 dediquen más tiempo y energía en tratar de reavivar el crecimiento económico global en lugar de centrarse en asuntos a corto plazo que podrían provocar aún más incertidumbre y que no resolverían ningún problema", aseguró un alto cargo del Gobierno al periódico China Daily. Será difícil que se libren de dar explicaciones tras este nuevo golpe de realidad propinado por las Bolsas.

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